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OCDE

Inmigración a la Ocde subió 10% en 2015 al duplicarse los refugiados

Un total de 4,8 millones de personas emigraron a los 34 países de la Ocde el pasado año, lo que supone un 10% más que en 2014, y que tiene que ver con el flujo de refugiados que se duplicó en un año para llegar a la cifra récord de 1,65 millones.

19 de septiembre de 2016

El volumen de inmigración con carácter permanente (no estacional) superó así en 2015 el pico de los 4,7 millones que se había alcanzado en 2007, antes de que estallara la crisis, indicó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) en la cuadragésima edición de su informe anual sobre migraciones.

Europa fue la protagonista del incremento de las entradas de inmigrantes -y muy en particular Alemania, con una escalada del 50% respecto a 2014- porque el Viejo Continente recibió 1,3 millones de refugiados, en primer lugar sirios.

La situación ha cambiado en lo que llevamos de 2016, y eso se debe en buena medida al acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para yugular los flujos de entrada de inmigrantes por Grecia.

El jefe de migraciones internacionales de la Ocde, Jean-Christophe Dumont, destacó que por Grecia han entrado 165.302 personas, según los datos disponibles hasta mediados de septiembre, lo que supone una caída "drástica" respecto a 2015.

Por Italia, las llegadas por mar van por 128.992 personas, una cifra similar a la del pasado año en el mismo periodo, añadió Dumont, que insistió en que el pacto UE-Turquía no ha supuesto un desplazamiento de flujos de refugiados.

A ese respecto, señaló que por Italia llegan, como ya ocurría el pasado año, sobre todo africanos (la nacionalidad más numerosa es la nigeriana, con un 20 %, seguida de la eritrea, con un 12%) y muy pocos sirios.

En cualquier caso, avisó de que aunque las demandas de asilo están bajando en 2016 en Europa y muchas de ellas son de personas que se encuentran en el Viejo Continente desde 2015, "la crisis no ha quedado atrás" y podría resurgir si hiciera aguas el acuerdo con Turquía.

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El secretario general de la Ocde, Ángel Gurría, consideró que "no es una solución permanente, pero hasta ahora ha funcionado" y con él hay "menos muertes, menos tragedias".

Gurría insistió en que centrarse en medidas de protección a corto plazo para evitar la entrada de refugiados sería "miope", que en primer lugar la comunidad internacional tiene que actuar sobre las causas que han generado esta crisis de refugiados, es decir, la guerra de Siria o la situación en Libia.

También quiso relativizar la carga que ha soportado Europa, al hacer notar que Turquía está acogiendo a 2,7 millones de sirios, Líbano a un millón (una cifra que no ha sido actualizada desde hace meses) o Jordania a 640.000.

En términos más generales, afirmó que "las migraciones no son una amenaza, son una esperanza (...) de una vida mejor para los inmigrantes", pero también para los países de la Ocde que los reciben, que "tienen una necesidad fundamental" para hacer frente a problemas como el envejecimiento.

El exministro mexicano recordó las repetidas conclusiones de otros informes que demuestran que en términos económicos la inmigración es rentable para los países de acogida (los inmigrantes aportan más en cotizaciones e impuestos de lo que reciben en prestaciones).

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Y también que en los últimos diez años, un 70% del aumento de la mano de obra en Europa ha venido de la mano de los inmigrantes, un 47% en Estados Unidos.

Para la Ocde, el gran desafío es "la integración", algo que pasa en primer lugar por la enseñanza de la lengua del país de acogida que permite la inserción laboral y social, pero también por la escolarización de los niños o por una evaluación de las cualificaciones.

Los autores del estudio constataron que la integración laboral es bastante desigual de unos a otros países europeos, y que en Francia, Italia, Holanda o Bélgica la tasa de empleo de los extracomunitarios al cabo de cinco años es inferior al 40%.

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