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La Cámara de Comercio de Bogotá.

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Así quedó la junta de la Cámara de Comercio de Bogotá

Con una tremenda abstención, las elecciones de junta de la Cámara de Comercio de Bogotá, ganaron los empresarios sobre los políticos. La composición final del directorio depende del próximo Presidente. La Cámara necesita un buen gobierno corporativo.

4 de junio de 2010

El jueves 3.700 de los 15.000 afiliados que pueden votar en la Cámara de Comercio de Bogotá, CCB, votaron por las 16 listas de candidatos que trataban de conseguir un puesto de los ocho disponibles por elección de los empresarios en la junta directiva de esa entidad. El nuevo organismo fue elegido por dos años.

Esta vez el grupo de los políticos cercanos a Enrique Vargas Lleras perdieron un renglón. Mientras que en la junta anterior tenían cinco representantes - José Blackburn,
Carlos Augusto Ramírez, Efrén Cardona, Sergio Mutis y Fabio Alberto Cardona –, en esta quedaron con cuatro renglones.

En el nuevo directorio se mantuvieron José Blackburn, Carlos Augusto Ramírez y Efrén Cardona y entró la ex gobernadora de Cundinamarca, Leonor Serrano, que en la junta anterior estaba como suplente de Efrén Cardona.

El resto de la nómina está compuesta por tres miembros que repiten en el cargo - Juan Diego Trujillo, Gonzalo Echeverri y Jaime Mantilla – y por uno que entra nuevo, Francisco Durán Casas. Todos ellos tienen un perfil empresarial, según lo indican personas cercanas a la CCB.

La junta de la Cámara tiene doce miembros. Ocho nombrados por los afiliados en una elección como la del jueves, y otros cuatro designados por el gobierno nacional. En el sentir de los observadores de la junta, hasta las elecciones había seis miembros políticos y seis de la línea dura empresarial. Con el resultado hasta ahora, se desbalanceó el poder a favor de los empresarios que quedarían temporalmente con una mayoría de 7 contra 5 políticos.

Naturalmente el balance final solo se conocerá cuando el presidente de la República escoja sus cuatro representantes después del 7 de agosto. Allí se podría cambiar de nuevo la situación.

A quién le sirven
El interés de los miembros de la junta de la CCB debería estar puesto en conseguir que con los $150.000 millones que tiene de presupuesto, los empresarios de la ciudad y del departamento ganen en competitividad. Por eso podrían pensar en proyectos que toquen el entorno competitivo para todos. Educación, infraestructura o normas para los negocios. De eso hay ejemplos en otras cámaras como la de Medellín.

Y también, como lo recomendaría cualquier manual de buen gobierno corporativo, los nuevos miembros de junta deberían cambiar actitudes como la que le manifestara el actual presidente de la junta Carlos Augusto Ramírez a Dinero.com antes de la elección.

Dijo que al llegar a la junta en representación de algún sector, lo natural sería “propender para que (la Cámara) apoye a determinado sector” y señaló que se podrían reorientar recursos hacia allí. Y a la pregunta del periodista de Dinero.com sobre si los recursos se podrían “torcer” para beneficiar grupos de interés específicos, respondió: “Yo no diría torcer, priorizar”.

“En realidad son este tipo de comentarios los que desencantan y asustan a los empresarios. Dicen y hacen cosas que parecen tener más a un propósito de saqueo, de tomarse un presupuesto y una nómina de esta entidad privada, que de hacer lo que se necesita para acelerar el crecimiento empresarial del país”, le dijo a Dinero.com un observador de la CCB.

Quizás no sobraría que en el nuevo directorio se aplique la disciplina y la seriedad corporativas y la transparencia que ellos mismos predican para las demás empresas privadas desde su "Centro Nacional de Gobierno Corporativo".