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Orlando Cabrales Segovia

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Delfín petrolero

Orlando Cabrales Segovia es el nuevo director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). Asume las riendas en un momento difícil, en medio de investigaciones, polémicas y denuncias. Sus retos son enormes.

27 de octubre de 2011

El nuevo director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) lleva el tema petrolero en la sangre. No solo porque toda su vida ha estado vinculado al sector, sino porque su padre, el empresario y ex Ministro de Minas, Orlando Cabrales Martínez, ha sido uno de los protagonistas de la historia petrolera del país. De hecho, es el actual presidente de la Refinería de Cartagena, la segunda más importante de Colombia después de la de Barrancabermeja.

“Antes de que mi papá nos llevara a conocer a Mickey Mouse, conocimos una actividad sísmica de exploración petrolera. Ahí descubrí lo apasionante que es el sector”, recuerda Orlando Cabrales Segovia, el nuevo director de la ANH, la institución encargada de administrar y regular las políticas de exploración y explotación petrolera en el país desde hace ocho años.

Pero sus méritos para comandar los destinos de la ANH van mucho más allá de su ascendencia familiar. Estuvo vinculado a la multinacional BP durante 16 años, primero como analista político y en los últimos diez años en el departamento jurídico. Allí pasó de ser el responsable del área legal en Colombia, a convertirse en el vicepresidente jurídico de la multinacional para toda América Latina.

Ahora sus retos al frente de la ANH son enormes. Primero, porque llega en un momento complicado para la entidad, tras la intempestiva renuncia de Armando Zamora, luego de ocho años en el cargo. La salida de Zamora se produjo a finales de septiembre, en medio de denuncias por parte del Congreso de la República y de investigaciones de la Procuraduría y la Controlaría en torno a temas como el margen de comercialización de las regalías y los convenios suscritos con las Fuerzas Militares para proyectos de sísmica, entre otros. En ninguno de ellos, sin embargo, se han conocido a la fecha sanciones en contra del anterior director de la entidad.

Más allá de recuperar la credibilidad de la opinión pública en la institución, Cabrales tiene otros tres grandes retos por delante. Uno, generar unas condiciones adecuadas que garanticen una mayor inversión en el sector, bajo los criterios de sostenibilidad y cuidado ambiental. Dos, administrar eficientemente los más de 300 contratos existentes. Y tres, fortalecer la capacidad organizacional de la entidad. “Es necesario mantener la capacidad técnica de la ANH, sabiendo que cumple una función pública y administra los recursos de hidrocarburos del país”, dice Cabrales.

Pero, ¿cómo medir la efectividad de la ANH? Él considera que actividades como la exploratoria, el número de kilómetros de sísmica levantados en los últimos años, al igual que el número de pozos perforados y los contratos de exploración y producción, son una manera adecuada de medir la gestión de la agencia. “La inmensa mayoría de esa actividad hoy en día está asociada a la ANH. Esa proporción será cada vez mayor en el mediano y largo plazo”.

Amante de la filosofía, este costeño llega a la Agencia en un momento crucial para el país, en medio del mayor boom petrolero de los últimos 15 años. Su gestión será determinante para encarrilar una de las locomotoras del Gobierno y preservar un modelo que ha demostrado ser exitoso en Colombia y el mundo.