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El ABN-Amro calienta motores

10 de septiembre de 1999

Henk Mulder es un banquero holandés, trajinado en los mercados financieros de Brasil, Europa del Este y el Sudeste de Asia. Ahora está en Colombia al frente del banco ABN-Amro, una organización bancaria con operaciones en 74 países e ingresos por US$13.000 millones. Mulder no les teme a las crisis. Para él, lo de Colombia es coyuntural y el mercado bancario está por hacer. Es más, el ABN-Amro ve en Colombia un mercado lleno de oportunidades para crecer en banca personal y corporativa. "Hoy nuestra principal propuesta de valor es muy simple: flight to quality. Queremos ocupar al menos el tercer puesto del mercado y vamos a lograrlo sin crecer demasiado la red de oficinas. La clave del negocio es la tecnología". El ABN-Amro tiene una perspectiva diferente para el financiamiento de los empresarios colombianos: "lo que importa es el flujo de caja, las garantías son nuestro último criterio de análisis".



El contrapeso



La parte social de la FES, la nueva fundación, se armó de director para reclamar a la Financiera FES, que ahora maneja el Gobierno, los recursos que le corresponden. Antonio de Roux, quien hasta ahora se venía desempeñando como secretario general de la fundación, tendrá la tarea de negociar con el gobierno el reintegro de la suma que le corresponde a la fundación una vez se realice el due diligence de la compañía de financiamiento comercial. Esos recursos son esenciales para continuar financiando los programas de más de 800 ONG en todo el país.



Volver a lo seguro



En un ambiente de incertidumbre financiera como el que ha vivido el país en este año, los depositantes han comenzado a buscar la seguridad. Las cuentas de ahorro han ido a parar a los bancos nacionales y extranjeros considerados grandes, cuyo patrimonio es para el usuario una garantía de solidez. Por su parte, los bancos extranjeros pequeños, los grandes bancos nacionales y las CAV son las entidades que han captado más recursos del público en CDT. La banca cooperativa ha sido la más golpeada por el efecto 'flight to quality'.