Los opositores se quejan de que los medios no les dan cabida. | Foto: Efe

Internacional

Venezuela en un nuevo apagón informativo

Los venezolanos que se oponen al gobierno de Nicolás Maduro sienten que el país está en un "apagón informativo" y recurren a las redes sociales para compartir información que aseguran que los medios no están mostrando.

Alianza BBC
15 de febrero de 2014

Hasta Twitter, que para los detractores del gobierno se ha convertido en una vía de escape, tiene sus limitacioness, como demuestra los problemas en el despliegue de fotos y video que muchos de los usuarios empezaron a notar el miércoles, tras la marcha estudiantil en Caracas que terminó con tres muertos, decenas de heridos y de detenidos.

La empresa de microblogs confirmó que estaba teniendo problemas con los usuarios venezolanos y responsabilizó a la estatal Compañía Anónima Teléfonos de Venezuela (Cantv).

"Puedo confirmar que las imágenes de Twitter están siendo bloqueadas en Venezuela. Creemos que es el gobierno el que las bloquea", respondió en un correo electrónico a BBC Mundo, Nu Wexler, portavoz de la empresa.

Los afectados han afirmado que el problema se produce exclusivamente en conexiones establecidas a través del servicio de internet de Cantv, pero la telefónica venezolana, que canaliza el 90% del tráfico de internet en el país, desmintió tajantemente que esté involucrada en la falla.

Sin ventana

A los usuarios de Twitter en Venezuela les preocupa la posibilidad de quedarse sin una ventana a la cual asomarse, aunque sea esa, de las redes sociales, que los dejan expuestos a rumores y mucha desinformación.

"Yo he estado pegada a Twitter y a Facebook, porque si es por la televisión no me entero de nada", dijo a BBC Mundo desde Caracas una relacionista pública que no pudo participar en la movilización del miércoles pero que quería enterarse de lo que estaba pasando.

Al igual que ella, ese día muchos simpatizantes de la oposición se percataron de que, en el resto de Venezuela, pocos supieron que ellos estaban en las calles por los medios tradicionales.

Ese mismo día, el canal de noticias colombiano NTN24 fue sacado del las oferta de cables por "decisión de Estado", según explicó el canciller Elías Jaua, ya que se consideró que su presentación de las protestas tenía intenciones más allá de lo informativo.

En los quince años de movilización política permanente que ha significado la llamada revolución bolivariana, la oposición se había acostumbrado a contar con la cobertura de sus eventos, al punto que el gobierno acusaba a los medios de ser brazos de partidos políticos.

Pero esa cobertura ya no está garantizada, en una dinámica que se viene observando desde ya hace un tiempo y que algunos achacan a un ejercicio editorial más responsable por parte de la prensa y otros a la censura (o autocensura) de los medios por el efecto de leyes excesivamente discrecionales.

Primer apagón

No es la primera vez que los medios venezolanos son acusados de ocultar información.

En los días del 11,12 y 13 de abril de 2002, cuando un intento de golpe de estado sacó al presidente Hugo Chávez del poder, los principales canales privados de TV, radios y periódicos no reflejaron las protestas de los chavistas que exigían la reinstauración del gobierno.

Pero el paisaje mediático venezolano ha cambiado mucho. En 2008 Radio Caracas Televisión, hasta entonces el principal canal del país, cesó transmisiones luego de que Chávez anunciara que no se le renovaría la cincuentenaria licencia de operación, acusando a sus directivos de haber instigado aquel golpe.

Al año siguiente, una treintena de radios comerciales fueron cerradas, entre ellas varias que se enfrentaban al gobierno. Muchas de sus frecuencias fueron ocupadas por emisoras "neutrales" o afines al sector oficial y ninguna con estilo informativo.

Ya desde poco después de los eventos del 2002, las otras grandes cadenas, Venevisión y Televen, asumieron posiciones "neutrales" reduciendo sus espacios informativos y desincorporando a periodistas de alto perfil.

Pero lo que dejó en el desamparo comunicacional a los opositores fue cuando en 2013 el canal de noticias Globovisión cambio de manos y su política editorial se hizo menos virulenta contra el gobierno.

Nuevas formas de censura

Todos estos ejemplos han sido aleccionadores para el sector, dicen los que aseguran que en los últimos tiempos los medios de comunicación se han venido "autocensurando", temerosos de las potenciales sanciones que contempla la ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medio Electrónicos o Ley Resorte.

Tras dos semanas de movilizaciones estudiantiles y en víspera de la manifestación del 12 de febrero, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) exhortó a los medios a cumplir con el artículo 27 de la ley que prohíbe que se haga apología del odio y la violencia.

"La cobertura mediática que están recibiendo los lamentables hechos de violencia generados en algunos lugares del país pudiese ser considerada violatoria a lo dispuesto en el artículo 27 de la Ley", dijo William Castillo, presidente de Conatel.

El problema para algunos es que por la manera como está redactada la ley, la interpretación de que puede considerarse promoción del odio y la violencia es muy abierta y queda a discreción del funcionario.

El hecho es que las manifestaciones en varias ciudades no pudieron verse al momento que se producían, pese a que, para algunos, se habían convertido en un problema de seguridad pública que los ciudadanos tenían el derecho de conocer.

El viernes se informó de la renuncia de varios periodistas de Globovisión, en protesta por la manera como la nueva directiva del canal ha manejado la coyuntura.

Un día antes, una inusual asamblea en el diario Ultimas Noticias -el de mayor circulación en el país- protestó el cambio de portada de la edición impresa del jueves 13, que de una que reflejaba la caotica situación que dejó la marcha, se cambió a una que privilegiaba la versión oficial de lo sucedido.

Desinformación

La seccional Venezuela de la organización Transparencia Internacional cuestionó la pertinencia de la "advertencia" hecha por Conatel el día antes de la malograda marcha y aseguró en un comunicado que se trató de una violación de derecho a la información consagrado en la Constitución venezolana y en tratados internacionales.

"Mientras las redes sociales informaban sin ninguna veracidad lo que sucedía, a la escasa población venezolana que tiene acceso a internet, los grandes medios transmitieron por horas, en cadena nacional, los actos conmemorativos del Día de la Juventud", dice Transparencia en su comunicado.

Al final, para los opuestos al gobierno, no se trata solo de que los medios no desplieguen una visión que simpatice con sus opiniones, sino que se ven constantemente bombardeados por el mensaje oficial que les llega inevitable en la forma de cadenas a las que deben plegarse obligatoriamente todas las radios y televisoras.

Además, la falta de divisas y el desabastecimiento general que padece la economía venezolana está afectando a la industria editorial, al punto que los principiales diarios advierten que se quedaran sin papel periódico en las próximas semanas.

Este sábado El Nacional, uno de los más importantes del país y también de los más críticos del presidente Maduro, redujo su edición a un sólo cuerpo.

Por todo eso, los venezolanos de la oposición recurren crecientemente a las redes sociales, donde si bien el mensaje tiene la inmensa ventaja de no estar centralizado implica el gran riesgo de que muchas veces no es verificado ni es verificable. La desinformación sigue servida.