Depender de Chávez trae riesgos

Bolivia y Ecuador encaran el peligro de que su producción de petróleo y gas se estanque, al depender de inversiones prometidas, que es muy poco probable que se materialicen.

14 de agosto de 2008

Los dos países han lanzado aumentos de impuestos y forzaron cambios de contratos que han reducido el interés de firmas privadas en invertir y que dejan a esas naciones andinas esperando que el líder socialista compense esa falta.

Pero analistas dicen que a pesar de los precios récord del petróleo, a Venezuela le será difícil cumplir su promesa mientras lucha por mantener su producción y tiene un ambicioso portafolio de proyectos, lo que amenaza con afectar el delicado equilibrio energético sudamericano.

"Vemos una enorme falta de inversión de capital en la región," dijo Jorge Piñón, analista energético del Centro para Política Hemisférica de la Universidad de Miami.

"Las petroleras multinacionales no van a poner capital sustancial en riesgo y no pensamos que Venezuela tiene la experticia para operar esos proyectos," agregó.

El presidente boliviano, Evo Morales, nacionalizó en el 2006 las reservas de gas natural para fortalecer la distribución de ganancias del Gobierno y su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, decretó el año pasado un impuesto a la ganancia extraordinaria y obligó a las compañías cambiar los acuerdos de producción compartida por contratos de servicio.

Los dos mandatarios tomaron la vía ideológica de su aliado Chávez, quien desató la ola de nacionalizaciones energéticas en la región andina con su propia cruzada, iniciada en el 2004.

Compañías como la española Repsol-YPF y la brasileña Petrobras han decidido permanecer en Ecuador y Bolivia, que producen cerca de 500.000 barriles de crudo por día y 41 millones de metros cúbicos diarios de gas natural, respectivamente.

Pero invertirían sólo lo necesario para mantener las operaciones en vez de expandir significativamente la producción o reservas, mientras Chávez promete llenar los vacíos.

Venezuela al rescate
La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) tomó en el 2007 un 40% de participación en la recién creada compañía energética Petroandina Gas, que se convertirá en un operador boliviano clave.

PDVSA ha prometido gastar más de US$350 millones como parte del plan boliviano de elevar las reservas de gas natural en 20%, y el mes pasado envió a Bolivia un taladro en momentos en que el suministro de ese tipo de equipos escasea en el mundo.

La exploración será vital para que Bolivia cumpla su promesa de fortalecer las exportaciones de gas a Argentina, mientras sigue abasteciendo a la creciente economía brasileña.

"PDVSA ha estado prometiendo por cerca de tres años (...) pero en términos de inversión lo único que ha hecho es abrir una oficina en La Paz," dijo Carlos Alberto López, analista energético y ex viceministro de Energía boliviano.

"En lo que respecta a exploración y perforación no ha hecho nada en absoluto," añadió.

Chávez ha prometido al menos 2.500 millones de dólares por una participación del 49 por ciento en una nueva refinería en la costa ecuatoriana y envió taladros a la estatal Petroecuador.

PDVSA ayudará a fortalecer la producción en un viejo y difícil de operar campo en Ecuador y creó un intercambio de crudo por diésel para ayudar a compensar el déficit en la capacidad de refinación ecuatoriana.

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Analistas dicen que la ráfaga de acuerdos andinos es notablemente similar a decenas de otros sellados con remotos aliados como Fiyi o Siria, incluyendo más de 10 asociaciones para refinerías que han mostrado poco o nulo progreso.

PDVSA, brazo financiero de la revolución socialista de Chávez, está ya sobrecargada con aportes a programas sociales y su producción está notablemente rezagada con el plan de expansión lanzado en el 2005.

Chávez promovió por años la idea de un masivo gasoducto que conectara de Argentina a Venezuela, pero los esfuerzos han sido dejados de lado después de repetidas críticas de que era ambiental y económicamente insustentable.

Patrick Esteruelas, analista del Eurasia Group en Nueva York, dijo que la reputación de Chávez de hacer grandes promesas con pocos resultados significará que Bolivia y Ecuador terminarán dependiendo de alianzas con multinacionales.

"Estos dos países serán afectados por el declive de la producción a menos que puedan ofrecer términos más atractivos que persuadan a petroleras a hacer considerables inversiones," explicó.

 
 
 
(Reuters)