Perfil

Merkel no necesita glamour para manejar Europa

Ángela Merkel es la mujer más poderosa del mundo. Hasta que cumplió 35 años decidió ingresar a la política, fue de las pocas mujeres que a pesar de no tener partido político logró estudiar en la Alemania comunista y hoy Europa está en manos de una experta en química cuántica.

16 de julio de 2012

Hoy Merkel tiene 58 años y cada una de las decisiones sobre el futuro de Europa pasan por sus manos. Habla todos los días con el primer ministro de Italia, Mario Monti, el presidente de Francia, Francois Hollande, entre otros, puede visitar cinco países en una semana y en el ultimo año ha tenido que capotear hasta ahora con éxito, la embestida de la crisis financiera mundial. La prensa europea resume su vida así: “Glamour tiene cero, pero inteligencia le sobra”.

Su padre era un teólogo y su madre una profesora. Creció en la Alemania comunista. Según las biografías autorizadas fue una de las pocas personas no pertenecientes al partido a la que se le permitió estudiar en la antigua República Democrática Alemana y eligió Física. En una entrevista explicóque eligió esa profesión porque ni Erich Honecker (antiguo líder del partido) podía rechazar las leyes de la naturaleza y las fórmulas matemáticas. En 1973, realiza el bachillerato y comienza sus estudios de Física en la Universidad de Leipzig.

Según explica la propia Angela Merkel y confirman sus compañeros de estudios, en conjunto tuvo una juventud feliz. Pero no tardó en darse cuenta  de que en un Estado ateo ni los profesores ni los otros alumnos trataban  igual a la hija de un párroco que a los hijos de los trabajadores, tan  apreciados por el Partido del Socialismo Unificado (SED).

En retrospectiva, esta circunstancia no constituyó en modo alguno una desventaja. No en vano, Herlind, su madre, profesora de inglés y latín, quien, en su calidad de esposa de un pastor no tenía derecho a trabajar
en el sistema de enseñanza público, le repetía una y otra vez a Angela que al ser hija de un párroco debía ser mejor que los demás. De lo contrario no podría estudiar en la ciudad de los obreros.

Su apellido es en realidad el que asumió de su primer matrimonio con Ulrich Merkel un físico de profesión. Aunque el amor solo duró cinco años y se separaron oficialmente en 1982. la canciller alemana se casó posteriormente con un químico: Joachim Sauer, de quien, por razones desconocidas, no asumió el apellido. Con ninguno de los dos tuvo hijos.

En ese momento no solo cambió el amor, sino también su actividad, dejó a un lado las fórmulas y experimentos para dedicarse de lleno a la política.

Siete años después en 1989 se incorpora al partido Demokratischer Aufbruch. Fue tal su éxito que en 1990 ya era diputada en el primer Bundestag después de la Reunificación alemana.

Su padrino político es Helmut Kohl, canciller alemán de la época, la nombró ministra para la Mujer y la Juventud y después, del Medio Ambiente. En 2002 asumió la presidencia del Partido Unión Demócrata Cristiana.

El 22 de noviembre de 2005, su historia personal y la de uno de los países más poderosos de Europa se partió en dos. Logró los votos suficientes para ser nombrada la primera mujer canciller de un país donde discrimina a las mujeres de forma masiva.

Los libros de historia indican que la política exterior no es su fuerte, pero está considerada una devota de la OTAN que hará todo lo posible por mejorar las relaciones con Washington. Según la politóloga Daniela Schwarzer, “cada una de sus decisiones sobre Europa será examinada bajo dos condiciones: el interés de Alemania y sus consecuencias transatlánticas”. Como otros líderes de los países que estuvieron bajo el yugo soviético, tiene muy buena opinión de Estados Unidos y recuerda con frecuencia que la unificación de Alemania no se hubiera producido, al menos no tan rápidamente, sin el apoyo del presidente George Bush en 1989-1990.

Como Canciller conserva varias de las posturas que aprendió de su padre. Prefiere no llamar la atención demasiado y no perder los papeles. El periódico El Mundo de España, aseguró hace tres años que no tiene glamour, pero que le sobra la inteligencia. Merkel se ha ganado los elogios por su gestión de la crisis económica. A base de discreción y constancia ha sabido conquistar el corazón de los alemanes, que hoy tienen en sus manos su futuro. Si hoy se queda por debajo del 35%, la estrella de esta física que vino del frío puede empezar a apagarse.

Lo cierto es que desde que llegó al cargo más importante de Alemania, Merkel se ha lucido. Ha ganado elogios por todos los lados, la rigurosidad de sus decisiones, su discreción y constancia le han permitido, por ahora, a la Unión Europea ver el amanecer cada día sin desplomarse.