Se acaba la espera, perforadora llega la mina

La crucial perforación de un pozo para evacuar a 33 mineros atrapados bajo tierra concluyó en Chile el sábado, desatando celebraciones con champaña entre técnicos y gritos y llantos de emoción de familiares que ven cerca el rescate final, en la mayor hazaña de supervivencia mundial bajo tierra.

9 de octubre de 2010

Sirenas, bocinas y campanas se escucharon en las afueras de la mina en señal de que la máquina finalizó su perforación hasta los 622 metros de profundidad, para dar inicio a la fase final de rescate de los 32 trabajadores chilenos y un boliviano encerrados en el fondo de una mina hace más de dos meses.

"Tras el rompimiento (perforación), la mina está a punto de dar a luz. El cerro va a parir 33 hombres. Pronto va a acabar este infierno", dijo entre lágrimas la esposa de Claudio Yañez, uno de los mineros atrapados.

Pero la emoción y júbilo también atrapó a los mismos profesionales a cargo de la perforación, que al momento del rompimiento, casi a las 08.00 hora local (1200 GMT), celebraron con una champaña el hito al mejor estilo Fórmula 1 y que luego dio paso a abrazos con autoridades.

"Parece curioso pero hemos tenido 33 días de perforación para rescatar a 33 mineros. Todavía queda mucho camino que recorrer (...), pero se ha completado un nuevo paso, un hito importante en este proceso de rescate", dijo a periodistas el ministro de Minería, Laurence Golborne.

Si se trata de héroes, uno de los que ya brilla es el estadounidense Jeff Heart, quien estuvo los 33 días operando la perforadora T-130 de la firma especializada en sondaje minero Geotec, que finalmente abrió las esperanzas de un pronto rescate.

"No hay palabras. Finalmente llegamos, hemos luchado todo este tiempo. No voy a hacer algo más importante que esto en mi vida", dijo emocionado Heart, tras ser presentado por el Gobierno como la pieza clave de la operación.

Complejas decisiones
La máquina perforadora trabajó toda la noche del viernes y madrugada del sábado para alcanzar los últimos metros de un ducto clave, que ahora será el cordón umbilical que permitirá traer de regreso a la luz a los mineros.

Ahora, los jefes de los socorristas deben decidir si refuerzan (encamisan) el ducto con tubos de acero en forma total o parcial, para luego realizar pruebas antes de comenzar a izar a los mineros a la superficie en cápsulas especiales apenas más anchas que los hombres de una persona.

"Creo que se va a encamisar unos 70 metros. La roca es de muy buena calidad, así que eso mejora las posibilidades", dijo Pedro Butazzoni, presidente de Geotec en Chile, quien agregó que uno de los mineros abajo le dijo que estaban muy agradecidos por las labores y esperaban pronto estar arriba.

Está previsto que cerca de las 18.30 hora local (2230 GMT) las autoridades entreguen una definición de los pasos a seguir, una vez concluyan las labores de retiro de las barras del martillo perforador y luego que una cámara de video baje a revisar la última parte del pozo.

Según fuentes de Gobierno, la idea inicial sería reforzar los primeros 60 metros del ducto perforado con tubos de acero, debido a que la roca estaría más fragmentada en esa zona.

Si finalmente se refuerza sólo la primera parte del ducto, los expertos han estimado que el rescate propiamente tal ocurriría entre el lunes y martes de la próxima semana, con el apoyo de dos a cuatro especialistas que descenderían a la mina por la cápsula metálica.

Pese al hito que se consiguió con la perforación, Golborne dijo que los mineros atrapados saben que aún faltan algunas etapas para regresar a la superficie.

"Los mineros están muy tranquilos, mucho más calmados que la prensa", agregó, rodeado de periodistas, camarógrafos y fotógrafos de decenas de medios locales y extranjeros apostados en el lugar.

Algunos de los hombres han enviado de regreso a la superficie recuerdos como cartas, crucifijos y ropas que les fueron entregados a través de estrechos ductos de comunicación y que también les han permitido devolverlos no sólo para permitirles rememorar lo vivido sino también para hacer especies de museos personales.

Antesala del encuentro
Mientras se espera el día final, al campamento llegó la esposa de uno de los mineros atrapados que dio a luz hace unas semanas y quien llevaba a su bebé llamada "Esperanza" en un coche por las rocosas calles de las improvisadas calles: "¡Estoy feliz!", gritó Elizabeth Segovia.

Ariel Ticona, padre de Esperanza, pudo ver el nacimiento de su hija a través de un video grabado que le fue enviado al fondo de la mina, donde los trabajadores cuentan con tecnología de última generación para ver imágenes y mantener un permanente contacto con la superficie mediante una fibra óptica.

Después del derrumbe, ingenieros realizaron inicialmente perforaciones estrechas, del ancho de una toronja, para hallar a los hombres. Desde una de esas perforaciones, el 22 de agosto, surgió sorpresivamente un papel blanco con el siguiente mensaje en letras rojas: "Estamos bien en el refugio, los 33".

Esa primera señal de vida, 17 días después del accidente, desató no sólo celebraciones en todo el mundo, sino un inédito operativo de rescate. Desde entonces, se les ha enviado agua, alimentos, gel de alto contenido energético y medicamentos a través de los estrechos ductos para mantenerlos con vida.

Las primeras imágenes capturadas con una cámara que descendió por la especie de cordón umbilical perforado mostró a los hombres con barba y con el torso desnudo para lidiar con el calor y la humedad en la profundidad del pequeño yacimiento en el corazón de la región minera de Chile, el mayor productor mundial de cobre.

Atrapados durante 65 días hasta el momento, los hombres han establecido una marca mundial de tiempo de trabajadores que han sobrevivido bajo tierra después de un accidente minero. Ellos están en condiciones de salud sorprendentemente buenas, aunque algunos presentan infecciones en la piel.

Para el momento del rescate, está previsto que el presidente Piñera y su homólogo de Bolivia, Evo Morales, se encuentren en el campamento para recibir a los protagonistas de esta hazaña de supervivencia.

 

 

Reuters