La lucha contra la guerra de la droga en Estados Unidos, ha traído contradicciones dentro de las políticas federales, pues por un lado es legal y regulada y por el otro es ilegal. | Foto: Bloomberg

Internacional

El dilema de la marihuana medicinal en Estados Unidos

"La marihuana es legal y regulada o ilegal, pero no las dos a la vez", es el dilema en Estados Unidos, pues pese a que su producción es legal en algunos estados, sigue siendo considerada tan nociva para la salud como el éxtasis y la heroína.

16 de noviembre de 2015

El Gobierno de Estados Unidos actualmente implementa uno de los más duros programas relacionados con el uso de sustancias ilícitas, denominado "la guerra contra las drogas". Sin embargo, dio paso a contradicciones en la política sobre la marihuana. 

La marihuana es, sin duda, la sustancia ilícita más consumida en el todo el mundo, de acuerdo con el paper de la Universidad de Stanford, “La política de drogas de Estados Unidos: El científico, económico, y los temas sociales que rodean”, pero además el consumo de marihuana es prevalente en la sociedad estadounidense que cualquier otra droga ilícita. 

La Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA), en un esfuerzo para formular claras sanciones identificables contra el uso, posesión y venta de determinados productos químicos, produjeron una lista federal donde ubicaron a las sustancias de acuerdo a las amenazas que representan para la salud de los ciudadanos. 

Sin embargo, la clasificación de las sustancias no fueron hechas por los científicos investigadores o expertos médicos sino que más bien, el Departamento de justicia de los Estados Unidos, el fiscal general John Mitchell y la Oficina de Narcóticos y Drogas peligrosas, las clasificaron de acuerdo a su criterio. 

De acuerdo con el paper realizado por la Universidad de Stanford, la investigación sobre las propiedades químicas de la marihuana medicinal y recreativa en toda la historia, desafió la clasificación de esta sustancia por el Gobierno Federal pues la marihuana se encuentra en el primer lugar de la lista de las drogas, junto con  el éxtasis y la heroína. 

Las contradicciones de la política

Los problemas en la investigación radican en las contradicciones en la política de drogas federal, pues el departamento de justicia estadounidense asegura que las empresas que producen marihuana tienen la libertad de operar en la medida en que cumplan con la regulación del estado y no incurran en malas prácticas como venderle a niños, o trabajen conjuntamente con carteles de droga. 

Pero por otro lado, la Internal Revenue Service (IRS), asegura que cualquier compañía de marihuana es una organización criminal participando en el tráfico de drogas. 

Además del dilema  regulatorio en Estados Unidos con respecto a la marihuana, de acuerdo con Brookings, las sustancias en esa categoría son difíciles de estudiar en investigación medicinal, pues es complejo obtener la autorización para utilizar el producto y llevar a cabo estudios, lo que ha bloqueado a la ciencia en el estudio de los posibles beneficios de la marihuana medicinal. 

De acuerdo con Brookings, enfermos de cáncer sostienen encontrar alivio en la marihuana medicinal, sin embargo, son impedidas las investigaciones para contrastar los beneficios que los pacientes aseguran.  

Brookings, asegura que  autores John Hudak y Grace Wallack argumentan que es hora de que el Gobierno federal reconozca los graves riesgos de política pública que surgieron por la limitada investigación farmacéutica del cannabis y su uso. “Las barreras legales, reglamentarias, burocráticas y culturales han paralizado la ciencia y han amenazado la integridad de la libertad de investigación en esta área” aseguró Hudak.

Hudak también declaró que “la marihuana es ilegal, o es legal y regulada. Pero no puede ser ambas a la vez”. 

La principal organización en los Estados Unidos abogando por ponerle fin a la “fracasada guerra contra las drogas”, Drug Policy Alliance, afirma que “la marihuana debería ser eliminada del sistema de justicia penal y regulada de una manera similar al alcohol y el tabaco”,  productos que pese al impacto sobre el bienestar, ni siquiera se encuentran clasificados dentro de la lista de la DEA de sustancias perjudiciales para la salud. 

Por otro lado, Hudak afirma que, como la investigación de la marihuana tiene dificultades para llevarse a cabo, no ha sido posible contrastar lo que por ejemplo  enfermos de cáncer encuentren alivio en la marihuana medicinal. Por lo mismo Hudak asegura que es momento de una reforma sobre la política de marihuana, pues de hecho se poodría estar obstruyendo la salud de pacientes críticos.