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Asesoran fusiones, adquisiciones y ofertas públicas de valores y entrada al mercado de capitales

Las movidas empresariales son más frecuentes de lo que se piensa pero a veces resultan tan complejas que requieren de la mano experta de abogados que aseguren el éxito de las operaciones.

3 de abril de 2014

En la actividad de las empresas hay momentos de expansión o contracción de su negocio. Por ejemplo, cuando las farmacéuticas ven una oportunidad en una línea de medicamentos que no producen, deciden comprar un laboratorio que sí lo hace; o  el caso de las automotrices que deciden vender una marca no rentable para así sanear los balances.

Ese tipo de operaciones requiere de la asesoría de otras compañías expertas en esta clase de transacciones que, por lo general, son bufetes de abogados conocedores de todas las ramas del derecho (corporativo, litigios, laboral, tributario, propiedad intelectual y contractual).

Así, estas asesorías deben comprender los procesos de debida diligencia, la obtención de licencias y autorizaciones gubernamentales,  el registro de la inversión extranjera ante el Banco de la República para el caso de inversionistas extranjeros, estructuración de la operación y elaboración de la documentación relacionada, estudio de las consecuencias fiscales de la transacción y, por último, todas las demás labores relacionadas con el cierre exitoso de la operación.

Según Camilo Martínez, abogado de Martínez Neira Abogados, “con la apertura económica y la globalización de la economía, la compra y venta de compañías es cada vez más frecuente en el país y ello requiere de un grupo interdisciplinario que revise la situación legal, tributaria y comercial de las transacciones para verificar su viabilidad y rentabilidad.”

Martínez se refiere a las contingencias propias de la compañía que se estima comprar, lo cual no es más que un informe del estado legal, tributario, laboral, contractual y de propiedad intelectual, entre otros ítems. Como esas contingencias son valorables, se puede establecer si la compañía en cuestión es costosa, lo cual es fundamental para determinar el precio o descartar definitivamente la intención.

Pero más que esto, existen regulaciones estatales que pueden afectar este tipo de transacciones. Según las normas de competencia defendidas por la Superintendencia de Industria y Comercio, los asesores deben analizar si la adquisición puede o no constituir una posición dominante que desemboque en la formación de un monopolio y, en consecuencia, se le deba informar.

Lo mismo sucede cuando el negocio tiene que ver con el sector financiero o minero, entre otros, se debe tener en cuenta la probable notificación a las respectivas autoridades de cada ramo. Así mismo, cuando se trata de inversión extranjera, es indispensable contemplar el régimen cambiario con su consecuente aviso al Banco de la República.

Una vez analizados las condiciones de la compañía y los asuntos legales es cuando se debe dar el paso a la elaboración del contrato como tal, en el cual los abogados de ambas partes negocian los textos, prever el máximo de escenarios posibles y lograr transferir al papel lo que los clientes quieren.

Este documento también debe contemplar las diferentes consecuencias legales y tributarias que se deriven, además de si también hay que entrar a negociar con terceros interesados como proveedores, sindicatos, distribuidores, etc.

Una vez todo lo anterior ha sucedido es el momento en que la empresa puede dar el paso siguiente, girar el cheque y perfeccionar la compra, la adquisición o la fusión.

La tentación del mercado público de valores

Si la estrategia de la empresa exige la expansión del negocio y para ello el capital de los accionistas no es suficiente, es cuando se acude a las ofertas  públicas de valores del mercado de capitales, es decir, a la bolsa.

Desde Facebook hasta Ecopetrol, pasando por AV Villas o la Empresa de Energía de Bogotá, esta operación de salir a la bolsa es compleja porque “debe ser el resultado de una estructuración o revisión del gobierno corporativo de la empresa para que sea atractivo a los inversionistas”, explica Martínez.

Pero la asesoría no termina ahí: se debe tener en cuenta la estructura impositiva del país en el que se va a ofertar la compañía pues según estos impuestos puede resultar ser más rentable ofrecerla en Colombia, Panamá o Nueva York, entre otras bolsas de valores.

Ahora bien: puede que luego del estudio de la compañía, en lugar de vender acciones, le sea más rentable emitir bonos. Sea lo que se decida, lo importante es que circular en el mercado público de valores da prestigio pero expone cierta información de la compañía que, en casos extremos, puede hacerla vulnerable.

De ahí la importancia de la adecuada asesoría ya que el esfuerzo de toda una vida puede irse al traste por una inadecuada decisión.