La oposición socialista, por su parte, se quejó de que Sarkozy no tomó en serio las quejas en contra de la reforma.

Internacional

Franceses se jubilarán a los 62, no a los 60

La gaceta oficial del gobierno publicó el miércoles la ley para aumentar la edad de jubilación, de 60 a 62 años, una derrota para los sindicatos que organizaron semanas de huelgas nacionales y manifestaciones callejeras para tratar de detener la medida decidida por los recortes de austeridad.

10 de noviembre de 2010

La publicación oficial implicó que Sarkozy firmó la ley y que formalmente ha entrado en efecto. La Corte Constitucional, encargada de velar por el cumplimiento de la Carta Magna, le dio el visto bueno al proyecto el martes. El parlamento lo había aprobado el 27 de octubre.

La oficialización del proyecto representó un éxito para Sarkozy que le da un impulso en la escena internacional mientras Francia se prepara para asumir el liderazgo del Grupo de las 20 principales potencias económicas a partir del viernes.

Las semanas de protestas ocasionaron escasez de gasolina e inconvenientes de los viajeros de trenes y aviones. Los opositores socialistas se opusieron también. Como muchos otros países europeos altamente endeudados, Francia intenta recortar sus gastos.

Sarkozy dijo en un comunicado el miércoles que el sistema francés de pensiones fue "salvado".

"(Estoy) plenamente consciente de que esta es una reforma difícil, pero siempre consideré eso mi deber, y el deber del gobierno era llevarlo a cabo", dijo.

La oposición socialista, por su parte, se quejó de que Sarkozy no tomó en serio las quejas en contra de la reforma. En la radioemisora France Culture, el líder socialista Martine Aubry dijo que Sarkozy "cree que al inclina la cabeza hacia abajo y abstenerse de oír es muestra de coraje".

Las calificaciones de aprobación de Sarkozy rondan el 35 por ciento, cerca de sus niveles más bajos desde que asumió el cargo en 2007.

El mandatario no ha anunciado todavía su intención de postularse por la reelección en 2012, pero una vez pasada la difícil reforma de las pensiones, Sarkozy podría tratar de reconstruir su popularidad en el país, recurriendo a asuntos menos controvertidos.

 

AP