FMI: Pese a sus complicaciones, América Latina logrará recuperarse

El Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizó hace unos días sus proyecciones de crecimiento mundial para este año y recientemente explicó los cambios que ha visto en los últimos dos meses en América Latina, que le llevaron a modificar algunas de sus proyecciones dentro de la región.

El multilateral espera que América Latina y el Caribe obtenga un crecimiento promedio este año de 1,6%, apenas 0,3 puntos porcentuales superior al resultado del 2017 y que ya para el próximo año el crecimiento de la región sea de 3,7%.

Sin embargo, el fenómeno se daría con “disparidades” entre los países. Las razones son varias. Por un lado está el endurecimiento de las condiciones de financiamiento que queda como resultado de los incrementos en las tasas de interés de los países con mayor desarrollo.

Por otro lado, el incremento de los precios del petróleo trae buenas noticias para los países productores, que se benefician al recibir mayores recursos por las mismas exportaciones, pero malas noticias para aquellos que son importadores netos de crudo y otras materias primas.

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El FMI también advirtió que “las condiciones de demanda mundial y financiamiento se complicaron. El aumento de la demanda mundial no es en todos los países tan alto como se esperaba, lo que acentuó los riesgos a la baja para la demanda externa de la región” y al mismo tiempo, las tensiones comerciales añaden incertidumbre y presiones a la baja para las perspectivas de este año.

En América del Sur, todos los países excepto Venezuela continúan su senda de recuperación económica a diferentes ritmos mientras que en América del Centro la incertidumbre está sobre México dadas las negociaciones del Tlcan.

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En el caso de Venezuela, el multilateral explicó que el país reportaría su tercer año de caída del PIB en términos reales con una reducción de 18% en 2018, dada la pronunciada disminución de su producción petrolera “y las distorsiones generalizadas a nivel micro, que se suman a los grandes desequilibrios macroeconómicos”.  

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El FMI agregó que “el colapso de la actividad económica, la hiperinflación y el deterioro cada vez más grande de la oferta de bienes públicos (salud, electricidad, agua, transporte y seguridad), junto con la escasez de alimentos a precios subsidiados, generaron grandes flujos migratorios, que intensificarán los efectos de contagio a países vecinos”.

Por su parte, Colombia acelera su recuperación con el incremento de la confianza tanto de los consumidores como de la industria y las exportaciones, gracias a la recuperación de la demanda externa y los precios del petróleo. Al mismo tiempo, el multilateral señaló que las perspectivas sobre el desarrollo de proyectos de infraestructura son positivas.

Para el Fondo Monetario, la situación hace que sea más importante la creación o modificación de políticas en cada país que mejore sus fundamentales internos, por ejemplo optimizando sus balances fiscales y reduciendo así la vulnerabilidad a los eventos externos.

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