Las repercusiones del auge energético de Norteamérica se están empezando a sentir en Oriente Medio, Rusia y China. | Foto: Archivo

MUNDO

Las cinco tendencias de la industria energética mundial

La firma inglesa Deloitte presentó su informe anual sobre cómo está el sector de energía en el ámbito global y cuáles son sus desafíos.

16 de agosto de 2014

Según el reporte 2014 Oil and Gas Reality Check, elaborado por Deloitte, la inclinación del mercado energético mundial hacia la adopción de combustibles más limpios y ecológicos, favorece el auge del gas natural, y en consecuencia, del gas natural licuado, dentro de un entorno universal en el que el uso de este combustible se está globalizando rápidamente.

Igualmente,  el estudio señala que las repercusiones del auge energético de Norteamérica se están empezando a sentir en Oriente Medio, Rusia y China, debido a que está pasando de ser uno de los principales importadores, a convertirse pronto en exportador.

Lo anterior impacta en nuevas fuentes de suministro, mayor competencia, la reconfiguración del panorama geopolítico global y la profundización de las interdependencias que existen hoy entre las naciones, dice el documento.

Adi Karev, director global para la Industria de Petróleo y Gas en Deloitte, explica que “este año, los mercados energéticos han sido marcados por motivaciones geopolíticas y pragmatismo a un nivel nunca antes visto. Los efectos que se derivan de la revolución energética de Norteamérica serán sentidos tanto en una disminución en las tensiones asociadas al suministro energético en Eurasia, así como la continuación de los esfuerzos de Estados Unidos por mantener su rol como guardián del balance de poder global, frente al ascenso de China y la revitalizada influencia de Rusia en los asuntos mundiales”.

Las tendencias
Estas son las cinco tendencias clave presentadas por Deloitte, las cuales revelan los retos de la industria y la dinámica ante un nuevo panorama energético mundial, en el que se profundizan las interdependencias entre naciones y se fortalecen nuevos actores. 

1. Energía global: la revolución norteamericana 
Según proyecciones emitidas por la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), ese país está posicionado para convertirse, a finales de esta década, en exportador neto de gas natural, 

2. Suministro de energía: nuevas fuentes, nueva geopolítica 
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y Rusia han dominado el sector de las exportaciones de gas y petróleo por más de medio siglo. Hoy, los nuevos proveedores están retando su dominio, y en el proceso, alterando el actual entorno geopolítico. 

3. Portafolio energético: un cambio en el orden global.
El mercado energético global se está orientando hacia combustibles más limpios como el gas natural, el cual se está usando, cada vez más, en Norteamérica para la generación de energía, manufactura y transporte. Por su parte, Japón también tiene planes para incrementar la participación del gas natural en su mezcla de generación y Europa, continúa en su intención por adoptar combustibles más limpios.

4. Producción energética: se necesitan nuevas estrategias de gestión de proyectos
Las reservas de megaproyectos de gas y petróleo – aquellas que ascienden a más de 1.000 millones de barriles equivalentes de petróleo (BEP) – pueden ser agrupadas en tres categorías: proyectos tradicionales, nueva era y no convencionales. Los primeros comprenden actividades on shore, en aguas superficiales y crudo pesado; los segundos abarcan tecnologías para gas natural y licuado (LNG), gas a líquido (GTL), aguas profundas y el Ártico; y, los terceros, no convencionales, se refieren a esquistos, petróleo de formaciones.

5. Nacionalismo energético: movido por la codicia, temor y orgullo
El estudio de Deloitte indica que el nacionalismo de los recursos resulta de una fuerte pugna entre tres motivaciones muy humanas: el deseo de riqueza en la medida en que los recursos se monetizan (codicia); el deseo de seguridad energética toda vez que las sociedades modernas dependen excesivamente de la energía (miedo); y, el deseo de mantener la soberanía nacional sobre los recursos propios para así impulsar el propio desarrollo (orgullo).