En sus 117 años de historia, el Dow Jones sólo cambió 47 veces su composición.

Finanzas

¿Cómo llega una compañía a integrar el Dow Jones?

Este 23 de septiembre no es un día más en la vida del Dow Jones Industrial Index, uno de los indicadores más seguidos de valores bursátiles del mundo.

Alianza BBC
23 de septiembre de 2013

En sus 117 años de historia –desde antes del avión hasta nuestros días– esta suerte de Olimpo de las 30 compañías más importantes de Estados Unidos sólo cambió 47 veces su composición.

De ahí la agitación producida por el anuncio de que tres miembros –Bank of America, Hewlett-Packard y el rey del aluminio Alcoa– han sido sustituidos por nuevas deidades: Goldman Sachs, Visa y Nike, que se integran este lunes.

El profesor de finanzas de la London Business School Ralph Koijen explicó a BBC mundo los mecanismos de acceso a este particular Olimpo estadounidense.

"El criterio de selección es bastante subjetivo. Se toma en cuenta su 'excelente reputación, su capacidad de crecimiento, el interés que despierta en los inversores', todos criterios debatibles y con anomalías en su composición", indicó Koijen a BBC Mundo.

La vida te da sorpresas

Los integrantes del Dow Jones

•    3M
•    American Express
•    AT&T
•    Boeing
•    Caterpillar
•    Chevron
•    Cisco-Systems
•    Coca-Cola
•    DuPont
•    ExxonMobil
•    General Electric
•    Goldman Sachs
•    The Home Depot
•    Intel
•    IBM
•    Johnson & Johnson
•    JPMorgan Chase
•    McDonald's
•    Merck
•    Microsoft
•    Nike
•    Pfizer
•    Procter & Gamble
•    Travelers
•    UnitedHealth Group
•    United Technologies
•    Verizon
•    Visa
•    Wal-Mart
•    Walt Disney

Una de las anomalías más flagrantes es que la primera y tercera compañía estadounidense en valor de mercado, Apple y Google, no figuran en el índice.

La razón para este aparente sinsentido es que a los criterios subjetivos mencionados por Koijen se añade uno más mensurable.

El Dow Jones toma en cuenta el precio por acción de una compañía: esto da más peso a compañías más pequeñas, pero con un precio bursátil mayor.

Otros índices se rigen por el valor de mercado, es decir, el valor total de todas las acciones de una compañía: las compañías más grandes suelen tener un peso mayor.

Esto lleva a que muchos inversores institucionales –Fondos de Pensión o de Alto Riesgo que forman el grueso de la inversión en los mercados bursátiles– se guíen por índices más amplios que el Dow Jones, como el S&P 500, que tiene un volumen total de inversiones muy superior.

Los fondos que toman como guía el Dow Jones manejan unos US$200 millones en comparación con los US$3 billones de los que siguen el S&P 500.

Richard Payne, hoy profesor de la Cass Business School de Londres, trabajó en bancos de inversión y explicó a la BBC cómo se decide el destino de los fondos.

"Hay unidades dedicadas a seguir el desempeño de un índice para decidir el destino de sus inversiones. Estas unidades suelen seguir mucho más de cerca índices como el S&P 500 que es mucho más representativo de la economía estadounidense en su conjunto. En este sentido el Dow Jones es un índice de gran valor histórico, pero tiene algo de anacronismo", señaló Payne.

El sube y baja

Anacronismo o no, estamos acostumbrados a que en la sección financiera de las noticias televisivas, de radio o de prensa aparezcan referencias al índice Dow Jones.

El mero nombre viene con un aura de prestigio equivalente a su opacidad: pocos saben qué es o qué mide.

¿Se trata de un ranking más o nos dice algo sobre las empresas incluidas o excluidas y el estado de la economía estadounidense?

"Cuando el precio de las acciones de una compañía cae mucho está claro que no puede seguir en el Dow Jones. Al mismo tiempo, la composición interna de estos 30 lugares refleja el peso de distintos sectores", indicó a BBC mundo Koijen.

En el caso de uno de los caídos del Olimpo, el Bank of America, está claro que esta entidad financiera no se recuperó del estallido financiero del 2008: el precio de sus acciones de US$14 es elocuente al respecto.

Pero también es evidente que, a cinco años de la caída de Lehman Brothers y la recesión económica mundial que le siguió, su exclusión del índice es un dictamen sobre el Bank of America en particular y no un juicio sobre las entidades financieras.

De hecho, Goldman Sachs, que ayudó a Grecia a ocultar su déficit fiscal con operaciones ficticias a principios de siglo y es el candidato más firme a la corona de la especulación financiera mundial, es una de las tres compañías que han ingresado en indicador.

El hecho de que Visa sea otro de los elegidos subraya el creciente peso de las finanzas en la economía estadounidense.

En el campo industrial, la expulsión de Alcoa refleja la caída internacional del precio del aluminio debido a la menor demanda china: hoy el precio de las acciones se sitúa en torno a los US$8.

"Su reemplazo por Nike habla del creciente peso del consumo de ropa en la economía estadounidense", subraya Koijie.

El narcisismo de las finanzas

En sus 117 años de historia, el Olimpo de las 30 compañías más importantes de EE.UU. sólo cambió 47 veces su composición.

Esta inclusión o exclusión de una compañía tiene un impacto sobre su precio bursátil. "El precio de las acciones sube o baja porque los índices orientan la conducta de los gerentes de los fondos de inversión", explicó a BBC Mundo Payne.

Pero el Dow Jones cumple también una función más cercana al reino de la psicología social que al de las finanzas.

Estar en el Olimpo –en el cuadro de honor de la escuela, en el equipo de fútbol, ser Miss Universor– ayuda a satisfacer el exigente y quizás inagotable narcisismo humano.

"El prestigio cuenta a nivel corporativo y pocas cosas lo proporcionan como pertenecer al Dow Jones 30", señaló a BBC Mundo el profesor de finanzas de la London Business School Ralph Koijen.