Aunque las tensiones entre Grecia y sus potenciales salvadores han sido evidentes, también lo son las fricciones entre los prestamistas. | Foto: Reuters

Crisis financiera

Fondo Monetario y Unión Europea se agarran por Grecia

Los prestamistas de Grecia están enfrentados respecto a cómo resolver la crisis de deuda de Atenas, lo que amenaza a la zona euro con más problemas en momentos en que FMI exige rebajar el valor de parte de la deuda griega en su poder.

26 de septiembre de 2012

Funcionarios de Grecia y la "troika" conformada por la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional han dicho a Reuters que las tensiones entre ellos han aumentado en el último tiempo en la medida en que el FMI, con sede en Washington, ha endurecido su postura.

La entidad ha estado intentando lograr una reestructuración de la deuda que Atenas debe a sus acreedores del sector público. Los líderes de la Unión Europea prefieren dar a Grecia más tiempo para cumplir con metas del rescate.

Aunque las tensiones entre Grecia y sus potenciales salvadores han sido evidentes, también lo son las fricciones entre los prestamistas. "El problema no es entre el FMI y Atenas, es entre el FMI y la Unión Europea", afirmó un funcionario griego, hablando al igual que otros bajo condición de anonimato. Esa visión fue confirmada por fuentes familiarizadas con las posturas de Bruselas y Washington.

Enfrentando un revés electoral por rescates y austeridad e inseguros sobre qué se necesita para defender las alicaídas finanzas públicas de España e Italia, a los prestamistas europeos no les entusiasma las propuestas del FMI de que acepten pérdidas por decenas de miles de millones de euros de sus tendencias de bonos del Gobierno griego.

"Europa quiere más tiempo para ver qué pasará con España e Italia, quizás incluso después de la elección alemana en el 2013", afirmó el funcionario griego. "El FMI quiere que Europa encuentre una solución amplia de sus problemas ahora", agregó.

El FMI, al cual se recurrió por su pericia, poder de fuego financiero global y reputación por imponer disciplina fiscal, está ansioso por proteger la difícilmente ganada credibilidad que puso en riesgo al unirse a un paquete de rescate que puso a Grecia una meta de reducir su déficit a menos de 120 por ciento del PIB al 2020.

En medio de las riñas políticas en Europa, el FMI -cuyos mayores accionistas son Estados Unidos y Japón, pero que también incluye a China, Rusia y Arabia Saudita- cree que ahora es esencial una reestructuración de la deuda griega para que cumpla sus objetivos, aunque funcionarios del FMI afirman que aún no se ha hecho una propuesta formal.

Paciencia de FMI, puesta a prueba


Una reestructuración, que esencialmente requeriría que el BCE y gobiernos europeos acepten pérdidas de casi 200.000 millones de euros en deuda griega en su poder, podría aliviar el peso sobre Grecia. Inversores privados asumieron el recorte este año.

Pero con la aplicación de reformas y una recesión mucho más profunda a lo esperado, Grecia probablemente sufra más problemas o provoque más dificultades a sus acreedores si quiere colocar sus finanzas en buen pie y reanudar la toma de préstamos en el mercado.

De la deuda oficial de 204.000 millones de euros de Grecia, 20.000 millones de euros pertenecen al FMI, que podrían ser repagados en forma completa si hay una reestructuración del sector.

Hasta el momento, el BCE se ha rehusado a enfrentar cualquier pérdida sobre los bonos que ha comprado en los últimos años para impulsar la deuda griega, estimados en cerca de 50.000 millones de euros.

La población griega está presionando al Gobierno para que evite nuevas y dolorosas medidas de austeridad. La frustración por las exigencias de los prestamistas de mayores recortes llevaron a que el ministro de Finanzas griego, Yannis Stournaras, amenazara con renunciar al cargo la semana pasada, aseguraron fuentes en Atenas.

"Ahora está claro para el FMI que Grecia necesitará más tiempo o más dinero o ambos", declaró a Reuters una fuente de la troika.

Grecia ha pedido dos años más para cumplir con metas provisionales y líderes europeos parecen concordar.

Stournaras dijo a Reuters el martes que dicha extensión costaría 13.000 a 15.000 millones de euros adicionales, que podrían ser cubiertos sin más presión a los contribuyentes europeos.

Dicha brecha podría ser cubierta a través de la emisión de más deuda a corto plazo, buscando menores tasas de interés de los préstamos de rescate en curso o un refinanciamiento de la deuda en manos del BCE.

Francia ha respaldado la pausa de dos años. Un funcionario de la zona euro ha dicho que Alemania no se opone, siempre y cuando Atenas muestre resultados pronto.  


Reuters