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¿Fobia política o lógica financiera?

Venezuela ha decidido esta semana trasladar dos tercios de sus reservas internacionales (US$20.000 millones) desde los bancos de Estados Unidos a Suiza, causando un revuelo político.

15 de octubre de 2005

Venezuela ha decidido esta semana trasladar dos tercios de sus reservas internacionales (US$20.000 millones) desde los bancos de Estados Unidos a Suiza, causando un revuelo político en el país suramericano y escribiendo así un nuevo capítulo en las constantes reyertas políticas entre el presidente Hugo Chávez y el gigante del norte. La decisión, sin embargo, se inscribe dentro de una estrategia que muchos países han comenzado a aplicar de cara a la debilidad de la moneda estadounidense frente al euro.



Muchos países que antes tenían casi la totalidad de sus reservas en dólares han decidido diversificar y ahora tiene dólares y euros. Aun así, la jugada del Gobierno de Hugo Chávez amplía la distancia en una ya extremadamente fría relación entre Venezuela y Estados Unidos. La oposición política de Chávez, por su parte, ha utilizado la transferencia como una nueva arma para insistir en sus acusaciones sobre la sobredosis de ideología que sufren las decisiones económicas del Gobierno.

La decisión, que fue anunciada esta semana por el presidente venezolano, puede ser el punto final de un discurso que Chávez venía repitiendo desde hace más de un año. Según sendas declaraciones de Chávez, es "absurdo" que los países del Tercer Mundo alimenten las arcas de la banca estadounidense que, al mismo tiempo, es el principal acreedor de sus enormes deudas externas.





Domingo Maza Zavala, uno de los directores del Banco Central venezolano, negó a principios de semana que se hubieran realizado estas operaciones. El miércoles, sin embargo, desveló que en los últimos 3 meses se habían realizado periódicamente estas transferencias al Bank of International Settlementes (BIS), en Suiza. La cantidad transferida equivale a dos terceras partes de los $30.200 millones en reservas que Venezuela tiene depositadas en el exterior.





Como era inevitable, el traslado de los fondos ha levantado una tormenta política. Los medios de comunicación opositores, que acusan a Chávez de timonear la economía del país de acuerdo a sus inclinaciones ideológicas, han criticado con dureza la decisión. Opositores políticos, por su parte, han amenazado con interponer una demanda por traición a la patria contra el presidente. "Si se demuestra que esta operación se realizó de manera ilegal y que no es conveniente para el país, lo llevaremos ante el Tribunal Supremo", dijo ante los medios de comunicación Andrés Velásquez, líder del movimiento Causa R.

Velásquez, igual que muchos otros opositores y analistas económicos, creen que la forma en que se dio a conocer el movimiento de las reservas internacionales es una prueba fehaciente de que el Gobierno ha conseguido controlar el Banco Central, un hecho que pondría en peligro la política monetaria de esa entidad. Según la misma Constitución venezolana, esa institución debería ser autónoma.





Maza Zavala, uno de los directores del Banco Central, es un prestigioso economista con fama de independiente. En conferencia de prensa, negó que el consejo de administración de la entidad haya aprobado la transferencia fuera de bancos estadounidenses por presiones políticas o "chavistas". "Nosotros no actuamos así. Nuestra responsabilidad es ejercer como guardianes de las reservas internacionales del país. En este caso evaluamos el rendimiento que pueden ofrecer esos fondos colocados en euros frente a dólares", aseveró.





Los encontronazos entre el Banco Central y el Gobierno en los últimos años han sido muchos y al parecer el Gobierno ha conseguido casi siempre sus objetivos. El ente emisor se negó reiteradamente a entregar al presidente $1.000 millones que él planeaba dirigir a los programas sociales y obras públicas. Después de un largo pulso, Chávez logró a finales de 2004 que se aprobase una reforma legal para permitir estos trasvases de fondos. Estos comenzaron a hacerse efectivos hace apenas dos meses y ya superan los US$1.500 millones. Con este dinero, Chávez fundó el Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), que permitirá financiar grandes obras públicas sin recurrir a endeudamiento privado. Las primeras asignaciones fueron a parar a dos proyectos ferroviarios y la red de metro de tres ciudades.





Las acusaciones sobre el carácter político de la medida se debe en buena parte a que Chávez mantiene una encendida retórica anti-imperialista y señala casi a diario al Gobierno de George W. Bush como responsable de buena parte de los males que aquejan a Latinoamérica. De la misma manera, numerosos portavoces de la política exterior de E.U. denuncian y critican las políticas de Cháavz, a quien han catalogado como "un peligro para la región". Entre Caracas y Washington los roces son permanentes: Venezuela ya ha roto la alianza militar con E.U., ha suspendido la lucha conjunta contra el narcotráfico y ahora deja un agujero con algunos bancos estadounidenses.





Eduardo Tovar, ministro de Finanzas de Venezuela, sostuvo que hay razones económicas para realizar el traspaso de fondos. "La economía de E.U. arrastra un alto déficit y su moneda, el dólar, se está depreciando. Esta medida tiene como objetivo preservar la salud de nuestra moneda", dijo.





El Gobierno, además, tiene previsto emplear parte de estos fondos transferidos a Suiza para crear un banco internacional latinoamericano que permita a los países emplear los recursos según sus propias prioridades. Este proyecto, no obstante, todavía no cuenta con suficiente respaldo en la región.





Lo cierto, sin embargo, es que esta diversificación tiene cierta lógica financiera. El euro ha ido comiéndole terreno al dólar en las carteras de los bancos centrales. Un proceso de diversificación que se vio acelerado el año pasado por la debilidad de la moneda estadounidense y la degradación del déficit fiscal y exterior de EE UU.

Los últimos informes del FMI ya se hacen eco de ello, a pesar de ser un sector muy opaco. China, Rusia o Corea del Sur se encuentran entre los países más activos. También hay países productores de petróleo, como Arabia Saudita, lo que según los analistas "muestra que los ingresos del crudo ya no se reciclan sólo en dólares".



A pesar de estos cambios, el dólar sigue siendo la divisa de mayor peso y de referencia mundial, como muestran las tablas del FMI, donde se refleja una caída de la proporción de dólares del 71% en 2001 al 66% en 2004. El euro, por su parte, representa el 25% del total de las reservas. Y el yen japonés cayó al 4%. Los expertos advierten, sin embargo, de que una gran fortaleza del euro, motivada en parte por el proceso de diversificación de las reservas de divisas, puede ser problemático para Europa desde el punto de vista del comercio internacional. La moneda europea llegó a cotizar a final de 2004 por encima de los US$1,36, muy por encima de los US$1,10 que se considera ideal en Bruselas, París o Berlín. Chávez, a pesar de todo, puede estar siguiendo la lógica financiera que han aplicado otras naciones.