Foto: Donald Trump, 123RF | Foto: Donald Trump 123RF

INTERNACIONAL

Trump cerca de importante logro con la reforma impositiva

El Congreso estadounidense debería adoptar este martes la reforma fiscal del presidente Donald Trump, una de sus prioridades para 2017, que constiyuiría su primera gran victoria legislativa.

19 de diciembre de 2017

Presentada por el mandatario como un "regalo de Navidad" para los estadounidenses, se espera que la reforma se adopte este martes, si no hay imprevistos, tras una serie de votaciones en la Cámara de Representantes y el Senado.

La minoría demócrata se opone unánimemente, pero la mayoría republicana se muestra unida tras semanas de negociaciones.

"Es el ejemplo perfecto de una promesa hecha y de una promesa cumplida", dijo Paul Ryan, presidente de la Cámara baja.

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Los representantes votará a las 18H30 GMT y el Senado por la noche. Pese a la ausencia de John McCain, que debió viajar a Arizona para tratarse un cáncer al cerebro, la estrecha mayoría republicana debería secundar la reforma.

Trump se venga así de su fracaso para derogar la reforma sanitaria impulsada por su antecesor Barack Obama, que quedó por el camino en septiembre ante la defección de senadores de su propio campo.

La reforma fiscal reducirá a partir de 2018 los impuestos federales sobre las empresas y sobre los ingresos, a un costo de 1,5 billones de dólares para las finanzas públicas en la próxima década.

Pero Trump espera que la reforma acelere la economía estadounidense más allá del 3% actual, lo que generará a cambio nuevos ingresos fiscales.

La Reserva Federal (Fed) ya incrementó la semana pasada sus previsiones de crecimiento de 2,1% a 2,5% para 2018.

"La Bolsa y la economía van a continuar creciendo una vez que la ley de reducción de impuestos se haya comprendido y apreciado completamente en su alcance y volumen", tuiteó el presidente este martes. "¡Aprovechad y cread trabajos excelentes!"

"La reforma fiscal nos llevará al 3%" de crecimiento, anunció Paul Ryan.

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- Victoria vs. escepticismo -

La reforma también debía simplificar el código tributario, para que los estadounidenses pudieran completar sus declaraciones de impuestos como una "carta postal", pero la promesa no se mantuvo ya que los lobbies lograron mantener algunas desgravaciones fiscales como, por ejemplo, la deducción de intereses de los préstamos inmobiliarios.

Y aunque la reducción de impuestos es permanente para las empresas, solo durará hasta 2025 para los hogares, a falta de un acuerdo a más largo plazo. Así, el aumento del poder de compra de las familias se erosionará progresivamente en la próxima década, hasta anularse para la mitad de ellas en 2027, según el Tax Policy Center.

La adopción de la reforma significaría sin embargo una gran victoria política para Trump, cuyo primer año en el poder ha sido muy agitado, con derrotas en las elecciones locales en los últimos meses, con altos y bajos en las relaciones con sus aliados parlamentarios, a quienes no ha dudado en reprender públicamente.

Los republicanos, para quienes esta reforma es prioritaria desde hace años, dejaron de lado sus diferencias para la ocasión, conscientes de que un nuevo fracaso legislativo garantizaría su derrota en las elecciones parlamentarias de noviembre de 2018... o quizás la "muerte" del partido, según el senador republicano Lindsey Graham.

Y todo esto pese a que los sondeos revelan escepticismo entre los estadounidenses: el 55% se opone a la reforma, según un estudio publicado por la cadena CNN, y dos tercios considera que beneficiará más a los ricos que a la clase media.

"Los resultados la harán popular", señaló sin embargo Paul Ryan.

Y, como una cereza en el pastel para los conservadores, el texto incluye dos grandes reivindicaciones: la anulación de la multa impuesta por el "Obamacare" a quienes no cuenten con seguro de salud, que servía para incitar a la gente a suscribir una cobertura; y la apertura de tierras protegidas de Alaska a las perforaciones petroleras.

Los demócratas, por su parte, consideran que la ley es un regalo para los más ricos y para las empresas. "Lo único que nuestros colegas republicanos tienen que decir a la clase media, es la teoría de la filtración de recursos", acusó Chuck Schumer, jefe de la oposición en el Senado.

Esta teoría estipula que los ingresos de los ricos acaban por ser reinyectados en provecho de los menos afortunados.

"Pues queridos amigos, ya nadie cree en la filtración de recursos salvo un puñado de gente rica y codiciosa que parece controlar todo lo que se dice y hace con esta reforma fiscal", sentenció Schumer.

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