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La riqueza de Gates la ubica en 59.000 millones de dólares, 8.000 millones menos que Slim, un ingeniero de origen libanés de 67 años.

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El tercer hombre más rico del mundo gana cada vez más

Con una fortuna calculada en 49.000 millones de dólares, Slim, de 67 años, es el hijo de un libanés que se hizo de una pequeña fortuna familiar como comerciante.

13 de marzo de 2007

MEXICO  _ El tercer hombre más rico del mundo, Carlos Slim, se está acercando rápidamente a Bill Gates y Warren Buffett con una cuantiosa fortuna que creció en 19.000 millones de dólares el año pasado, el mayor aumento de riqueza personal en la década pasada según cálculos de la revista Forbes.

Desde que Slim adquirió el monopolio telefónico en una privatización en 1991, ha usado Telmex como una caja registradora para erigir un imperio que incluye la mayor compañía de telefonía móvil en Latinoamérica; la provisión de servicios bancarios, de corretaje y de internet; la venta de seguros y equipos para la industria petrolera, y el manejo de negocios minoristas y restaurantes.

Para muchos mexicanos, que hacen más rico a Slim con casi todos sus llamados telefónicos o compras en las tiendas, su ascenso demuestra que los empresarios de su país pueden manejar compañías de nivel mundial. Se le acredita orgullosamente haber convertido Telmex _en el pasado notoria por demorar meses o años para instalar una línea telefónica_ en una operación moderna y profesional.

Pero también ha mantenido altas las tarifas telefónicas en un país donde el salario mínimo es de unos 50 centavos la hora, y su éxito inspira resentimiento entre los mexicanos a quienes les disgusta la concentración de riqueza en manos de la relativamente diminuta elite nacional.

"¿Por qué habríamos de querer que unas pocas personas acaparen toda la riqueza si la mayoría de los mexicanos no tiene lo suficiente para comer y 30 millones de mexicanos viven con menos de 22 pesos (2 dólares) diarios?", se preguntó el ex candidato presidencial izquierdista Andrés Manuel López Obrador después que Slim trepó al tercer lugar en la lista de multimillonarios de Forbes anunciada la semana pasada.

Teléfonos de México SA controla más del 90% de las líneas telefónicas fijas de la nación y tuvo ingresos de 15.900 millones de dólares en el 2006. Su América Móvil SA controla un 70% del servicio de teléfonos celulares en México y recibió 21.600 millones.

Los comensales en los omnipresentes restaurantes Sanborns, de Slim, pueden usar el servicio inalámbrico de Slim para conectarse con el proveedor de internet de Slim y controlar sus portafolios por medio de los corretajes de Slim, parte del Grupo Financiero Inbursa... de Slim. Cuando los mexicanos hacen sus operaciones bancarias en línea, pueden pagar sus cuentas a la empresa de seguros automovilísticos de Slim o las cuentas de tarjetas de crédito de los comercios minoristas de Slim, entre ellos Sears México y la cadena de discos Mixup.

Es una situación que no resulta inusual en México, donde los negocios que van desde las cerveceras hasta el cemento pasando por la televisión están concentrados en unas pocas manos. Como consecuencia, los mexicanos pagan más que en otras naciones más acaudaladas por servicios como electricidad, telefonía y servicios bancarios.

El nuevo presidente Felipe Calderón ha prometido combatir las prácticas monopólicas, pero los esfuerzos en tal sentido en el pasado han sido frustrados por la arraigada elite mexicana.

Slim enfrenta un desafío potencial en el sector de telecomunicaciones de la cadena Televisa, que controla un 70% del mercado mexicano y busca extender su dominio en los sistemas emergentes de comunicaciones que integran transmisiones de teléfono, televisión e internet.

"Esto podría ser un factor desestabilizador. Podría reacomodar las piezas en el tablero de ajedrez", comentó Celso Garrido, un profesor de economía en la Universidad Nacional Autónoma en México.

Pero aun en ese terreno, Slim puede resultar beneficiado: su fortuna incluye acciones en Televisa y uno de sus hijos ocupa una banca en el directorio de Televisa.

Slim está encaminado a alcanzar a los dos estadounidenses que lideran la lista de los multimillonarios, particularmente porque Buffett (52.000 millones de dólares), que hizo su fortuna manejando el fondo de inversiones Berkshire Hathaway Inc., y Gates (56.000 millones), que fundó Microsoft Corp., están más enfocados en estos días en donar su dinero.

Gates, que estableció la mayor fundación benéfica en el mundo, afirma que "una gran riqueza conlleva una gran responsabilidad, la de devolver a la sociedad". Buffett se le sumó el año pasado cuando prometió donar todos los años 1.500 millones de dólares a la Fundación Bill & Melinda Gates, que tiene una dotación de 33.000 millones de dólares.

El lunes, Slim anunció que invertirá en el cuidado de la salud y que lanzará un programa para suministrar computadoras de bajo costo a los residentes rurales. Telmex ya patrocina una fundación de caridad que apoya programas educativos y sociales en México, y las inversiones del multimillonario en bienes raíces ha conducido a una renovación urbana en el centro de la capital mexicana.

Slim dijo que sus fundaciones de beneficencia están dotadas de unos 4.000 millones de dólares.

Pero a los 67 años sigue expandiendo un imperio cada vez más diversificado que incluye ahora a sus tres hijos y no parece decidido a enfocarse en la filantropía. El lunes dijo que los empresarios no deberían "andar como Santa Claus".

"Los empresarios por su experiencia, por su vocación y por su talento son personas que deben participar más en resolver los problemas... Deben hacer más que dar", dijo en una conferencia de prensa.

Los multimillonarios latinoamericanos _hay otros diez en México_ no tienen antecedentes de caridad comparables a los de Buffett o Gates, en parte por motivos históricos y en parte debido a que las leyes impositivas de la región no estimulan las donaciones como en Estados Unidos.

"No es que falte buena voluntad, sino que aquí ha sido habitual considerar los programas sociales como un deber del gobierno", explicó Manuel Arango, un fundador del Centro Mexicano para la Filantropía.

Los críticos de Slim dicen que podría hacer más por los mexicanos reduciendo los precios al consumidor que haciendo donaciones de caridad.

Un informe en el 2005 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos halló que las tarifas telefónicas mexicanas eran las más caras en el grupo de 30 miembros de las naciones desarrolladas, aunque Telmex cuestiona la metodología del estudio.

"No es tanto que esté erigiendo una fortuna", comentó el economista Jonathan Heath, basado en México DF. "Lo malo es que está sumando más con sus monopolios, está recibiendo rentas monopólicas, y por eso está podrido en plata".

AP