Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior, Analdex.

Para dónde va la crisis con Venezuela

¿Cuánto puede durar la crisis comercial?¿Venezuela puede reemplazar las importaciones colombianas?¿Qué deben hacer los exportadores nacionales? Las respuestas de Analdex.

29 de julio de 2009

“Venezuela está buscando proveedores alternativos porque saben que tienen una
dependencia muy grande de Colombia”, explica el presidente de Analdex, Javier Díaz. “En el tema avícola ya encontró un proveedor en Argentina y cerró el comercio para Colombia. En vehículos también lo hizo”, añadió.

Ahora, dice, podrían seguir productos como confecciones, cuero y calzado. “Lo más difícil de sustituir es el tema de alimentos, pero ya lo empiezan a hacer”, advierte el dirigente gremial.

La pregunta ahora es qué puede pasar. Hay quienes sostienen que ocurrirá lo mismo que el año pasado. “No pueden cerrar puertas. Lo hicieron hace un año y el cierre duró tres días porque se quedaron sin provisiones”, dice Javier Díaz.

Por lo pronto piensa que se debe esperar para entender qué significa exactamente el retiro del embajador en Bogotá y la intención de revisar las relaciones con Colombia. Sin embargo, sostiene que el problema está en que este tipo de jugadas puede efectivamente afectar el comercio entre los dos países de manera muy negativa.

Ninguno de los dos países puede reemplazarse como proveedor o como mercado de la noche a la mañana. “Brasil tiene compromisos internacionales que no dejará de cumplir para atender a Venezuela”, dice Javier Díaz. Tampoco parece fácil que siembren lo que necesitan para comer en plazos muy cortos, “Lo que preocupa están en la tarea”, añade.

Los exportadores colombianos tampoco podrán reducir de la noche a la mañana su dependencia de tres mercados de los que depende y reemplazar los US$6.000 millones que les vende a los venezolanos.

Algo se ha empezado a hacer. El presidente de Asopartes, Tulio Zuluaga, le dijo a Dinero.com que sus agremiados ya estaban buscando nuevos compradores en Centroamérica, México, Asia y algunos lugares de Europa. Pero no es fácil, ni rápido y, como lo dijo el presidente de Analdex, “menos en una crisis”.