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Roberto Paulina, gerente Nacional de Maquinaria Agrícola de Gecolsa.

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“El primer semestre se va a perder secando la tierra”

¿Quiere saber qué pasará en los agronegocios en Colombia? Pregúntele a Roberto Paulina, gerente de Maquinaria Agrícola de Gecolsa. Dice que por ahora no habrá grandes proyectos ni llegarán grandes inversionistas internacionales. Su estrategia en un mercado lento, descuentos.

20 de enero de 2011

¿Quiere saber qué está pasando en el segmento más moderno de los agronegocios en Colombia? Pregúntele a Roberto Paulina, gerente Nacional de Maquinaria Agrícola de Gecolsa.

Gecolsa vende una buena parte de los tractores y el 60% de las cosechadoras que se usan en el país. Por eso su percepción de mercado da también una muy buena visión sobre lo que pasó y lo que ocurrirá en las explotaciones agropecuarias avanzadas, en las que se emplea este tipo de maquinaria.

Aunque mucha gente puede pensar que en estos meses se gestarán grandes proyectos de inversión en agricultura empresarial, las condiciones para lo que queda del semestre no son buenas y para el gerente, las de mediano plazo todavía tampoco son ideales para emprenderlas.

“El primer semestre se va a perder secando la tierra”, dice. “No vamos a tener un buen año en agricultura. Una buena parte de la tierra que se debería sembrar, está bajo agua”.
El problema está en que si no está preparada y seca para la época de siembra, ya no se podrá cultivar en el primer semestre. La ganadería también se tomará un tiempo en recuperarse en las zonas de inundación.

Considera que el Tolima y Llano se libraron del desastre invernal, lo que es una buena noticia para los cultivos de arroz, porque allí se cultiva el 80% de este producto. Prevé que será un año arrocero aceptable, en el que no se reducirá mucho la producción y el país se mantendrá cerca de la autosuficiencia.

Las mega inversiones
“Este año será como uno de los últimos 30. No pasará gran cosa”, dice con un realismo refrescante Paulina. Sostiene que si bien los proyectos existen, su evolución es muy lenta.

Frente a la llegada de inversionistas internacionales es igualmente escéptico. “Husmean pero no van a invertir todavía, en un país donde requerimos demasiadas horas para llegar con la carga a puerto. Se necesita que sucedan algunas cosas primero”, dice. Las carreteras de doble calzada, serían uno de esos requerimientos. “Si hoy hubiera 500.000 hectáreas sembradas, ¿para dónde sacarían ese producto?”, se pregunta el ejecutivo.

Considera que la inversión llegará en realidad en 5 ó 10 años, cuando estos problemas estén resueltos. Sostiene que la evolución en altillanura en los últimos años fue mayor que la de los últimos 20, “pero tenemos huecos. Todavía no estamos preparados para una siembra en grande”.

Mercado para maquinaria
En esas circunstancias, considera que las ventas de tractores de 2011 no aumentarán frente a las de 2010.

El mercado nacional de tractores estuvo por muchos años en ventas de unas pocas unidades, dice Roberto Paulina. En 2008 alcanzó finalmente ventas de 1.000 tractores, en 2009 bajó un poco y en 2010 quedó 30% por debajo del año pico, en 700 tractores. “Este año no va a mejorar. Será de 700 a 800 tractores”, afirma.

Su apreciación es precisa porque cerca del 80% del mercado nacional lo manejan cuatro marcas: John Deere, Massey Ferguson, New Holland y Kubota. Gecolsa distribuye en Colombia las marcas New Holland y Case. “Luego hay otras 8 marcas menores que van por el 20%”, señala.

Su estrategia en un mercado lento parece venir por el lado de las rebajas. Un tractor de 100 caballos de potencia, los más empleados en Colombia, vale sin descuentos cerca de $90 millones, dice Roberto Paulina. Este año redujeron su precio a $80 millones para incentivar su compra. “Castigamos nuestra utilidad para motivar al agricultor”.

Hay otro mercado importante, el de cosechadoras. En el país se venden entre 50 y 80 de estas máquinas por año y el grueso del mercado lo tienen tres marcas: Massey Ferguson, John Deere y Holland. Roberto Paulina dice que Gecolsa tiene el 60% de este mercado.

Una cosechadora de las que usualmente se compran en el país vale US$220.000. Por eso considera que se necesita una ayuda del gobierno para facilitar el acceso al crédito de los agricultores que quieren modernizarse usándolas. “Los bancos le hacen muy mala cara al agricultor”, afirma.