Las dos mayores votaciones están en los polos opuestos: Pier Luigi Bersani, de centroizquierda, y el repitente Silvio Berlusconi, de centroderecha. | Foto: Reuters

Internacional

Atolladero parlamentario

Si para el 15 de marzo el nuevo congreso italiano no ha logrado acuerdos que permitan elegir Primer Ministro, tendrán que volver a realizar elecciones. El vecindario sigue en vilo.

8 de marzo de 2013

La crisis de deuda europea ha comenzado a tener consecuencias hasta en el mapa político del Viejo Continente. Además de los obvios impactos económicos, los electores se han venido inclinando por los candidatos totalmente opuestos a quienes están en el poder, con la esperanza de encontrar –por fin– una solución.

Italia no ha sido la excepción, pero a diferencia de sus vecinos franceses, que eligieron claramente un candidato anti-austeridad y anti-Alemania, en el país mediterráneo los resultados no fueron contundentes y, como resultado, el panorama en vez de aclararse se oscureció.

En las pasadas elecciones parlamentarias del 24 y 25 de febrero, el abstencionismo alcanzó un punto récord desde la Segunda Guerra Mundial, pues un cuarto del electorado no asistió a las urnas. Entre los votantes, los sufragios se dividieron casi por partes iguales, situación que ha dificultado la formación de una coalición que permita elegir un Primer Ministro y continuar buscando salvavidas para la crisis de la tercera mayor economía de la Zona Euro.

El lío es que los tres partidos con mayor votación no están dispuestos a ceder y lograr la tan deseada coalición, que de no alcanzarse para el 15 de marzo –cuando arrancan las sesiones del nuevo Congreso–, obligarían a realizar nuevas elecciones.

Las dos mayores votaciones están en los polos opuestos: Pier Luigi Bersani, de centroizquierda, y el repitente Silvio Berlusconi, de centroderecha. La unión entre los dos está descartada completamente, así que la opción que queda es la del tercer grupo en votaciones, el Movimiento 5 Estrellas, liderado por el excomediante Beppe Grillo. Este desarrolló una campaña atípica, sin recursos del Estado y solo haciendo anuncios por redes sociales. Entre sus promesas, aseguró que no iba a hacer pactos con ningún partido político, lo que enreda aún más la situación.

Retirada
Como la contrarreloj del 15 de marzo sigue avanzando y todavía no hay acuerdo, algunos de los congresistas elegidos por el Movimiento 5 Estrellas, conocidos como los Grillos –en honor a su líder–, ya han empezado a hablar de la posibilidad de un retiro temporal del Congreso para que los demás partidos formen la coalición, elijan Primer Ministro y el país vuelva a arrancar. En ese momento ellos regresarían al Legislativo a ejercer su labor, pues mantienen la promesa de no votar por partidos, ni por el establecimiento.

Los Grillos, que tras las elecciones conforman un grupo de 54 senadores y 109 miembros en la cámara de diputados, son en su mayoría nuevos en la política. Entre ellos hay enfermeros, desempleados y científicos, que estaban cansados de la política tradicional y querían hacer un cambio. Justamente su falta de experiencia les ha valido miles de críticas, pues se han convertido en el palo en la rueda para formar la coalición de gobierno.

No obstante, aún no habían decidido si se retiraban temporalmente del Congreso para permitir que los demás eligieran o si iban a mantener su férrea oposición a cualquier pacto.

La agencia Bloomberg estima que si los Grillos se retiran, queda otro riesgo y es que Berlusconi, ante el rechazo de Bersani, decida hacer lo mismo dejando un quórum decisorio muy bajo, lo que le restaría gobernabilidad al pacto que se pueda alcanzar.

Votación online
Mientras los congresistas italianos logran desenredarse, Beppe Grillo continúa generando polémica pues a sus propuestas antisistema y contra los planes de austeridad sumó otra para que los italianos realicen un referendo online sobre si quieren seguir usando el euro. Aunque su idea no sería viable en Italia, donde los referendos solo se pueden utilizar para derogar leyes o partes de leyes, sí fue suficiente para asustar los mercados, que desde las elecciones aumentaron su aversión hacia los papeles italianos y europeos en general.

La ingobernabilidad italiana ha llevado a que sus bonos estén pagando tasas de interés de 4,88%, el máximo de una década y a que el euro esté en su punto más bajo de los últimos tres meses frente al dólar.

Al nerviosismo de los operadores bursátiles se suman las críticas del exterior, pues medios como The Economist no dudaron en llamar payasos a los políticos italianos por su falta de acuerdo, justo en momentos en que reviven los temores por una reactivación de la crisis regional.

Si bien Italia no lleva la batuta de la Eurozona, como Alemania, si es demasiado grande para caerse. Tiene el mayor endeudamiento regional (130% de su PIB), así que entre más se demoren los Grillos en tomar una decisión, más tiempo tendrán los especuladores para apostar en contra suyo y de sus vecinos.