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Andrés Mendizábal, presidente de Oleoducto de Crudos Pesados de Ecuador, ya está negociando con petroleras colombianas para sacar el crudo por el puerto de Esmeraldas.

Infraestructura

En río revuelto...

Mientras Ocensa trata de entender por qué fracasó la convocatoria para ampliar su oleoducto, una empresa se está moviendo para ofrecerle una salida al crudo colombiano por Ecuador.

8 de julio de 2011

Ocensa todavía no entiende cuál fue la razón del fracaso en su convocatoria para ampliar en 100.000 barriles diarios la capacidad de transporte del principal oleoducto del país. Mientras eso ocurre, la firma ecuatoriana Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) logró conquistar el interés de varias compañías petroleras del sur de Colombia para que utilicen su infraestructura y exporten crudo por el vecino país, exactamente, por el puerto de Esmeraldas.

Mientras en Colombia el tubo para sacar el petróleo se quedó pequeño, en el vecino país tienen capacidad de sobra que pueden poner al servicio de las pequeñas compañías petroleras de esa zona y que hoy son las grandes afectadas por la escasez de transporte.

El fracaso de Ocensa obligó a publicar un aviso de prensa en el que se explicaba a la opinión pública qué había pasado con su proceso de convocatoria. Según esa publicación: "Como resultado del Open Season, de las 22 compañías que participaron, solo presentaron ofertas, en la modalidad Ship or Pay por 32.880 barriles por día (bpd), las empresas Metapetroleum Corp., del grupo Pacific Rubiales Energy (de Canadá) y New Granada Energy Corporation, del grupo Sinopec de China. Conforme a lo establecido en las condiciones del proceso, no se alcanzó el mínimo requerido de 80.000 bpd".

Una fuente de Ocensa le contó a Dinero que al interior de la compañía hay un proceso de análisis para ver qué pudo haber pasado y revisar si ese revés está relacionado con "factores internos o externos o si algunas decisiones del sector afectaron el interés de los potenciales inversionistas".

Lo cierto del caso es que la estrategia estuvo mal planteada desde el principio, tal y como lo advirtió en su momento el presidente de Inverlink, Camilo Villaveces, quien señaló que esa banca de inversión quería participar para venderles capacidad de transporte a las compañías petroleras pequeñas. Sin embargo, las condiciones eran inflexibles y, por eso, la propuesta que debían presentar era demasiado elevada.

Para calmar los ánimos, Ocensa habla en la última parte del aviso de un 'replanteamiento táctico'; es decir, "alternativas que permitan ofrecer al mercado petrolero de Colombia soluciones atractivas de transporte".

Ocensa está descubriendo que no está sola en esta competencia por el transporte de crudo en Colombia. Con la aparición de OCP en el panorama, a muchos empresarios les está sonando la idea de que el crudo colombiano salga al mundo a través de la Costa Pacífica ecuatoriana.

"Estamos en conversaciones serias con varios productores de Colombia para ver la posibilidad de transportar crudo por el OCP, sin que nuestro oleoducto modifique ni amplíe su ruta. Esta posibilidad se ha pensado en dos fases: la primera corresponde a unos campos al sur de Colombia cerca de la frontera con Ecuador y que podrían empezar a transportar por el OCP a mediados de 2012,", explicó a Dinero Andrés Mendizábal, presidente ejecutivo de OCP Ecuador S.A.

En una segunda fase, inversionistas colombianos harían inversiones para sacar de los Llanos Orientales el crudo y llevarlo a OCP. Según Mendizábal, para este caso se necesitaría que inversionistas colombianos pusieran dinero en la construcción de un oleoducto de unos 700 kilómetros, que costaría aproximadamente US$2.000 millones. El ducto iría desde la zona central del país hasta Orito, en la frontera con Ecuador.

"Esta propuesta ha tenido muy buena acogida y entusiasmo por parte del gobierno del Ecuador. En Colombia ya se han reunido cuatro productores pequeños que formaron una comisión para estudiar esta posibilidad y tener contacto con OCP", aseguró el directivo.

El tema interesó a la CAF, banco de desarrollo de la región, cuya chequera para proyectos de transporte en el sector energético del país asciende a US$500 millones, la mitad de lo que estaba buscando Ocensa para esta ampliación.

"Tenemos alternativas para financiación de oleoductos en el país. Por ejemplo, si un banco comercial ofrece a una compañía petrolera financiación a siete años para un proyecto de este tipo, pero el modelo o convocatoria exige una operación a diez años, la CAF está dispuesta a respaldar el crédito en esos tres años restantes", dijo Víctor Traverso, representante para Colombia de este organismo multilateral.

Alejandro Martínez, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), planteó que sea un tercero el que construya el oleoducto y luego cobre por el servicio de transporte, algo de lo que se viene hablando en el último año. Las opciones están sobre la mesa.

El Gobierno tampoco puede ser ajeno a esta realidad. Buena parte de la nueva producción petrolera proviene de pozos pequeños y lejanos de la infraestructura actual de tubos. Estas firmas son las mismas que hoy están luchando por un cupo en la abarrotada red de oleoductos.

Otro atenuante en el sector es que los 'jugadores grandes' van en tren en lo que tiene que ver con transporte de sus crudos. Ecopetrol ya tiene garantizada la evacuación de los crudos, mientras que Ronald Pantin, presidente de Pacific Rubiales, realizó en los últimos meses algunas movidas como la compra de 5% de Ocensa y concretó la participación en el oleoducto Bicentenario (32%). Además, anunció a esta revista planes para participar en el futuro oleoducto al Pacífico, una idea que planteó en su momento el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Pase lo que pase, la única realidad es que el país va rumbo a un trancón petrolero si no amplía su capacidad de transporte. En ese escenario, los más afectados son los pequeños productores de crudo que hoy son muchos y que responden por 20% de la producción petrolera total del país. Ocensa debe ponerle el acelerador a la ampliación del oleoducto, de lo contrario, para los próximos años se verá un panorama muy crudo.