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| Foto: María Eugenia López Paz *

Comercio Exterior Y TLC

En el limbo comercio colombovenezolano

Dinero.com fue a San Antonio del Táchira para constatar que el comercio entre Colombia y Venezuela no se recuperó después de la crisis por la muerte de Raúl Reyes.

María Eugenia López Paz *
4 de junio de 2008

 

En el último trimestre el intercambio comercial entre Colombia y Venezuela se ha reducido en un 40%. Este fenómeno arrancó en marzo, cuando el presidente venezolano, Hugo Chávez, anunció el congelamiento de las relaciones con Colombia tras la muerte de Raúl Reyes.

A pesar de que luego de la Cumbre de Río las relaciones colombo-venezolanas se reestablecieron en un ámbito diplomático y político, la situación comercial no se ha normalizado.

José Rozo Lizcano, presidente de Fedecámaras Táchira atribuye esta situación a las tensiones políticas entre Caracas y Bogotá. “Cuando el gobierno venezolano rompió relaciones con Colombia en marzo, mandó suspender la emisión de certificados de origen que necesitan las exportaciones venezolanas que van a Colombia, cuyo objetivo es que esas mercancías queden exentas de arancel, tal como lo establece la Comunidad Andina (CAN)”, le dijo Rozo a Dinero.com.

Restricciones de Venezuela para comerciar con Colombia
Antes de la crisis diplomática la emisión de certificados de origen para los productos venezolanos que se venden a Colombia se realizaba en distintas regiones del país, incluyendo al estado fronterizo de Táchira, y se emitían en 24 horas. Ahora estos certificados presentan retrasos de entre 25 y 60 días, y sólo se tramitan en Caracas.

Esta es apenas una de las restricciones que el gobierno venezolano ha impuesto a su relación comercial con Colombia. Y no solo se presentan al exportar mercancías a Colombia, sino también al importar.

Para las importaciones los trámites también se han vuelto lentos y restrictivos. En este sentido, las importaciones provenientes de Colombia, hasta febrero de 2008, se hacían siguiendo los convenios de pago en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi). Ahora para importar mercancías originarias de Colombia, los empresarios deben someterse a los trámites de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) y a una política comercial del gobierno venezolano que da prioridad a la importación de alimentos y artículos del sector salud.

Para los empresarios venezolanos conseguir divisas para la importación implica obtener un “certificado de no producción nacional” que emite el Ministerio para las Industrias Ligeras y Comercio de Venezuela. Este certificado es una constancia de que el producto que se va a importar no se produce en el país. Lo están aplicando a la mayoría de importaciones que tradicionalmente provenían de Colombia, así lo señaló Leonardo Caraballo, economista del Centro de Estudios de Fronteras e Integración de la Universidad de Los Andes de Venezuela. Esta restricción podría tener consecuencias tan serias, que “Colombia podría dejar de ser el segundo socio comercial más importante para Venezuela”, agregó Caraballo.

Cifras en la frontera del comercio binacional antes de la crisis
El 90% del intercambio comercial entre Venezuela y Colombia se da por vía terrestre, y 70% del mismo se mueve por la frontera de Táchira y Norte de Santander. Según el presidente de Fedecámaras José Rozo, estas cifras representan el funcionamiento de “255 empresas que ofrecen los servicios para las importaciones y exportaciones entre estos países vecinos y socios naturales”.

 

De estas empresas hay 120 dedicadas a ofrecer servicios de transporte de carga internacional, un poco más de 90 agencias aduaneras autorizadas por el Ministerio de Finanzas venezolano, y 30 almacenadoras temporales de las importaciones y exportaciones entre Venezuela y Colombia. Esto sin contar los servicios conexos como las empresas de seguros, y las que ofrecen servicios al transporte de carga, como talleres mecánicos, ventas de repuestos etc.

Lo anterior se traduce en más de 7.000 empleos directos, y cerca de 12.000 empleos indirectos, lo que daría una totalidad de casi 20.000 empleos, sólo en el lado venezolano de la frontera, específicamente en Táchira. Esta cantidad de cargos ocupados se ha visto mermada a partir de marzo. Aunque Fedecámaras no se atreve a emitir cifras, los despidos en la frontera ya son frecuentes. Éstos podrían masificarse a mediados de junio y principios de julio.

Hablan los afectados
William Espinel es un conductor venezolano, y tiene quince años dedicado al transporte internacional de carga pesada. En situación normal, William hacía un viaje a la semana transportando mercancía colombiana desde la frontera hasta el centro del país, y llevando mercancía de origen venezolano hasta el límite fronterizo para su exportación. Ahora hace apenas un viaje al mes, y con pesadumbre afirma “desde febrero todo ha caído, y si no se trabaja no se gana, si esto sigue así no sé qué haré. Para uno cambiar de trabajo le queda difícil”.

William hace parte de una pequeña empresa de transporte de carga internacional ubicada en San Antonio del Táchira, que tiene 30 años de funcionamiento, y según su gerente, Isley Becerra, en los años de actividad nunca había vivido una crisis parecida.

Otro de estos afectados, que podrían ser miles, es Sergio Ossa, gerente de una empresa que supervisa y lleva el control de calidad de los carros que se importan desde Colombia. Ossa afirma que desde principios de este año la reducción de operaciones lo llevaron a despedir a todos sus trabajadores, diez en total, y ahora subcontrata los servicios del personal que necesita cuando entran vehículos de Colombia a Venezuela.

Según Juan Carlos Bustamante, investigador del Centro de Estudios de Fronteras e Integración, las restricciones de la importación de carros afecta la economía fronteriza ya que el sector automotor es muy importante en el intercambio comercial colombo-venezolano; el 50% de los vehículos importados que entran a Venezuela provienen de Colombia. “En el 2007 se destinó mucho más dinero a la importación de automóviles que a alimentos, esta es una de las razones que motivó al gobierno nacional a reducir a un tercio las divisas para importar vehículos” dijo Bustamante.


Los empresarios que dependen del comercio binacional en las fronteras están pendientes de un anuncio mortal. Si el presidente Chávez, molesto con la posición política de su homólogo colombiano, concreta los negocios de importación en buena escala desde Brasil y Argentina – por difíciles y costosas que ellas sean en la actualidad -, se podría cerrar más el tránsito de mercancías que hoy languidece entre los dos países.

Por lo pronto, no parece que haya signos de que el comercio recupere su fortaleza de 2007 y William y Sergio tendrán que pensar, lo mismo que miles de venezolanos y colombianos, en cambiar de oficio.

 

* Corresponsal en Venezuela

 

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