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Dañar la ropa para darle vida propia, nueva propuesta en Colombiamoda

Mientras un guitarrista improvisa notas desganadas sobre un viejo sillón y un brazo demasiado tatuado encuentra otro hueco para trazarse las primeras líneas de un rostro femenino, Jessica rasga con fuerza unos vaqueros valiéndose de una lija. "No es dañar la prenda, es darle vida, es hacerlo arte".

29 de julio de 2010

Aunque podría parecerlo, esta estampa no pertenece a ningún desvencijado trastero de un suburbio neoyorquino, sino al expositor de Levi's en Colombiamoda 2010, que se celebra estos días en la ciudad colombiana de Medellín, y donde la marca propone a los visitantes crear sus propios diseños en prendas de ropa.

Ambientado en un taller repleto de objetos antiguos, bicicletas clásicas, atrevidos cuadros y sillones y sofás cuya mejor vida ya pasó, varios "artistas", como ellos mismos se definen, ponen todo su ahínco en convertir unos vaqueros relucientes y sin estrenar en prendas que parecen haber pasado por una batalla campal.

"Lo que queremos recrear es el ambiente del Levi's Workshop, que nació originalmente en San Francisco, donde abrieron las primeras fábricas de Levi's. Lo que ellos hacían era crear un taller donde diferentes pioneros, como personas relacionadas con el arte o la música, pudieran conocer la esencia de la marca y personalizar las prendas", señaló a Efe Juliana Restrepo, gerente de la firma.

Rasgaduras, manchas, rodillas desgastadas, agujeros, bolsillos deshilachados, parches y dibujos con pintura son solo algunas de las posibilidades que el visitante puede solicitar a estos particulares artistas del desguace textil.

"Cuando creo mi propia ropa me dicen que parezco 'grounge', pero es mi moda. Eso de salir siempre igual a la calle no me gusta, es mi forma de vestir. No impongo nada, me impongo a mí lo que me gusta", explica Jessica Sierra, una de las artistas locales de Levi's.

Después de manchar todo el pantalón con pigmento café, para simular la suciedad que podría darse en un taller de mecánica, se arma con un rallador casero, de aquellos que no faltan en ninguna cocina. "Es como estar jugando a que si daño la ropa mi mamá me castiga", dice con una media sonrisa de niña mala.

A pocos metros, un hombre con interminables rastas, un enorme aro en la nariz y tatuajes a destajo llama la atención de un grupo de visitantes. Sin embargo, la verdadera carta de presentación de este creador son los originales dibujos que aplica a las prendas.

"Lo importante es que tu ropa quede única, no es como la serialidad de la fábrica que todos pueden tener", afirma Luis Guillermo Palacios, artista plástico, mientras estampa con pintura roja un enorme símbolo de una herramienta sobre un pañuelo.

Caballos desbocados, frases a elección, tipos de herramientas o el eterno símbolo de Levi's: todo dibujo o símbolo vale para poder "apropiarse de la prenda, hacerla sentir única y especial, y ganar la seguridad que te da tu personalidad", añade.

Finalmente, el impoluto pantalón con el que el visitante había empezado el recorrido ahora luce desgastado y viejo, raído aquí y allá, con parches descolocados e hilos rotos, tiznado de grasa negra y con una llave inglesa pintada en blanco a la altura de la rodilla.

"Este tipo de accidentes son los que personalizan la prenda y le da un toque único", apunta Luis Guillermo, quien recuerda que gracias a este proceso, uno puede seguir llevando una prenda popular como la de esta marca, que comparten miles de personas, "pero consigues hacerla sólo tuya".

Y por si el visitante no quedara demasiado convencido de haber encontrado su estilo personal en unos vaqueros que parecen los de un adolescente tras una pelea callejera, Luis Guillermo bromea entre risas: "Lo que sí es seguro es que si vas a una fiesta no vas a encontrar a nadie con la misma prenda que tú, sin ninguna duda".

 

 

EFE