Casi un 25% de las reservas internacionales de China no están en instrumentos líquidos. | Foto: Bloomberg

Internacional

¿Cuál es el peor escenario de la economía China?

Si el problema del modelo económico en China es el exceso de financiación de proyectos inviables, es posible entonces que la banca sea un problema no una solución para estimular la economía. ¿En qué condiciones bajar tasas no estimularía la economía china?

28 de agosto de 2015

Las recientes jornadas en los mercados de valores han vuelto a poner sobre la mesa como principal preocupación el riesgo de China. Las preocupaciones sobre la economía China no son nuevas, vienen desde cuando los crecientes niveles de endeudamiento y precios de la vivienda que se dieron con el impulso económico para salir de la crisis de 2009 alertaron al mundo de una posible fuente emergente de crisis. Desde 2012, China ha sido objeto de mayor escrutinio no sólo porque una crisis financiera en dicho país podría desestabilizar la economía mundial sino porque podría implicar un nuevo contagio financiero global.

El propio G20 ha señalado en repetidas ocasiones que entre las reformas más urgentes para que China pueda hacer un ajuste ordenado de su economía, está permitir a las fuerzas del mercado actuar en la correcta asignación de recursos en lugar de sostener una economía que muchas veces resulta desequilibrada por los excesos de la economía planificada.

Estas reformas interesan mucho a las autoridades chinas  por cuanto son una condición para que  el yuan pueda tener un peso y una relevancia en la economía mundial como lo tiene su economía. Sin embargo, uno de los peligros del proceso de transición es “la ausencia de un sistema financiero capaz de soportar la liberalización de la cuenta de capitales como se evidenció en las experiencias de Latinoamérica en los años 80” ” según Brian Pinto en su blog en el Brookings Institute en Washington.

Entre las inquietudes que despierta el sistema financiero no solo está la veracidad de las cifras o la trasparencia de las mismas, sino que ante el nivel de endeudamiento corporativo, la creciente banca en la sombra y las deudas regionales se cuestionan las políticas de riesgo de crédito usadas por los bancos cuyo dueño es el propio Estado.

En medio de la creciente preocupación, Charlene Chu se ha posicionado como la más creíble analista tanto sobre deuda como sobre el sistema financiero chino según Business Insider. En la coyuntura actual, su escenario más pesimistas reconoce que a diferencia de lo que comúnmente se dice, el mercado de acciones si tiene conexiones importantes con la economía real.

La conexión se presenta según Chu a través de los créditos de capital de trabajo otorgados por la banca a grandes empresas y que habrían sido invertidos en las bolsas de valores chinas. La caída en los precios de las acciones generaría por la misma razón problemas de liquidez en la misma banca y podría motivar la salida de capitales desde China.

La salida de capitales debería preocupar poco a un país con US$3,7 billones de dólares en reservas internacionales pero Chu cuestiona que casi un 25% de esas inversiones no están en instrumentos líquidos, que permitan acceder a esos dineros en forma fácil e inmediata.

Igualmente importante, señala que las empresas se han endeudado para financiar proyectos que no son rentables y señala que esa es la realidad que afecta a cerca de un 40% del crédito otorgado por la banca. Si las estimaciones de Chu son ciertas, bajar tasas de interés e inyectar liquidez a la economía tendrían pocos efectos positivos para estimular la economía y podrían acrecentar los proyectos económicamente inviables. Según ella las perdidas por exceso de crédito improductivo podrían sumar hasta US$8 billones de dólares.

¿Estaría China dispuesta a sacrificar sus tasas de crecimiento y ordenar primero su sistema financiero? Según Chu el problema ha aumentado con cada decisión política de postergar una inevitable desaceleración y cada vez su efecto resultaría más devastador.