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Luis Carlos Sarmiento quiere consolidar su participación y control en Promigas, una de las empresas con más futuro en el país.

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El rey del gas

Luis Carlos Sarmiento, a través de Corficolombiana, va tras el control total de Promigas. ¿Cuál es su apuesta estratégica y qué futuro tiene su oferta?

17 de agosto de 2012

El próximo 12 de septiembre finaliza la Oferta Pública de Acciones (OPA) que lanzó a finales de julio Corficolombiana –brazo financiero de la Organización Sarmiento Angulo que invierte en empresas del sector real– por cerca de 75% de Promigas, una de las principales empresas de este sector en el país, con ingresos anuales por $1,3 billones.

La operación hace parte del proceso de compra de Promigas que hicieron a principios del año pasado Corficolombiana, la Empresa de Energía de Bogotá (EEB) y dos fondos de capital privado estructurados por Correval y Corredores Asociados, que le permitió a este grupo de empresas adquirir los vehículos de inversión que tenía Ashmore, el anterior accionista mayoritario de Promigas y cuya participación era de 52,13%, en una operación que ascendió a cerca de US$790 millones. La compra de estos vehículos de inversión, que estaban ubicados en el exterior, fue controvertida pues para muchos se dio una transacción con cambio de control y en ese momento no se hizo una OPA para que los minoritarios participaran y se debatió quién era el beneficiario real en la operación.

Hoy, la OPA que promueve Corficolombiana pasa por dos escenarios: el primero, estratégico para Sarmiento y, el segundo, de corto plazo, en cuanto a las posibilidades de éxito de la operación misma.

En el primero de ellos, con esta movida Corficolombiana, firma que tiene inversiones por $3,4 billones y un respaldo patrimonial de $2,82 billones, estaría completando un viraje estratégico. ¿Por qué? En el último año y medio, no solo aumentó su participación en Promigas sino que le vendió al grupo chileno Copec las acciones que tenía en las sociedades que controlan la Organización Terpel –como Proenergía–, saliendo así del negocio de distribución de combustibles.

“Es una movida que tiene todo el sentido con base en las características de las grandes inversiones que tiene en su portafolio Corficolombiana: de largo plazo, en sectores regulados y con flujos casi asegurados, como lo son la energía eléctrica y las concesiones viales. Es focalización del portafolio”, asegura un analista de bolsa.

Otro banquero de inversión señala que son negocios distintos. El de distribución de combustible depende del servicio que le da al cliente, de la publicidad, de sus locales y de sus programas de fidelización. “El de Promigas depende de si hay gas y de transportarlo de la manera más eficiente posible”, añade.

Según un comunicado de Corficolombiana –que prefirió no comentar la operación a Dinero–, hoy la firma tiene en Promigas directa e indirectamente 24,97% de las acciones y ahora, con la OPA, va por la totalidad de la propiedad.

Estratégicamente, el sector de gas tiene un gran potencial en el país. Las reservas actuales garantizan suministro hasta 2017, pero ya se han firmado 78 contratos de exploración y explotación y en la Ronda Colombia 2012 se están ofreciendo 109 áreas de exploración a los inversionistas. De hecho, algunos analistas calculan que solo costa afuera las reservas prospectivas de las áreas de gas natural en Colombia podrían llegar a los 50 billones de pies cúbicos.

Sin embargo, hay un hecho que puede transformar la industria mundial. El shale gas está en su furor y en países como Estados Unidos, con inmensas reservas, –ha logrado quintuplicarlas–, alcanza un precio más atractivo que el gas natural convencional.

En ese sentido Estados Unidos podría pasar de ser un importador neto a convertirse en exportador. Allí, lo importante, en el caso de Promigas –y de las empresas distribuidoras o de transporte–, no será de dónde provenga este combustible sino la infraestructura para soportarlo. Promigas tiene las redes y una gran porción del mercado nacional. Y está a la espera de las señales que dé el regulador para apostar con plantas de licuefacción en la costa que permitan importar o exportar gas, así como del desarrollo de tanques de almacenamiento.

A pesar de ese escenario favorable, aquí aparece la situación de corto plazo en la OPA. Si bien ante este panorama la coyuntura de Promigas es interesante para Corficolombiana, también lo es para los otros accionistas. Por eso, muchos de ellos se preguntan por qué el precio base fue de $25.000 por acción cuando en el momento en que se determinó en la bolsa rondaba los $29.000.

“Pero no es la única pregunta. Otra es si el precio implícito de la acción de Promigas al que compró Corficolombiana es el mismo al que les va a pagar a los accionistas minoritarios en esta OPA, pues en muchos casos no solo incluye ese precio, sino otras variables. Lo otro que hay que preguntarse es si el precio de Promigas, que fue fijado hace un tiempo, es vigente después de todo lo que ha pasado, sobre todo cuando las tasas de interés de largo plazo en Colombia –que son las tasas de los TES– vienen bajando considerablemente. Como estas acciones de infraestructura son casi como un bono, cuando bajan las tasas de interés de largo plazo en el país, estas compañías valen mucho más”, advierte un analista.

Al cierre de esta edición, las ventas en la OPA no habían sido muy altas, pero eso es normal en este tipo de operaciones que se deciden en los últimos días. Sin embargo, algunos ya han decidido. Por ejemplo, la EEB anunció dos hechos en información eventual a la Superintendencia Financiera. Uno, que “como parte del proceso de adquisición de 15,6% de acciones de Promigas, realizada en 2011, se está adelantando una transformación de los vehículos de inversión para la posterior nacionalización de la inversión”; y, el otro, que la junta directiva decidió no participar en la OPA voluntaria prevista para Promigas. Otros accionistas, como los fondos de inversión, que tienen más de 8%, lo mantendrían como una inversión de largo plazo.

El otro gran interrogante es si los fondos privados que entraron con Corficolombiana y EEB venderán sus participaciones. Una pregunta que hasta hoy no tiene respuesta pues no se conoce quiénes los conforman y cuáles son sus estrategias de inversión.

Todavía queda espacio para la especulación con esta operación en la que para algunos no sorprendería que Corficolombiana se quedara con más de 40% de la compañía, pero otros consideran que, así como van las cosas, solo sería una OPA de cortesía. En menos de un mes se sabrá la realidad.