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Jairo Rubio sostiene que una de sus tareas al frente de la Superintedencia de Industria y Comercio ha sido la abogacía de la competencia.

Gobierno

En Colombia falta competencia

Hasta hace pocos años, los empresarios colombianos no consideraban posible que una integración empresarial se negara, hoy por lo menos hablan del tema. Así lo sostuvo Jairo Rubio, Superintendente de Industria y Comercio, en entrevista con Dinero.com.

11 de julio de 2007

¿Cuál ha sido la decisión más difícil de tomar para usted como Superintendente?
Las decisiones más difíciles han sido en materia de competencia, especialmente en materia de integraciones empresariales. Cada vez que me ha tocado negar una integración, me he trasnochado. Negar por ejemplo la integración de Procter & Gamble y Colgate para detergentes, o la de Squash y Gatorade, o cuando negué la de Acerías Paz del Río, o cuando condicioné con unas ventas muy importantes el tema de Televisa o cuando estudié la de Éxito y Carulla. Es que pasa lo siguiente y tenemos que decirlo, antes no se había negado ninguna integración en este país, ni se habían condicionado bajo el esquema de condiciones de ventas.

¿Son decisiones que pueden llegar a tener mucha presión del sector privado?
Sí, pero aquí hay un tema importante. Es legítimo que el sector privado presione, yo no veo en eso nada ilegítimo. Tenemos intereses y mandatos diferentes, y a veces podemos chocar. Hace poco tenia una integración, un empresario muy importante del país me dijo: “pero usted cómo va a hacer eso, me obliga a competir”, y le dije, pues precisamente eso es lo que yo quiero, que le compitan. Yo tengo que hacer una labor importante y es lo que denomino la abogacía de la competencia, sensibilizar a la opinión pública, a la comunidad, al empresario e incluso al propio Gobierno sobre los beneficios de la ley de competencia.

¿Ese ha sido un liderazgo suyo?
Sí, yo siempre he querido que la gente sepa que la competencia beneficia a todos. A veces salen leyes que son anticompetitivas, yo creo que uno tiene que decir que no está de acuerdo. Yo me he opuesto a proyectos de ley, respetando obviamente la rama legislativa. Cuando salen regulaciones, he dicho mi opinión. Soy enemigo de la regulación, yo aplico una máxima que es la siguiente: la competencia donde se pueda, la regulación cuando no es posible la competencia.

¿Qué tanto de esa lucha ha tenido éxito durante su gestión?
Todavía somos, incluyéndome, muy ignorantes en el tema, pero me parece que ya la gente habla de competencia. Creo que un punto importante es que los empresarios ya no dicen me voy a integrar, ahora saben que hay controles. Antes la gente no hablaba mucho del tema. Si miramos el camino recorrido, creo que hemos recorrido. Si lo miramos hacia el futuro, falta mucho por sensibilizar.

Hay quienes comentan que con usted ninguna integración es posible, que nada pasa
No es que no pase nada, el 95% de las integraciones en Colombia son aprobadas.

¿Entonces son más notorias las que no se hacen?
Claro. Yo soy amigo de las integraciones porque generan economías de escala, el empresario se hace más eficiente. Pero cuando a través de una integración se restringe la competencia en forma indebida, por ejemplo cuando crea una posición de dominio, pues obviamente no la puedo permitir.

No es que no pase nada sino que Colombia ha sido un país en el cual, gracias al gobierno actual, existe una entidad de competencia, el Presidente ha sido muy cauteloso en el sentido de seguir las recomendaciones internacionales según las cuales la persona que decida estos temas debe ser totalmente independiente. He venido proponiendo que la entidad de competencia sea independiente del poder ejecutivo, porque ha sido de hecho, pero nada garantiza que se mantenga esta independencia.

En el país no existía se consideraba que las integraciones se podían restringir. En el pasado hubo integraciones muy importantes, pero ninguna se negó. Por ejemplo, cuando Bavaria y Leona eso se formó y no sé cuántas compañías de cerveza existían en el país y cuántas quedaron. La única integración que fue mirada fue Avianca- Aces, pero después en el recurso se aprobó. Cuando usted viene con una cultura en la que nunca se niega nada y de pronto lo hace, es difícil. Obviamente tengo que reconocerlo expresamente, esto no lo hubiera podido hacer sin el aval del Presidente.

¿Cuáles fueron las modificaciones que se efectuaron recientemente al TLC en materia de propiedad intelectual?
Sobre el TLC quiero aclarar puntos que la gente no ha entendido. Primero, nuestra legislación actual está acorde con los estándares internacionales. Así como existe una calificación en materia de narcotráfico, existe una calificación por parte de Estados Unidos que analiza cómo es la protección de la propiedad industrial en Colombia. Hoy día en materia de administración del sistema estamos bien, pero no lo estamos en el cumplimiento de la ley y ese cumplimiento depende de los jueces.

