Ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega | Foto: Afp

Internacional

Economía brasileña sufre contracción

La economía sufrió en el tercer trimestre su mayor contracción desde inicios del 2009, nuevamente con un desempeño por debajo de lo esperado.

3 de diciembre de 2013

La economía se contrajo un 0,5 por ciento en el tercer trimestre respecto a los tres meses previos, dijo el martes la agencia gubernamental de estadísticas IBGE, una vez más debajo de los pronósticos. El mercado apostaba a que el Producto Interno Bruto cayera un 0,2 por ciento, según la mediana del pronóstico de 40 economistas encuestados por Reuters.

El frágil trimestre reforzó los temores sobre Brasil, que en los últimos años ha tenido problemas para contener la inflación y mantenerse competitivo, ensombreciendo la reputación ganada en una década de robusto crecimiento. Aunque la perspectiva de una recesión en la mayor economía de América Latina parece aún poco probable, el frenazo sugiere un escenario de débil crecimiento y también un posible recorte de la calificación de crédito en el 2014 antes de los comicios donde se espera que la presidenta Dilma Rousseff busque la reelección.

Tras conocerse los decepcionantes números, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, reconoció que la recuperación demora más de lo que el Gobierno esperaba, pero dijo que la economía brasileña debe crecer en el cuarto trimestre frente al tercero debido a una gradual recuperación de la actividad. Pero la contracción de la economía en el tercer trimestre, sumada a nuevas evidencias de un estacamiento entre enero y marzo, reforzaron las expectativas de que el banco central podría terminar pronto un ciclo de alzas de tasas de interés con el que busca domar la inflación. El rendimiento de los futuros de las tasas de interés cayó el martes a medida que los operadores apostaron cada vez más por un tipo de interés menor y de un sólo dígito en enero.

El peor mes parece haber sido julio, después de una ola de manifestaciones contra la pésima calidad de algunos servicios públicos. La recuperación ha sido frágil y los economistas están recortando sus proyecciones para el 2013 y 2014, que debería ser todavía más débil. "El cuarto trimestre comenzó débil y el crecimiento (este año) deber estar más cerca de un 2,2 o 2,3 por ciento que del 2,5 por ciento que teníamos antes", dijo Flavio Serrano, un economista de Espirito Santo Investment Bank. "No fuimos capaces de crecer a pesar de varias medidas de estímulo económico (...) debido al desbalance macroeconómico con poca producción y mucho consumo".

El estancamiento de Brasil contrasta con grandes mercados emergentes como México, India y China, donde el crecimiento de las economías se recuperó entre julio y septiembre luego de una decepcionante primera mitad del año. Brasil ha quedado rezagado principalmente debido a fuertes estímulos económicos ofrecidos en el último año por el gobierno, que están ahora comenzando a perder fuerza.

Las exenciones fiscales y préstamos baratos de Rousseff han dado escasos resultados y su retirada está ahora complicando el panorama para los fabricantes de autos y muebles. El gasto público aumentó un 1,2 por ciento en el tercer trimestre y fue el principal motor de la demanda. Sin embargo, funcionarios han advertido que no hay más espacio para medidas de estímulo a medida que disminuyen los ingresos tributarios y el Gobierno incumple sus metas presupuestarias.

UN DIFÍCIL 2014
Eso deja a Rousseff con poco margen de error en el final de su primer mandato. El próximo año promete ser complicado para la presidenta, que debe terminar los preparativos para el Mundial, enfrentar el escepticismo del empresariado y la probable eliminación de los estímulos monetarios en Estados Unidos. El sector privado ha sido cauteloso. La inversión cayó un 2,2 por ciento respecto al segundo trimestre, debido a que los elevados costos y la poca confianza de parte de los empresarios desalentaron los gastos de capital.

La mayor caída en la producción en el tercer trimestre fue en el sector agrícola, que se contrajo un 3,5 por ciento luego del final de la principal cosecha, cediendo parte de las ganancias de un robusto segundo trimestre. Un mercado laboral sorprendentemente fuerte ha sido una de las pocas buenas noticias para la economía brasileña, que ostenta un desempleo estable cerca de mínimos históricos. Los precios al consumidor, sin embargo, han estado subiendo más rápido que los salarios durante la mayor parte del año.

La demanda de los hogares aumentó un 1,0 por ciento en el tercer trimestre, pero avanzó menos respecto al mismo período del 2012 que frente al trimestre previo. Las ventas minoristas sufrieron un fuerte frenazo este año, con un crecimiento anual de alrededor de la mitad del ritmo del año pasado. A juzgar por los atiborrados bares de Río de Janeiro o los centros comerciales de Sao Paulo uno quizás no lo perciba, pero el consumo de cerveza y las ventas de autos están cayendo este año por primera vez en una década.

Las fábricas brasileñas tienen aún problemas para competir en el extranjero y más líneas de montaje quedaron ociosas en el tercer trimestre, a medida que fueron caducando los incentivos fiscales. La contribución del sector industrial al PIB fue de apenas un 0,1 por ciento. Pero incluso el sector de servicios, que enfrenta una menor competencia externa, se expandió sólo un 0,1 por ciento durante el trimestre. Como los servicios juegan un papel cada vez más importante en la economía brasileña, el IBGE modificó el método de cálculo del crecimiento, lo que llevó a una revisión de los datos de los últimos años.

La economía de Brasil se expandió un 1,8 por ciento en el segundo trimestre y se mantuvo estable en el segundo, dijo el martes el IBGE, comparado con reportes previos de un crecimiento de un 1,5 y 0,6 por ciento, respectivamente. Y el tercer trimestre del 2011, que antes había registrado una contracción de un 0,1 por ciento, fue revisado al alza hasta un crecimiento de 0 por ciento.


Reuters/D.com