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A la espera de 2013

La cumbre de la Organización Mundial de Comercio en Hong Kong no fue el fracaso que todos auguraban. Los países miembros pactaron desmantelar todas las ayudas a la agricultura en 2013. El meollo, sin embargo, sigue estando en la letra pequeña.

16 de diciembre de 2005

Un débil acuerdo terminó funcionando como bálsamo para las malherida Organización de Comercio Mundial (OMC). La semana pasada ese organismo, que intenta impulsar el desmantelamiento de las barreras al tráfico de bienes y servicios, se dio cita en Hong Kong. Una telaraña de pesimismo acorraló a los ministros de Comercio que allí se reunieron para intentar salvar la Ronda de Doha, la fase de negociaciones que arrancó a finales de 2001 con la convicción de que le había llegado la hora a la liberalización del comercio mundial. Cuatro años después, la Unión Europea y Estados Unidos siguen enfrascados en duras negociaciones con los otros miembros de la OMC. Esas dos potencias no quieren desarmar la batería de ayudas económicas y protecciones arancelarias que ofrecen a sus productores, especialmente al sector agrícola. La agricultura (ver Artículo Relacionado) precisamente se ha transformado en la gran cruzada de la OMC. En Hong Kong, las principales conversaciones se llevaron acabo en torno a ese tema. Pero en lugar de avanzar en la resolución de esos problemas, simplemente se pospuso el trago amargo. El acuerdo de Hong Kong, obtenido después de una carrera contrarreloj en el último día, establece que en 2013 todos los países miembros habrán abolido sus subsidios a la agricultura. La letra pequeña de ese pacto, sin embargo, todavía está por definirse, lo cual se puede convertir en un verdadero quebradero de cabeza para los negociadores.

Ningún miembro quedó del todo satisfecho con el documento final. La Unión Europea, que se ha erigido como uno de los principales opositores a un acuerdo más ambicioso en la OMC, dio su brazo a torcer al comprometerse a derribar sus subsidios y aranceles para 2013. India y Brasil, los países abanderados de las naciones en desarrollo, querían forzar que la fecha se adelantara para 2010. Los grandes rivales comerciales han aplazado para una reunión a celebrar en abril de 2006 las negociación sobre la letra pequeña del pacto, que desde ya amenaza con convertirse en una reyerta más entre la Unión Europea y Estados Unidos.

Los países más pobres, principalmente los africanos, por su parte, tampoco abandonaron la cumbre con sonrisas. Sus demandas para los productos que exportan (y que son las principales fuentes de ingreso para sus economías) como azúcar, algodón y plátano no fueron bien recibidas por la UE y Estados Unidos, y tendrán que esperar al desmantelamiento general de los aranceles y subsidios. Los países africanos, que aspiraban a que naciones ricas, como Estados Unidos, concretaran la prometida anulación de las cuantiosas ayudas a la producción algodonera local, han expresado su frustración. En cuanto a las naciones ricas, la Unión Europea estima que ha logrado en Hong Kong aplicar los ritmos de su política agraria comunitaria. Estados Unidos, por su parte, felicitó ayer a a la UE por haber pactado la fecha de 2013. En cuanto al paquete de ayuda al comercio, como parte de la agenda del desarrollo, Hong Kong ha sido el escenario de promesas recicladas.

Al parecer, el mayor logro de la cumbre no se convirtió en una lápida de la moribunda OMC. Después del tremendo y muy publicitado fracaso de la pasada reunión de Cancún en 2003, otro fallo hubiera extinguido cualquier esperanza para la liberalización comercial. 

Pascal Lamy, con aspecto de claro agotamiento, aseguró que la OMC abandonó un "periodo de hibernación". La ronda de Doha se encuentra ahora mismo un 60% completada, sentenció. Lo más importante, sin embargo, es que en Hong Kong el organismo volvió al equilibrio y creó la "energía política" necesaria para poder progresar durante el próximo año. De momento, el objetivo de la OMC es liberar el comercio de una forma que no resulte discriminatoria y evitar así realizar concesiones especiales para pocos países. Una vez implementados a finales de 2007 los acuerdos de la Ronda de Doha, de la cual forma parte la negociación de Hong Kong, el compromiso prevé eliminar progresivamente los subsidios de modo que en 2011 se logre realizar una parte "sustancial" del desmantelamiento. El calendario será por fases.

El pacto de compromiso alcanzado ayer está condicionado a un desarme mutuo. El punto número 6 es la clave. Dice así: "Acordamos asegurar la paralela eliminación de todas las formas de subsidios a la exportación y disciplinas sobre todas las medidas de exportación con efecto equivalente a completar a finales de 2013". Bien, el meollo: "Esto será alcanzado de una manera progresiva y paralela, a ser especificado en las modalidades [esto es, en abril de 2006], de manera que una parte sustancial se realice hacia finales de la primera mitad del periodo de implementación". Esto es, hacia 2011. Aquí está contenido el desarme mutuo UE-E.U.