Home

Empresas

Artículo

Comercio internacional

Exporte con la CC de Dosquebradas

Esta Cámara de Comercio tiene un programa de ventas al exterior en el que cualquier colombiano puede ser agente de ventas fuera del país y cualquier productor nacional, un exportador. ¿Ejemplo para copiar?

28 de febrero de 2008

La Cámara de Comercio de Dosquebradas, el municipio vecino de Pereira, tiene un programa singular para promover las exportaciones nacionales.

Un grupo de representantes comerciales compuesto por colombianos residentes fuera del país, en lugares como Nueva York, Washington, y Houston en Estados Unidos, México, España y Curazao, identifica demandas de productos que potencialmente se pueden producir en Colombia.

La Cámara recibe esas solicitudes y busca en todo el país - no solo entre los 5.200 empresarios matriculados en Dosquebradas -, el lugar donde pueden obtener los bienes requeridos. Luego, dice el presidente de la Cámara John Jaime Jiménez, acompañan al empresario local para que pueda producir y completar la exportación.

De esa forma, en los 8 años que ha funcionado el programa, han exportado US$18 millones en artículos que van desde artesanías hasta plantas de metalmecánica.

Además, parece ser una buena oportunidad de negocios para los colombianos que viven en el extranjero, porque en principio cualquiera de ellos puede postularse como representante comercial. La cámara revisa sus credenciales y en casi todos los casos, visita el sitio desde donde operará.

¿Por qué lo hacen? La razón parece obvia. “Es una necesidad que identificó la junta: internacionalizar la economía. Queremos aprovechar la confianza que genera una cámara de comercio ante el mercado internacional”, explica el presidente de la entidad risaraldense.

“Todas las cámaras tienen programas en comercio exterior, pero en general son actividades de información. Son bases de datos que le dicen al empresario que en Singapur necesitan zapatos y en Alaska buzos”, señala. Pero ellos creen que ese tipo de asistencia no es suficiente y prefieren acompañar a los exportadores en la práctica.

El año pasado hicieron un trabajo de promoción fuerte con Centroamérica. Para desarrollar su programa invitaron a los embajadores colombianos en los países de esa región para que les ayudara a abrir mercados. “Este año vamos a trabajar con Suramérica”, señala Jiménez. Repitiendo su esquema, invitarán de nuevo a las cámaras binacionales y embajadores colombianos para avanzar en el logro de la meta que se trazaron para 2008, vender US$1 millón.

Para mejorar su oferta exportable la de Dosquebradas acaba de hacer una alianza con la Cámara de Comercio de Sincelejo y avanzan en la conformación de alianzas con las de Ibagué, Bogotá, Bucaramanga y Chinchiná.

El programa ya había tenido un reconocimiento internacional. En septiembre de 2003 en la World Chamber Competition organizada por la federación de cámaras de comercio del mundo, 300 cámaras presentaron programas en comercio internacional. Como los mejores proyectos fueron escogidos los de Moscú, Madrid, HongKong y Dosquebradas.

El modelo risaraldense parece interesante y puede ser copiado, incluso con variaciones, por otras oficinas de esta naturaleza en el país que quieran hacer trabajos concretos por sus empresarios.

Se podría, por ejemplo, mezclar con otras experiencias exitosas en el mundo. En Austria las empresas registradas, tienen derecho a usar sin costo un número de horas de funcionarios que la cámara de comercio tiene en el extranjero. Ellos hacen prospecciones iniciales de mercado, citas de negocios y las tareas de inteligencia usuales para entrar en un país. Si el empresario después de haber agotado sus horas de consultoría gratuita necesita más tiempo, contrata a los funcionarios a tarifas por debajo de las de mercado. Con el aporte en dinero de las cámaras un esquema similar podría mejorar la eficiencia y reducir el costo de la operación de Proexport.

Es posible que el enfoque de Dosquebradas sea una mejor ayuda a la internacionalización del país que los cursos y seminarios tan socorridos en otros lugares del país. Finalmente la globalización no se hace en los tableros, sino en el mundo de los negocios.