El Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, a la izquierda, y de petróleo de Venezuela el Ministro y Presidente de Petróleos de Venezuela SA, PDVSA , Rafael Ramírez asistieron a una rueda de prensa conjunta en Caracas, Venezuela.

Venezuela

Pdvsa sin nada que temer

El Departamento de Estado de EE.UU. cumplió con la advertencia que venía haciendo desde hace varios meses y finalmente este martes anunció sanciones contra la petrolera estatal, Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

25 de mayo de 2011

La medida contra Pdvsa y otras siete empresas internacionales se produce por supuestamente haber incumplido una prohibición sancionada por el Congreso de EE.UU. de exportar productos energéticos a Irán, parte del programa de sanciones contra esa nación por su programa nuclear.

En el caso de Pdvsa, la compañía más grande entre las sancionadas, el subsecretario de Estado, James Steinberg, explicó que le petrolera venezolana no podrá contar con financiamiento del Export-Import Bank estadounidense, gozar de licencias de exportación en EE.UU. y obtener contratos con el gobierno estadounidense. Pero analizado en detalle, el anuncio parece que tendrá un efecto nulo en el provechoso vínculo comercial y energético entre Caracas y Washington, aunque seguramente ayudará a complicar un poco más las malas relaciones entre ambas capitales.

Negocios con Irán
La decisión busca hacer cumplir la Ley Integral de Sanciones a Irán, Responsabilidad y Desinversión (Cisada, por sus siglas en inglés).

La Cisada fue adoptada en 2010 para ampliar las sanciones vigentes desde 1996 sobre Irán, en momentos álgidos del contencioso por los planes nucleares de Teherán, que la comunidad internacional considera que tienen fines militares y no los pacíficos que asegura que busca el gobierno iraní. Desde hace varios meses el Departamento de Estado venía advirtiendo a Venezuela que actuaría en su contra si se verificaba que había vendido combustibles a Irán.

En 2009, luego de una visita del presidente Hugo Chávez a Teherán, ambos países subscribieron un convenio mediante el cual Pdvsa suministraría 20.000 barriles diarios de gasolina al mercado iraní. Sin embargo, según Washington, en diciembre de 2010 y en marzo de 2011 los venezolanos despacharon dos cargamentos de un compuesto que se usa para mejorar la calidad de la gasolina. En total la venta totalizó US$50 millones.

Flujo ininterrumpido
"Este anuncio confirma las viejas preocupaciones sobre el apoyo que otorga al sector energético de Irán entidades de países como Venezuela" dijo en un comunicado la presidenta del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Letihnen.

Pese a los roces políticos, Venezuela es uno de los principales suministradores de petróleo para el mercado estadounidense con un promedio de un millón de barriles diarios, según datos del Departamento de Comercio, menos del 5 % del consumo local. "Esto no prohíbe la venta de crudo venezolano a EE.UU." dijo a BBC Mundo, Charles Luoma-Overstreet, portavoz de la oficina del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado.

Además Luoma aclaró que "la penalización no afectará a las subsidiarias de Pdvsa", particularmente a Citgo, la mayor red de gasolineras que hay en EE.UU. y que es propiedad de la petrolera venezolana.

Sin crédito
En cuanto a la imposibilidad de conseguir financiamiento con el Ex-Import Bank, la institución estadounidense que promociona la venta de la industria estadounidense en mercados internacionales, Venezuela no tiene tratos con la institución desde 2001.

Fuentes del Ex-Import explicaron a BBC Mundo que en ese año se subscribió un crédito para la exportación de equipos petroleros por US$100 millones que ya ha sido pagado en su totalidad. Entre 2002 y 2003 el crédito del país "cayó en picada", dijo la fuente, por lo que el banco "cerró a Venezuela", que es como se identifica cuando la institución no otorga más préstamos para exportar a algún país que considere "riesgoso", según explicó la fuente.

En cuanto a las licencias de importación, no aplicarían al caso venezolano, ya que se trata de permisos que necesitan algunas fábricas cuando quieren comercializar productos que incluyan algún tipo de tecnología "sensible" estadounidense, como productos militares.

Bajan los bonos
Al inicio de la tarde del martes los bonos de Pdvsa para pagar en 2017 habían sufrido su mayor pérdida de valor en tres meses, una reacción preventiva que los mismos operadores del mercado reconocían que no tenía en cuenta aún todas las implicaciones.

"Este anuncio no va a tener ninguna implicación, ni ninguna consecuencia para el mercado petrolero, ni para los precios de la gasolina, ni para nada que tenga que ver con el mercado", aseguró a BBC Mundo Jaime Brito, director de PFC Energy, una empresa consultora para el sector energético con oficinas en Washington. "El anuncio del Departamento de Estado es de cierta forma simbólico (…) Se está dando a entender a la opinión pública internacional que el gobierno de EE.UU. está consciente de que deben haber más sanciones contra Irán".

Es posible que por la explotación política que tanto en Washington y Caracas se haga de esta decisión se deteriore la ya mala relación entre ambas capitales, Brito considera que "Venezuela es un aliado muy importante aunque no le guste aceptarlo ni a uno ni a otro".

Mercados inseparables
Brito estima que "si Venezuela pudiera mandar su petróleo a otra parte del mundo ya lo habría hecho", recordando que "las refinerías estadounidenses son las únicas que tienen la capacidad de procesar el crudo pesado venezolano".

A través de Citgo, Pdvsa, es dueña de refinerías que le permiten procesar 750.000 barriles al día, mientras que en alianza con otras empresas, tiene una capacidad adicional de 350.000, aproximadamente la cantidad de petróleo que la estatal coloca en el mercado estadounidense.

En la relación energética simbiótica que mantienen ambas naciones, Venezuela no podría colocar su producto en otros mercados, hasta que no se hayan adaptado los patrones de refinación, mientras que los estadounidenses no se pueden dar el lujo de perder suministros en un momento en el que el precio de la gasolina ronda los políticamente incómodos US$4 por galón. Sin embargo, es seguro que políticos en ambas capitales usen la sanción, con todo y lo simbólica, como munición en la lucha ideológica en la que parecen trenzados.

Aunque desde el lado venezolano podría ser dificil usar esta vez el argumento de la "agresión imperialista" considerando que entre las sancionadas hay empresas de países amigos de Washington, como Israel, Singapur, Reino Unido o el pequeño principado de Mónaco.