No es cierto que con el TLC Colombia va a patentar productos farmacéuticos, los productos farmacéuticos son patentables en el país desde el 1 de enero de 1994. Y hay algo más, todos los países que hacemos parte de la Organización Mundial del Comercio, OMC, nos obligamos a otorgar patentes de invención en todos los campos. Lo que sucedió en el TLC y que tiene grandes es implicaciones es lo que se llama la compensación en el término de patentes por demoras injustificadas, ya sea por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio o del Invima. La exclusiva de las patentes es por un periodo de 20 años a partir de la solicitud. Si cualquiera de las partes se demora más de un determinado tiempo, por cada día de mora injustificada, prorrogamos el término de la patente por un periodo igual. Por ejemplo, si se demoró sin justificación seis años, la patente no va a ser por 20 años sino por 21. En la modificación que se firmó la semana pasada se excluyeron los productos farmacéuticos para la compensación. Colombia está obligada a dar compensación para todas las patentes, salvo tratándose de productos farmacéuticos

¿Y eso que implicaciones tiene?
Siguen existiendo las compensaciones para patentes, menos para productos farmacéuticos, ya no se afectan ni la salud actual ni los productos futuros. Los países sí deben hacer esfuerzos para que las patentes se consigan en el tiempo razonable, esa obligación sí existe.

Hay quienes critican precisamente que la Superintendencia no está lista para manejar el volumen de patentes que puede presentarse en el futuro.
Tienen razón en cierto sentido y hago unas aclaraciones importantes. Cuando la gente dice que la Superintendencia no está lista para manejar el volumen tiene toda la razón, cuando dicen que es ineficiente me vengo lanza en ristre, porque son dos cosas diferentes. Yo hice un estudio que afirma que mis examinadores de patentes son1.5 veces más eficientes que los estadounidenses o los de la Unión Europea. Mis examinadores sacan más volúmenes que los de Estados Unidos.

Nosotros estamos sacando más o menos 1.850 patentes al año. Con el volumen que viene necesitamos más personal, para ello se creó un plan de inversión en Planeación Nacional con el cual nos dieron $6.000 millones por tres años, para contratar examinadores de patentes. Acabo de contratar aproximadamente 23 examinadores nuevos, pero solo van a entrar a producir el año entrante, porque se demoran como ocho meses en capacitación.

¿Qué tanta cultura hay en el país para patentar?
El 95% de las patentes son extranjeras y el 5% son colombianas. El país tiene dos problemas. El primero, en Colombia hay investigación y desarrollo, pero a veces la gente soluciona un problema técnico y por falta de conocimiento no lo patenta. Y el segundo, en las patentes de invención está la última tecnología de punta en cada campo del saber. La gente no ha utilizado las patentes como fuente de innovación tecnológica, no usa las patentes como fuente de información cuando eso haría más eficiente el país. Un estudio en la oficina de marcas y patentes de Estados Unidos afirmó que el 70% de la tecnología de punta no se encuentra en los libros especializados sino en las patentes de invención.

¿Qué ha pasado con las marcas?
En materia de marcas, el 45% eran nacionales y el 55%, extranjeras, con un promedio de 21.000 marcas anuales. Hemos hecho tanta sensibilización en Colombia para que los empresarios sepan lo importantes que son las marcas para competir, que hoy en día tenemos 55% de marcas nacionales y 45% extranjeras y aspiro a terminar el año con una relación 60% y 40%.

¿Qué tanto ha entendido el consumidor que puede acceder a la Superintendencia para que se le respeten sus derechos?
La mejor forma de proteger al consumidor es la información, la cultura, la educación. Un consumidor informado es un consumidor protegido. Es imposible que la Superintendencia esté en todos los rincones del país, la única manera de lograrlo es con la cultura y en Colombia no hay cultura del consumidor, a la gente le da pena reclamar. En materia de competencia no existe cultura y en materia de propiedad industrial, tampoco. Hay que crear cultura.

¿Pero el empresario es cómplice también de esta falta de cultura?
Al empresario es a quien más le conviene que el consumidor esté informado. Cuando uno hace publicidad engañosa, cuando el mensaje publicitario no corresponde a la realidad, el empresario va a recibir dos sanciones, una por parte de la autoridad competente, pero la sanción mayor va a ser del consumidor, que se va a sentir estafado y engañado.

¿El consumidor colombiano sí es exigente?
Yo lo digo con el mayor respeto. Creo que estamos muy lejos de tener una verdadera cultura del consumidor y muy lejos de tener una protección al consumidor efectiva y eficiente.

¿Los usuarios han pedido la protección de la ley en un caso tan crítico como el de la telefonía móvil?
El año pasado en materia de multas yo les coloqué a las compañías de telefonía móvil como 700 sanciones, un promedio de 2 por día, por cerca de $2.000 millones y lo que menos le importa a ellos es la plata, lo que más le importa al empresario es que el consumidor sepa que lo sancionamos, porque eso afecta la marca y el servicio.

¿Qué se puede hacer con las grandes superficies?
Crear competencia. Hoy en día existe una competencia feroz entre las grandes superficies, obviamente lo que tenemos que mirar es que no sea desleal.

¿Y cómo ve la competencia entre Éxito y Carrefour?
Yo manejo competencia y competencia desleal. En uno actúo como autoridad administrativa y en otro como juez de la República. En el primer caso yo sí puedo hablar, en el otro no.

¿Cuánto tiempo espera quedarse en al Superintendencia?
Uno se retira por una de dos razones, o porque el Presidente lo quiere o porque yo lo quiero. Respecto a mí, creo que se está cumpliendo un ciclo.