Varios japoneses se dirigen a sus respectivos trabajos este viernes 28 de enero de 2011, en Tokio, Japón. El índice de desempleo en ese país en 2010 se situó en 5,1%, sin variación respecto al año anterior, en medio de la desaceleración económica en el país, informó el Gobierno japonés.

Internacional

Se les agota el tiempo a EE.UU y Japón para lidiar con sus deudas

Japón y Estados Unidos enfrentan una nueva presión para reducir sus amplios déficits presupuestarios, después que el FMI y las agencias calificadoras exigieron más evidencia de que pueden tener sus deudas públicas bajo control.

28 de enero de 2011

El Fondo Monetario Internacional dijo que las dos economías más grandes del G-7 necesitan diseñar planes creíbles para recortar el déficit, antes de que los mercados pierdan la paciencia y salgan de sus bonos. El viernes, el primer ministro de Japón, Naoto Kan, prometió seguir adelante con las reformas tributarias que apuntan a frenar la deuda del país, pero una oposición que no coopera y las divisiones dentro de su propio partido en esta política hacen que las posibilidades de éxito sean menores.


"Lo importante es mantener la disciplina fiscal y asegurar la confianza del mercado en las finanzas públicas de Japón", dijo Kan, quien asumió el cargo en junio como el quinto primer ministro desde el 2006, a la Cámara Alta del Parlamento.


La agencia calificadora Standard & Poor's rebajó la calificación de deuda de Japón a largo plazo el jueves, por primera vez desde el 2002, y horas más tarde Moody's Investors Service advirtió que el riesgo de que Estados Unidos pierda su calificación triple A, aunque pequeño, está en aumento.


Los mercados de bonos reaccionaron en calma, pero las últimas advertencias acerca de las colosales responsabilidades acumuladas por ambos países, elevan los temores de que un alza en los costos de endeudamiento pueda entorpecer los esfuerzos para restaurar la disciplina fiscal y consolidar una frágil recuperación. "En las economías avanzadas, donde la sustentabilidad fiscal no ha sido una preocupación del mercado, planes creíbles que vayan más allá del 2011 necesitan ser implementados de manera urgente para fijar un benevolente sentimiento del mercado", expresó el FMI en su reporte de "Monitoreo Fiscal".


La crisis financiera del 2007/08 provocó un dramático aumento de la deuda en el mundo desarrollado, ya que los gobiernos gastaron miles de millones de dólares para apuntalar sus maltrechas economías y para rescatar a bancos en problemas.


En Estados Unidos, la deuda pública pendiente ha aumentado a más de un 60 por ciento de la producción total desde la crisis financiera y se espera que, con un déficit presupuestario récord de 1,5 billones de dólares previsto para este año, pueda crecer aún más.


Japón está en una posición aún peor. Su deuda ha estado creciendo por años, ya que trata de revivir la economía desde que una gran burbuja de activos se reventó en la década de 1990, y la deuda en circulación del Gobierno a largo plazo se sitúa en alrededor de un 180 por ciento del PIB.


Kan ha impulsado una reforma tributaria y de seguridad social que incluye una futura alza de un 5 por ciento en el impuesto a las ventas, una prioridad debido a los crecientes costos de una sociedad que está envejeciendo y una deuda pública que es la más grande entre las economías avanzadas.


Preocupaciones políticas

En Europa, donde Grecia e Irlanda han sido empujados a pedir rescates financieros por las presiones de los mercados de bonos, muchos han adoptado medidas de austeridad para reducir sus déficits. Pero el FMI indicó que las nuevas rebajas tributarias en Estados Unidos y un aumento de gasto en Japón han entorpecido el progreso general en las naciones ricas. Las agencias calificadoras se inquietaron de que los políticos estén dificultando controlar el déficit en ambos países.


Moody's teme que el Congreso de Estados Unidos, donde los republicanos controlan la Cámara de Representantes, no logre considerar y aprobar algunas de las medidas para reducir el déficit propuestas por un panel designado por el presidente demócrata, Barack Obama. Los temores por las deudas que acosan a buena parte del mundo desarrollado resaltan una recuperación a dos velocidades tras la crisis financiera, que ha visto a las economías emergentes repuntando fuertemente, especialmente en Asia, mientras que las potencias tradicionales están en problemas.


"La gente se está dando cuenta de que los mercados emergentes no son tan peligrosos como otros lugares, a la luz de lo que ha sucedido", mencionó a Reuters, Mark Mobius, presidente del Grupo Mercados Emergentes de Franklin Templeton en Singapur.


"Los mercados emergentes siguen siendo más baratos que los mercados desarrollados (...) y vemos flujos continuados hacia los mercados emergentes", agregó.


Sin embargo, la reacción de los mercados de bonos indican que no hay una crisis inmediata en el horizonte para Estados Unidos o Japón.