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De 1997 al 2008, las emisiones de dióxido de carbono del mundo por la combustión de combustibles fósiles se han incrementado 31%; las emisiones de este gas de efecto invernadero por parte de Estados Unidos subieron 3,7%. Las de China, ahora el mayor productor de este tipo de contaminación, se han más que duplicado en este período.

Impacto del cambio climático empeoró desde Kioto

Desde el acuerdo internacional de 1997 para combatir el calentamiento global, el cambio climático ha empeorado y ha sido más grave que los pronósticos más sombríos.

23 de noviembre de 2009

Mientras el mundo ha estado hablando durante una docena de años sobre cuál es el siguiente paso a tomar, se han abierto nuevos pasajes de tránsito para embarcaciones a través de las aguas del Océano Artico, antes congeladas durante el verano. En Groenlandia y la Antártida, las capas de hielo han perdido billones de toneladas. Glaciares en montañas en Europa, Sudamérica, Asia y Africa se están encogiendo más rápido que antes.

Y no son sólo las partes congeladas del planeta las que han sentido el calentamiento en la docena de años transcurridos hasta la reunión climática del próximo mes en Copenhague:

— Los océanos del mundo han elevado su nivel en cerca de 3,8 centímetros (una pulgada y media).

— Las sequías e incendios forestales se han vuelto más severos en todo el planeta, desde el oeste de Estados Unidos a Australia y al desierto del Sahel en el norte de Africa.

— Entre las especies ahora en problemas debido al cambio climático están no sólo el oso polar, el cual se ha convertido en un símbolo del calentamiento global, sino también mariposas frágiles, ranas coloridas y bosques enteros de pinos en Norteamérica.

— En los últimos 12 años las temperaturas son cuatro décimas de grado más calientes que en los 12 años previos a 1997.

Incluso los modelos climáticos más sombríos de la década de 1990 no pronosticaban resultados así de malos ni tan rápidos.

"La ciencia más actualizada nos está diciendo que los problemas son más severos de los que pensábamos", comentó Janos Pasztor, asesor sobre clima del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Y esta es la razón: desde que en diciembre de 1997 se firmó en Kioto, Japón, un acuerdo para reducir la contaminación por gases de efecto invernadero, el nivel de dióxido de carbono en el aire se ha incrementado 6,5%.

Funcionarios de todo el mundo se reunirán el próximo mes en Copenhague para buscar un acuerdo de seguimiento, uno que el presidente estadounidense Barack Obama dice debe tener "un efecto operacional inmediato ... que represente un paso importante en los esfuerzos por cohesionar al mundo en torno a una solución".

El esfuerzo más reciente no consiguió realmente los resultados esperados.

De 1997 al 2008, las emisiones de dióxido de carbono del mundo por la combustión de combustibles fósiles se han incrementado 31%; las emisiones de este gas de efecto invernadero por parte de Estados Unidos subieron 3,7%. Las de China, ahora el mayor productor de este tipo de contaminación, se han más que duplicado en este período.

Cuando el Senado estadounidense rechazó el acuerdo y el entonces presidente George W. Bush se retiró del mismo, eso significó que los tres principales contaminadores de carbono —Estados Unidos, China e India— no formaban parte del pacto de reducción de emisiones. Los países en desarrollo no estaban incluidos en el Protocolo de Kioto y ése es un punto importante a discutir en Copenhague.

Y los efectos de los gases de efecto invernadero son más poderosos y están ocurriendo más pronto de lo pronosticado, señalaron científicos.

"En 1997, los impactos (del cambio climático) fueron subestimados; el ritmo del cambio ha sido más rápido", dijo Virginia Burkett, científica a cargo de la investigación de cambio global en el Servicio Geológico de Estados Unidos.

Esa última parte preocupa al ex vicepresidente estadounidense Al Gore, quien ayudó a mediar un acuerdo de último minuto en Kioto.

"Por mucho, la diferencia más grave que hemos tenido es una aceleración de la crisis misma", dijo Gore este mes en una entrevista con la AP.

En 1997, el calentamiento global era un problema para los científicos especialistas en clima, ambientalistas y otros expertos en la materia. Ahora biólogos, abogados, economistas, ingenieros, analistas de seguros, especialistas en manejo de riesgos, expertos en manejo de desastres, comerciantes de materias primas, expertos en nutrición, eruditos en ética e incluso psicólogos están trabajando sobre el calentamiento global.

"En 1997 esto era un problema abstracto del que se hablaba en círculos científicos; ahora es un problema palpable, visible para todos", señaló Andrew Weaver, un científico de la Universidad de Victoria especialista en clima.

Los cambios en los últimos 12 años que han alarmado más a los científicos están ocurriendo en el Artico, con el derretimiento del hielo del mar en el verano, y alrededor del mundo con la pérdida de masas cruciales de hielo en tierra. Todo está sucediendo mucho más rápido de lo pronosticado.

En 1997 "nadie en sus expectativas más descabelladas" hubiera pronosticado la notable pérdida repentina del hielo en las aguas del Artico durante el verano que comenzó hace cerca de cinco años, subrayó Weaver. De 1993 a 1997, el hielo en el océano se encogía en promedio durante el verano a un poco menos de siete millones de kilómetros cuadrados (2,7 millones de millas cuadradas). El promedio para los cinco años pasados es de menos de 5,1 de kilómetros cuadrados (dos millones de millas cuadradas). Lo que se ha perdido es del tamaño de Alaska.

La Antártida ha registrado un incremento ligero de hielo en el mar, principalmente debido al efecto enfriador generado por el agujero en la capa de ozono, según el centro de investigación British Antarctic Survey. Al mismo tiempo, se han desprendido grandes bloques de hielo en la península Antártica, que sumados representan el tamaño de Delaware.

Aunque el hielo que se derrite en el Artico no eleva los niveles de mar, el derretimiento de bloques de hielo gigantes con base en tierra y el de glaciares que drenan hacia los mares sí lo hacen, y éstos se están encogiendo en los dos polos.

(AP)