Cerca de 8 millones de trabajadores ganan un salario mínimo.

Nueva polémica por inmigración en EE.UU.

Con el incremento de la tasa de desempleo se agudiza el debate en relación con los beneficios que traería para la economía y el empleo la legalización de los inmigrantes.

27 de abril de 2009

(PHOENIX) Si Estados Unidos, bajo el Gobierno del presidente Barack Obama, legaliza a sus 12 millones de inmigrantes ilegales, la mayoría de ellos de origen hispano, ¿significaría esto una ganancia neta o una pérdida para la vapuleada economía estadounidense?

La inmigración, particularmente qué hacer con los inmigrantes ilegales, es un asunto candente en Estados Unidos. Los defensores de esta dicen que los inmigrantes hacen los trabajos que los estadounidenses no quieren hacer, mientras que los críticos afirman que los inmigrantes hacen que bajen los salarios y significan una fuga de recursos.

Existe un desacuerdo sobre si dar un estatus legal a los inmigrantes ilegales en Estados Unidos lastimaría las arcas federales, estatales y locales, como dicen quienes se oponen a la legalización, o aumentaría los ingresos fiscales y desencadenaría un frenesí de gasto por parte de los inmigrantes, como sostienen los defensores.

Los hispanohablntes son la minoría más grande y de mayor crecimiento en Estados Unidos, y representan cerca del 15 %  de una población estadounidense de aproximadamente 300 millones. Se estima que un quinto de ellos están en el país de manera ilegal.

Comparado con los multimillonarios rescates financieros y los paquetes de estímulos económicos de casi un  billón de dólares desplegados por Obama en febrero, los analistas estiman que los costos o ganancias de la legalización de inmigrantes son relativamente pequeños.

"Mucha de esta conversación económica tiene que ver con la óptica política", dijo Marc Rosenblum, analista del grupo de expertos Migration Policy Institute en Washington.

"Los inmigrantes son aún una porción pequeña de la economía estadounidense, y no va a significar o a quebrar la recuperación de la recesión si hacemos o no una legalización", dijo Rosenblum.

El más reciente intento por desarrollar una legislación al respecto fracasó en el 2007, cuando los críticos a la ley dijeron que se trataba de una "amnistía" para millones de inmigrantes y enfrentó la oposición de los republicanos en el Congreso.

El New York Times informó este mes que Obama planea comenzar a hacerse cargo de la inmigración este año, incluyendo la búsqueda de un estatus legal para los inmigrantes indocumentados.

"No es asunto fácil"

"Sabemos que este no es un asunto fácil", dijo este mes el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs.

"Creo que entendemos que para conseguir que una reforma migratoria pases por el Congreso y llegue al despacho del presidente se requiere una mayoría bipartidista saludable", agregó Gibbs.

Cuando se debatió una legislación para la migración en el 2007, la Oficina de Presupuesto del Congreso estimó que legalizar a los inmigrantes ilegales significaría un aumento de US$48.000 millones en los ingresos fiscales durante los próximos 10 años. Esta medida también aumentaría en US$23.000 millones el gasto público directo, en su mayoría por reembolsos fiscales y el programa de ayuda médica denominado Medicaid, para los pobres.

Los legisladores de Arizona se opusieron a la legislación, al cuestionar las matemáticas que muestran una ganancia fiscal neta si se legalizaba a los inmigrantes. Según los legisladores conceder la ciudadanía los inmigrantes de bajos ingresos tendría un efecto aplastante en el estado, que tiene cerca de 500.000 inmigrantes ilegales.

"Nos están costando miles de millones al año en Arizona y eso es cuando no reciben casi ningún beneficio", dijo John Kavanagh, un legislador republicano.

Scott Smith, alcalde del suburbio de Mesa en Phoenix, está en desacuerdo. Según él, cambiar las leyes podría significar dólares adicionales para su ciudad, y una reducción en los gastos como perseguir la migración ilegal.

"No hay duda de que el desorden en el sistema de inmigración crea un gran costo", dijo Smith.

El poder de gasto de los hispanohablantes en Estados Unidos se ha más que cuadruplicado desde 1990, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Georgia en el 2006, aunque defensores y críticos de la reforma se disputan el impacto económico de la legalización.

"Cualquiera que sea la ganancia, es muy pequeña para ser medida. Se trata de aumentar la oferta de trabajadores no calificados y la reducción de los salarios de los trabajadores nativos menos educados", dijo Steven Camarota, director de investigación del grupo de expertos Center for Immigration Studies, que se opone a la legalización de los inmigrantes.

Los defensores de la legalización dicen que otorgar el estatus legal a los trabajadores inmigrantes aumentaría los salarios al evitar que las empresas empleen trabajadores ilegales mal pagados, haciendo que asuman los mayores costos de los salarios y beneficios.

(REUTERS)