Pablo Muñoz, liquidador de Interbolsa S.A.

Caso Interbolsa

¿Esa 'platica' se perderá?

El agente liquidador de Interbolsa S.A., Pablo Muñoz, admitió que los inversionistas del fondo Holdco de Luxemburgo tienen un gran riesgo de no recuperar su dinero.

6 de febrero de 2013

El agente liquidador de Interbolsa S.A., Pablo Muñoz, reveló que hasta el 15 de febrero tendrán plazo quienes invirtieron en el fondo Holdco de Luxemuburgo para hacer sus reclamaciones ante la corte de ese país.

Lo dijo en rueda de prensa que se llevó a cabo en la Superintendencia de Sociedades, al término de una reunión que se desarrolló durante la mañana, en la que además hizo una advertencia poco alentadora: que existe un gran riesgo de que los inversionistas no recuperen su dinero.

Como lo reveló Revista Dinero en su edición pasada, la operación por US$50 millones a través de Luxemburgo es quizás el mayor descalabro derivado de la debacle de InterBolsa.

Se trata de los famosos Títulos Estructurados de Crédito (TEC), papeles a través de los cuales la malograda firma obtuvo US$50 millones en julio del año pasado a un plazo que se extiende hasta 2016.

Es una operación sofisticada, con altos niveles de riesgo y diseñada para inversionistas profesionales. Un TEC es una especie de pagaré o letra de cambio que sirve de garantía a un crédito. Pero esa garantía consiste, básicamente, en el buen nombre de la empresa y su promesa de pagar cumplidamente: detrás de los TEC no hay un colateral como acciones, títulos valores, propiedades o finca raíz ni ningún otro activo adyacente que sirva de respaldo en caso de un incumplimiento. Simplemente, la garantía se va construyendo mensualmente durante la vida del crédito, gracias a los pagos que el emisor hace a una fiduciaria.

En el caso de InterBolsa, el emisor de los TEC es InterBolsa Holdco, que no es una empresa, sino un vehículo de inversión con personería jurídica propia y radicado en Luxemburgo. Los únicos activos de ese vehículo son los US$38.000 del capital suscrito.

Para comprar un TEC, los inversionistas colombianos tenían que poner su plata en Panamá, a través de la filial de InterBolsa en ese país. Así las cosas, alguien en Colombia adquiría un TEC de InterBolsa, ponía su dinero en Panamá para un vehículo de inversión en Luxemburgo y la plata servía para refinanciar las deudas de la Holding de InterBolsa en Colombia: toda una vuelta al planeta y un verdadero enredijo financiero y jurídico.

Lo malo de la operación no es que haya sido en Luxemburgo o que la plata haya sido recaudada en Panamá. Lo más grave del asunto es que quienes mayoritariamente terminaron poniendo los US$50 millones de la emisión fueron pequeños inversionistas como pensionados, amas de casa, o profesionales que desconocían el intríngulis de la operación. Ninguno era un inversionista profesional o especulador financiero.

Consulte aquí datos adicionales sobre el fondo de Luxemburgo, que tiene en vilo US$50 millones de los inversionistas.