Robin Williams ganador de un Oscar y 5 Globos de Oro | Foto: Ap

Internacional

Las 10 películas de Robin Williams

El actor estadounidense fue encontrado muerto en su casa, informaron autoridades del condado de Marin, cerca de Los Angeles, Estados Unidos. "Había estado luchando contra una depresión severa", aseguran.

11 de agosto de 2014

El actor estadounidense Robin Williams, conocido por sus papeles en "La sociedad de los poetas muertos" y "Mrs Doubtfire", entre muchas otras películas, murió en su domicilio y se habría suicidado, indicó la policía el lunes.

En un comunicado, la policía del condado de Marin, en California (sureste de Estados Unidos), explicó que un "sujeto hombre fue declarado muerto, identificado como Robin McLaurin Williams, 63 años, residente en la localidad de Tiburón, en California" y que la presunta causa del deceso sería "un suicidio por asfixia". Las autoridades mantienen abierta una investigación "sobre las causas y las circunstancias de la muerte", señaló la nota, en donde precisó que el actor y humorista fue visto por última vez el domingo sobre las 10:00 p.m.  en el domicilio que compartía con su esposa.

La prensa estadounidense informó el lunes que Williams padecía depresión.

El actor logró reconocimiento internacional con su papel de Barry Levinson en "Buenos días, Vietnam" (1987), aunque conquistó al público de todo el mundo encarnando al brillante profesor de "La sociedad de los poetas muertos".

Estas son las 10 películas con mayor recaudación en todo el mundo en las que actuó Williams.

1) Una noche en el museo (2006), US$574 millones.

2) Papá por siempre (1993), US$441 millones.

3) Una noche en el museo 2 (2009), US$413 millones.

4) Hook, el regreso del Capitán Garfio (1991), US$300 millones.

5) Jumanji (1995), US$262 millones.

6) Mente indomable (1997), US$226 millones.

7) Parche (1998), US$202 millones.

8) La jaula de las locas (1996), US$185 millones.

9) El mayordomo de la Casa Blanca ( 2013), US$176 millones.

10) Buenos días, Vietman (1987), US$123 millones sólo en Estados Unidos.


Williams, nacido en Chicago en 1951, había combinado desde bien joven un genio irresistible y una verborrea sin igual con una vida personal plagada de debilidades. Antes de saltar a la interpretación había empezado a estudiar Ciencias Políticas, una inquietud comprometida que nunca le abandonó en sus ácidas comparecencias públicas, como cuando en el Festival de Berlín presentó "The Final Cut", uno de sus filmes más oscuros, y disparó una rueda de prensa en la que dijo "no sé qué hacemos buscando armas químicas en Irak cuando sería más fácil mirar en los albaranes del Pentágono".

Y antes de llegar a la fama, que se fraguó en la televisión con series como "Happy Days" y, sobre todo, "Mork & Mindy" en la segunda mitad de los setenta, ya había coqueteado peligrosamente con la cocaína, que compartió con otro amigo suyo malogrado, John Belushi. "La cocaína es la manera que tiene Dios de decirte que estás ganando demasiado dinero", decía con ironía. El cine tardó más en darle la bienvenida, pero fue a lo grande con "Good Morning Vietnam", de Barry Levinson, que sacó un partido único a su rapidez verbal, a su ingenio y su capacidad para combinar con una gran sonrisa una mirada triste.

También le supuso su primera nominación al Óscar y abrió su mejor época profesional y vital, continuada con "Dead Poets Society", de Peter Weir, la película que hará hoy que se levante toda una generación de adolescentes a despedirle al grito de "Oh, capitán, mi capitán", pues en ella encarnó a un heterodoxo profesor que se sale de los temarios y entra en la materia sensible de la vida. El trío de ases (y de nominaciones al Óscar) se redondeó con "The Fisher King", de su ídolo cómico, Terry Gilliam (de los Monty Python), esta vez metido a mágico fabulador.

Disney pensó en él como el único capaz de poner voz al genio de "Aladdin", su gigantesco éxito comercial, y su pericia fue tan bárbara que algunos incluso pidieron una cuarta nominación al Óscar por un trabajo de doblaje. Como rezaba la canción que él mismo cantaba en infinitos tonos y voces distintos, no había en el mundo "un genio tan genial". Y Steven Spielberg pensó en lo contrario: en darle el papel de un Peter Pan hastiado y amargado en su vida real y volviendo a Nunca Jamás para solucionar su insatisfacción. Era "Hook" y allí reafirmó su conexión con uno de sus públicos más fieles: el infantil. "Mrs. Doubfire", en la que se convirtió en una adorable asistenta británica para estar más tiempo con sus hijos, le reportó un Globo de Oro y desplegó una paleta más amplia de talentos si cabía, hasta convertirla en un gran éxito comercial.

Seguirían otros filmes como "Jumanji", "Patch Adams" (no en vano, sobre la terapia de la risa) o la incomprendida "Jack", rareza agridulce de Francis Ford Coppola.

El Óscar, llegó finalmente a la cuarta nominación en 1997, la primera como secundario, en un papel tan agridulce como él mismo. El psiquiatra viudo de "Good Will Hunting", de Gus Van Sant. y, por primera vez, Robin Williams se quedó casi sin palabras al subir al escenario ante la ovación de toda la profesión. Aunque enseguida se recuperó y empezó a bromear. Desde entonces, en cambio, nunca volvió a conseguir un gran papel a la altura de su talento, si bien participó en películas notables como "Insomnia", del ahora idolatrado Christopher Nolan, y volvió a poner comicidad a éxitos de taquilla como "Night at the Museum" y su voz a nuevos clásicos de la animación como "Happy Feet". Así, en 2006 volvió a un centro de rehabilitación tras reconocer su alcoholismo y en 2009 sufrió problemas cardíacos. Pero nada parecía indicar que Robin Williams, que seguía más en el corazón del espectador que en la mente de los productores, se iría así sin más.

Se había anunciado una secuela de "Mrs. Doubfire", estaba rodando otra entrega de "Night at the Museum" y disfrutaba de un matrimonio todavía corto pero aparentemente estable con Susan Schneide.