Carlos Masala, profesor de la Universidad Militar de Munich (Alemania) | Foto: http://www.baks.bund.de

Crisis financiera

Europa no depende de la supervivencia del euro

Carlo Masala, uno de los catedráticos más reconocidos en la OTAN, dice que Europa puede estar perdiendo la perspectiva de su seguridad.

31 de mayo de 2012

Su voz es una de las más escuchadas en los círculos de Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan). No sólo porque ha contribuido a la formación académica de varios de los oficiales que son los responsables de la seguridad del hemisferio norte, sino porque es uno de los principales expertos alemanes en el campo de las ciencias políticas.

El nombre de Carlos Masala, actual profesor de la Universidad Militar de Munich, sur de Alemania, es también referente obligado para el análisis de la política exterior de la Canciller Ángela Merkel, en cuyos hombros descansa buena parte de la responsabilidad de procurar soluciones a la crisis que afecta a la eurozona.

“El Alemania y en toda Europa los gobernantes han dado por cierto que el fracaso del euro sería el fracaso de todo el continente. No comparto esa suposición porque los problemas del euro son solo un componente coyuntural de una serie de problemas más complejos”, dice en tono enérgico Masala mientras conversa con investigadores colombianos de universidades de Javeriana, Militar y Santiago de Cali, con representantes de la Fundación Konrad Adenauer y con un periodista de Dinero.Com.

A su juicio, uno de los elementos más inquietantes es que Alemania –cuyo potencial de recursos supera a la de Francia y Gran Bretaña - puede estar perdiendo, como ocurre con otros países del viejo mundo, la perspectiva de su seguridad y de sus intereses geopolíticos.

Su percepción se resume en una idea de fondo: en medio de sus predicamentos económicos, Europa está viendo a potencias emergentes como China e India únicamente como grandes mercados. Y los mira incluso con un cierto temor reverencial para no hacer algo que signifique perderlos como clientes.

Europa introvertida


Adicionalmente, la introversión o encierro en sí misma que parece afectar a Alemania y a una buena parte de Europa, se convierte en terreno abonado para que China se consolide como actor internacional de primer orden y se proyecte hacia otras latitudes olvidadas por la Unión Europea.

Lo dice alguien que, como Masala, conoce el ajedrez internacional y las razones a que contingentes de las Fuerzas Armadas estén destacados hoy en escenarios críticos como Afganistán y Kosovo, como lo recuerda también Hans-Ulrich Klose, vicepresidente de la Comisión de Política Exterior del Parlamento Federal Alemán y otro de los interlocutores de la delegación colombiana.

De acuerdo con Masala, el enfoque que se le está dando a la crisis de la Eurozona ha hecho que se remarque una fragmentación que separa a la política exterior, como un todo, de la economía internacional.

En respuesta a preguntas formuladas por los académicos Eduardo Pastrana Buelvas, Eduardo Velosa Porras, Yilly Pacheco Restrepo y Diego Vera Piñeros, el experto internacional asegura que tampoco es cierto que Estados Unidos le haya dado la espalda a Europa, sino que simplemente ya no le presta la atención que le mereció durante la época de la guerra fría pues no la percibe ya como una amenaza, sino como aliado de algunas de sus causas.

¿Y los rusos?

Interpelado sobre el interés de Rusia que estaría buscando recobrar paulatinamente el papel que perdió después de la disolución de la Unión Soviética, el asesor académico de la Otan responde sin dudarlo: “A Rusia le pasa lo que a Europa: es un poder en descenso. Uno de sus mayores problemas es su incapacidad para asumir un rol de pesos en Europa o en Euroasia. En segundo, que está peleando en una categoría que no corresponde a su peso y se está sobrestimando.

Desde su perspectiva el potencial ruso depende exclusivamente del gas y del crudo, que no le resulta suficiente para controlar sus fronteras orientales y para preservar su integridad territorial.

No le reconoce tampoco mayor relevancia a la Organización de Cooperación de Shangai, concebida inicialmente como contraparte de la Otan. “La reforma militar de esta organización está estancada y su misión inicial de luchar contra el terrorismo y el separatismo se ha tornado en un asunto que Rusia intenta resolver a su manera. Su debilidad quedó en evidencia durante la guerra entre Rusia y Georgia.