El portavoz de la mayoría demócrata en el Senado de EEUU, Harry Reid, informa a los medios decisiones de acuerdos en el Capitolio, Washington, Estados Unidos. | Foto: AP

Estados Unidos

Congreso evita moratoria, sigue temor por rebaja de nota

El Congreso de Estados Unidos sepultó el fantasma de una cesación de pagos al aprobar finalmente el martes un paquete de recortes del déficit, pero se mantiene la incertidumbre sobre una posible rebaja en la calificación crediticia del país.

2 de agosto de 2011

Solo horas antes de que la autoridad de endeudamiento del Tesoro expirara, el Senado aprobó por 74 votos a 26 un difícil compromiso que eleva el techo de la deuda del Gobierno de 14,3 billones de dólares con la capacidad suficiente para ir más allá de las elecciones de noviembre del 2012.

El presidente Barack Obama, que postulará a un segundo periodo el próximo año, firmó inmediatamente el proyecto de ley para su promulgación, aunque sin ceremonias en la Casa Blanca.

Tras su firma, el mandatario calificó al plan como un "importante primer paso", pero dijo que los sacrificios para reducir el déficit debían ser compartidos de manera justa por todos los estadounidenses, incluyendo a los más ricos. "Todo el mundo tendrá que colaborar, eso es lo justo", declaró el presidente en una declaración en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca.

Su firma marcó la línea final de una amarga historia de conflicto político-partidista sobre la deuda y la estrategia para abordar el déficit que amenazó con el caos en los mercados financieros globales y afectó la estatura de Estados Unidos como la mayor superpotencia económica del mundo.

Hubo poco suspenso en todo caso con el resultado de la votación del Senado, controlado por el oficialismo demócrata.

El proyecto despejó su mayor obstáculo en la noche del lunes, cuando la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, aprobó la medida pese a la ruidosa oposición del movimiento conservador Tea Party, que quería más recortes de gastos, y de los demócratas liberales, enfurecidos por la eventual reducción de los programas de ayuda social.

Sin embargo, se mantiene una profunda incertidumbre sobre si el acuerdo presupuestario será un freno suficiente a los déficits como para convencer a las agencias calificadoras, que han amenazado con rebajar la máxima nota crediticia "AAA" de Estados Unidos.

Standard & Poor's dijo a mediados de julio que había una posibilidad de un 50 por ciento de que recorte la calificación del país en los próximos tres meses, en caso de que los legisladores no acuerden un plan para reducir el déficit de manera significativa.

La primera agencia en reaccionar, Fitch Ratings, dijo que el acuerdo alcanzado el martes es consistente con la calificación "AAA" y es un paso en la dirección correcta.

El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, dijo que esperaba que las agencias calificadoras hagan una "mirada cuidadosa" de la situación, aunque no estaba seguro si Estados Unidos sufriría una degradación. "No lo sé. Es difícil decirlo", admitió.

El alivio inicial de los mercados financieros por el fin de la polémica el lunes rápidamente se convirtió de nuevo el martes en preocupación por la debilidad de la economía estadounidense y el riesgo de que el acuerdo sea insuficiente para evitar una eventual rebaja en la calificación crediticia.

Los principales índices accionarios en Wall Street cayeron a mínimos de sesión tras la aprobación del proyecto en el Senado, afectados también por datos económicos débiles.

El plan, que eleva el actual techo de la deuda de 14,3 billones de dólares lo suficiente como para pasar los comicios de noviembre del 2012, exige recortes de gasto por 2,1 billones de dólares en 10 años y crea un comité del Congreso para que recomiende un paquete de reducción del déficit a fines de noviembre de este año.

Dos grandes agencias calificadoras han dicho que 4 billones de dólares en ahorros presupuestarios les permitirían confirmar la nota AAA al país.

Una degradación de las calificadoras probablemente elevaría los costos de endeudamiento del país y dañaría a la economía.


Reuters