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Internacional

Venezuela y la conspiración de cada día

El país se despierta cada mañana con denuncias de preparativos de golpes de Estado de uno y otro bando. El problema es que se conviertan en "profecías autocumplidas".

Alianza BBC
28 de mayo de 2012

Magnicidios, revueltas populares inducidas y golpes de Estado de todos los colores. Raro es el día en que los venezolanos no desayunan con titulares sobre un plan para matar al presidente Hugo Chávez o con los preparativos de un autogolpe por parte del gobierno.

El Crucigramagate, el pasatiempo que supuestamente llamaba a matar al hermano del presidente Adán Chávez, ha sido sólo la más rocambolesca de las conspiraciones que inundan el panorama venezolano.

Las denuncias son casi diarias por parte del oficialismo, pero tampoco desde la oposición son pocas las alertas de supuestos planes para suspender las elecciones o crear un clima de inestabilidad que justifique un autogolpe.

Lo llamativo es que unos y otros casi siempre coinciden en la explicación: el rival político acudirá a vías no democráticas por la "desesperación" ante la certeza de que van a perder las elecciones presidenciales el próximo 7 de octubre. En eso están de acuerdo.

Para unos es la enfermedad de Chávez que le va a impedir presentarse –a decir de la oposición–, para otros es que el mandatario es un seguro de victoria en las urnas y nada va a impedir que se presente, a decir del oficialismo.

Un día magnicidio, al otro golpe


En los últimos tiempos, Venezuela cuenta un complot magnicida o golpista al día, a veces más.

Entre quienes alimentan las teorías conspirativas está el propio presidente Hugo Chávez. El lunes de la semana pasada fue la última vez que lo hizo al tomar la palabra en la televisión para hablar de los planes desestabilizadores de la oposición.

"La mejor guerra es la que se gana sin disparar un tiro", dijo.

También han insistido recientemente en el asunto el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, el ministro de Comunicación, Andrés Izarra, y hasta la fiscal general de la República, Luisa Ortega.

Aunque el momento culminante llegó con un presentador de la televisión estatal que halló un presunto complot para matar al hermano del presidente en un crucigrama.

"Esto huele mal. Hay signos muy fuertes que nos están diciendo por dónde van los tiros. El que no los quiera ver que no los vea, que se burle, que diga que es paranoia", dijo Miguel Pérez Pirela.

Y las denuncias incluso llegaron desde el exterior, con las declaraciones del excomandante paramilitar Salvatore Mancuso, quien desde una prisión de EE.UU. afirmó que militares y políticos venezolanos llegaron a ponerse en contacto con las disueltas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) para buscar el apoyo de ese grupo paramilitar de cara a organizar un golpe contra Chávez.

El autogolpe que se viene

Las teorías de la conspiración permanente también están presentes en el discurso de diversos sectores de la oposición, que insiste en que el gobierno se dispone a sacar lo que algunos llaman "caja de herramientas paraconstitucionales" y llevar a cabo la sucesión presidencial por mecanismos distintos a los previstos en la Constitución.

Una tesis que se repite de forma recurrente es la de que el Ejecutivo busca generar un clima de violencia que haga del país algo ingobernable y se justifique así un autogolpe de Estado.

También han hablado de que el gobierno pretende posponer las elecciones y no celebrarlas el 7 de octubre sino unos meses más tarde como una forma de ganar tiempo para que Chávez se recupere y esté en condiciones de actuar en campaña.

"Es evidente que en el gobierno hay gente que está acariciando la posibilidad de diferir las elecciones para tratar de reconquistar la mayoría perdida y resolver el problema de la sucesión presidencial", dijo José Luis Pirela, del Partido Patria para Todos (oposición).

Por su parte, el periodista Nelson Bocaranda, simpatizante opositor que en su columna "Runrunes" publica información sobre el estado de salud de Chávez, afirmó que miembros de la cúpula militar están preparando un autogolpe si el mandatario no renueva en el cargo.

El árbitro

Este clima de confusión y conspiraciones que marca las semanas previas al inicio oficial de la campaña tiene, sin embargo, un árbitro, la Corte Nacional Electoral (CNE).

El rector de la CNE Vicente Díaz, presidente de la Comisión de Participación del órgano, conminó en un artículo en el diario El Nacional a oficialistas y opositores a que depongan esta actitud de alimentar conspiraciones por el peligro que suponen.

"Tenemos una ruta por delante: el camino electoral, donde se dirimen los conflictos de poder de acuerdo a lo que decida soberanamente el pueblo de esta nación", escribió Díaz.

Citando la tesis de la "profecía autocumplida" del sociólogo Robert K. Merton, Díaz advirtió que la mera existencia de estas predicciones pueden ser en sí las causas de que se materialice en hechos, incluso aunque se basen en fundamentos absolutamente falsos.

Es decir, tanto va el cántaro a la fuente…