Los solteros a la conquista del mundo | Foto: Archivo Revista Semana

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Los solteros a la conquista del mundo

Varios estudios indican que el número de matrimonios ha caído dramáticamente en Estados Unidos y que, muy pronto, la cantidad de personas que viven solas va a sobrepasar la de aquellas que viven en pareja.

Alianza BBC
21 de febrero de 2012

Los factores pueden ser varios, desde cambios sociales y culturales hasta la propia economía. Y la tendencia parece ser global.

Así las cosas, son varios los expertos que resaltan las virtudes de la soltería, denuncian que hay una discriminación sistemática en contra de quienes viven solos y afirman que la sociedad y el estado debe adaptarse a esta creciente opción de vida.

Otros, sin embargo, lamentan el colapso del matrimonio y advierten sobre las consecuencias que tendrá sobre la comunidad en general y sobre la productividad y satisfacción del individuo.

A solas

Un censo reciente reveló que apenas 51% de los estadounidenses están casados y más de una cuarta parte de los hogares en EE.UU. consisten de una sola persona.

Y según Eric Klinengerg, profesor de Sociología de la Universidad de Nueva York y autor del libro Going Solo ("Viviendo a solas"), la tendencia es muchísimo más marcada en Europa, Canadá y algunos países asiáticos.

Klinenberg afirma que el cambio se ha estado cocinando desde hace varias décadas y sólo hasta ahora estamos preparados para abordar el tema.

"Hay más personas ahora optando por una vida sola que en cualquier otro momento en la historia de nuestra especie. Eso es algo que debemos empezar a entender".

El sociólogo sostiene que el fenómeno se debe a que hay mayores oportunidades, sobre todo para las mujeres. Su mayor estatus social les ha permitido demorar las nupcias o salirse de un matrimonio malo cuando se sienten infelices y eso ha cambiado la manera en que vivimos.

"Millones de personas hubieran querido hacer eso en el pasado pero no contaban con los recursos, no había un sistema de bienestar social que las protegiera o quedaban culturalmente estigmatizadas", le dijo a BBC Mundo.

Soltería y recesión

Lo curioso es que vivir solo es costoso y uno se imaginaría que en tiempos de recesión económica, como la actual, la tendencia sería a unirse a otra persona para sobrellevar la crisis.

Pero, según el análisis de Eric Klinenberg, parece que no es así. Una razón, señala, es que en períodos de incertidumbre financiera los individuos están renuentes a responsabilizarse por el cuidado de otra persona cuando no están seguros de poder cuidarse ellos mismos.

Además, la escasez puede afectar las relaciones y muchos matrimonios suelen separarse durante recesiones como la presente.

No obstante, hay quienes estiman que el matrimonio es precisamente la fórmula para estimular la economía y revitalizar las comunidades.

Charles Murray, analista del American Enterprise Intitute, un centro de investigación conservador en Washington, es autor de un libro que refleja las tasas de matrimonio de la clase trabajadora blanca en Estados Unidos.

"Los matrimonios dentro de la clase trabajadora blanca que rondaban tasas del 80%, cayeron al 48% en 2010", expresó a la BBC. "Esa es una estadística contundente porque el matrimonio es una institución central y vital en términos culturales".

Murray afirma que los hombres casados se desempeñan mejor en el mercado laboral y, por ende, contribuyen más a la economía.

"El matrimonio civiliza al hombre. Los solteros son una bala perdida, sin objetivos e irresponsables", expresó.

Añade que la soltería tiene un gran costo en términos de capital social: desvincula a las personas de su comunidad, no se les ve participando en actividades sociales ni en grupos de presión política para mejorar sus comunidades.

"Los hombres se aíslan y las mujeres, si son madres solteras, no encuentran el tiempo para socializar por tener que cuidar de sus hijos al tiempo que mantienen un empleo", indicó.

Tercera edad

Sin embargo, el sociólogo Eric Klinenberg encuentra que las personas que viven solas tienden a socializar con sus amigos y vecinos, a participar más en actos cívicos y a prestar servicios voluntarios más que sus contrapartes casadas.

"A pesar de todas sus virtudes, el matrimonio tiende a ser avaro, aleja a la gente de las esferas públicas y los encierra en sus hogares", subrayó.

Klinenberg, quien es casado y tiene dos hijos, hace énfasis en que no está abogando por la soltería. En un sentido abstracto, dice, las personas quieren encontrar su media naranja pero no se van a conformar con la que no es ni con verse forzadas a vivir en una relación que las va aislar.

"Hay a quienes les gustaría regresar 60 años atrás porque tienen una fantasía que la vida era mejor entonces. Pero hemos encontrado otras maneras muy interesantes de vivir y deberíamos prestarle atención".

Esa atención, según el autor de Going Solo, requiere de cambios de actitud social y de parte del Estado, al menos en EE.UU., donde el soltero no goza de los mismos beneficios impositivos que las parejas ni puede legar su seguro social a un ser allegado en caso de su muerte como si se puede hacer entre cónyuges.

Eventualmente, el gran desafío será cómo lidiar con el gran número de personas que estarán envejeciendo solas para que puedan vivir independientemente, como quieren, pero estar conectadas a buenos servicios y apoyo.

"El gobierno de EE.UU. no ha invertido mucho en esto. Los solteros en la tercera edad enfrentan aislamiento a no ser que tengan el dinero suficiente para pagar por las residencias de vivienda asistida", concluyó.