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ESPECIAL REGIONES COMPETITIVAS

La batalla de Boyacá

Uno de los departamentos agrícolas por excelencia enfrenta enormes desafíos; sin embargo, tiene una red de educación media y superior que envidiaría cualquier país desarrollado. El departamento de las ruanas lucha por su competitividad.

10 de noviembre de 2014

Muchos boyacenses lideraron una amplia manifestación que derivó en los paros campesinos más nutridos de los últimos años. Las duras condiciones originadas por la crisis agrícola pusieron contra la pared a muchos.

La revaluación, los bajos precios de las cosechas y los altos costos de insumos llevaron a la quiebra a la mayoría de cultivadores de papa, cebolla, arveja y frutas. Lo que quedó en claro es que el campo está en crisis y por eso necesita medidas urgentes de salvación. Obviamente, el tema ha estado dentro de la agenda y el gobierno nacional ha tenido que garantizar $4 billones anuales en inversión para el campo, tal como quedó aprobado en el Presupuesto Nacional de 2015, que acaba de aprobar el Congreso de la República.

El tema es fundamental para Boyacá pues al fin de cuentas la producción agrícola es una de las principales actividades del departamento. No obstante, esta región se ha venido destacando en el marco de las mediciones de competitividad, especialmente en lo que concierne a educación. El departamento se destaca en aulas, cobertura neta en educación media, baja deserción escolar, puntajes en pruebas Saber 11, calidad de los docentes e inversión pública en calidad. En educación superior, de otra parte, el estudio muestra que Boyacá tiene la mayor proporción de instituciones universitarias, técnicas o tecnológicas con certificación de calidad.

De todos los estudiantes matriculados en Instituciones de Educación Superior (IES) boyacenses, 61,34% lo está en una que tiene acreditación de calidad. La otra gran ventaja competitiva que tienen los boyacenses es que han logrado una de las mejores redes viales de carreteras secundarias. Por cada 100.000 habitantes, hay 56,75 kilómetros de vías secundarias pavimentadas. Este es el indicador más alto del país.

El asunto clave ha sido el de la inversión pública que ha adelantado el gobernador de Boyacá, Juan Carlos Granados. Al menos $500.000 millones al año están destinados para atender a los menos favorecidos de la región en asuntos como educación y salud. Los problemas siguen vigentes y nadie puede tapar el sol con un dedo.

Es necesario fortalecer los programas de inversión para mejorar la competitividad del campo, garantizándoles rentabilidad a los agricultores. Pero nadie puede negar que el departamento ha ganado terreno hacia la competitividad gracias a su esfuerzo en educación y vías. Ese es terreno abonado para que Boyacá avance en el gran desafío que tiene hoy mismo: la Batalla por la competitividad.