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Gira de Bush: ¿Algo tarde?

La visita del presidente de Estados Unidos a Colombia, Brasil, Uruguay y Guatemala esconde sus buenas razones. A Colombia, por ejemplo, viaja para renovar el plan Colombia y así incomodar más a Venezuela y Ecuador.

8 de febrero de 2007

WASHINGTON_ Los cinco países latinoamericanos que visitará el presidente George W. Bush en marzo son representativos de las actuales preocupaciones de Washington en la región.


Entre el 8 y 14 de marzo, Bush estará en Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México, en una visita que no tiene precedentes en el gobierno del presidente conservador y que podría estar cargada de un sentimiento de culpa.


El anuncio de la Casa Blanca dice que Bush quiere con el viaje "subrayar el compromiso de Estados Unidos con el Hemisferio Occidental, poner de relieve nuestra agenda común para el avance de la libertad, prosperidad y justicia social, y llevar los beneficios de la democracia a las áreas de la salud, educación y oportunidades económicas".


Detrás, sin embargo, se leen entre líneas otras motivaciones:

- Brasil: Hacer las paces en el debate del comercio internacional, buscar acuerdos en biocombustibles para reducir la dependencia exterior energética estadounidense y trabajar juntos en foros internacionales.


- Uruguay: Consolidar un acuerdo de libre comercio que haría del país el aliado más austral de Washington en la costa atlántica americana y convertiría a Uruguay en cuña del debilitamiento del Mercosur.


- Colombia: Renovar la ayuda para la campaña contra las drogas a través de una extensión del Plan Colombia, que tiene un alto componente militar, para mayor incomodidad de Venezuela y Ecuador.


- Guatemala: Reafirmar el apoyo de Washington a una región amenazada en el pasado reciente por el comunismo y donde ahora el populismo antiestadounidense está tocando playa en Nicaragua.


- México: Reforzar el trabajo común en la frontera para una mayor seguridad y respaldar la iniciativa del nuevo gobierno de llevar inversiones al país para crear los empleos que los mexicanos buscan en Estados Unidos.


Al empezar su gobierno en enero de 2001, Bush hizo de América Latina la primera prioridad de su política exterior. Eran tiempos en que todavía se hablaba del "dividendo de la paz" para las regiones olvidadas durante la Guerra Fría. Pero, apenas nueve meses después, los atentados terroristas del 11 de septiembre en Nueva York y Washington cambiaron de rumbo ese interés.

Seis años más tarde y cuando a Bush le faltan apenas 22 meses para dejar el cargo, el presidente va a volver la mirada a Latinoamérica y hallará una región que ha aprendido a resignarse.

La desatención y los persistentes recortes de ayuda exterior que fueron en promedio del 20% en los últimos cuatro años han creado "grandes retos" que ahora amenazan la seguridad de Estados Unidos, según el senador demócrata Robert Menéndez, miembro del Comité de Relaciones Exteriores.

Menéndez mencionó entre esos retos el surgimiento de líderes populistas como el presidente venezolano Hugo Chávez que están tratando de "llenar el vacío en perjuicio de nuestros propios intereses nacionales", la consolidación de bloques comerciales que excluyen a Estados Unidos y la apatía de algunos países en campos de interés estadounidense como la lucha contra las drogas y la seguridad regional.

Por ello, cuando Bush inicie la gira lo haría con un portafolio sin iniciativas de largo aliento no sólo porque ya no tendrá tiempo de ejecutarlas sino porque la región ha desarrollado un escepticismo hacia Estados Unidos.

Recién en estos días finales el Departamento de Estado se ha dado cuenta que Brasil y Argentina tienen algo que decir en los temas globales y envió a esos países esta semana dos altos emisarios --los subsecretarios Nicholas Burns y Thomas A. Shannon-- para "oír" de qué se trata.

Ese autoaislamiento de Washington es también la razón del fracaso de las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que Bush no pudo revivir en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, Argentina, en 2005, y del renovado impulso de integración subregional más que regional del Mercosur, el bloque aduanero que conforman Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Venezuela.

AP