Especial administración de inversiones

¿En qué debería invertir en Colombia?

A la hora de apostarle a su futuro hay que pensar en la mejor manera de hacerlo. Estas son algunas opciones que ofrece el mercado.

4 de diciembre de 2014

El crecimiento sostenido de la economía colombiana durante el último decenio ha generado una clase socioeconómica que viene ganando poder tanto por su peso en la economía como por su volumen demográfico.

Este fenómeno, unido a los más de 20 años de apertura económica, también ha provocado que esta clase emergente aprecie el estudio y procure educarse en asuntos financieros. Tanto es así que no es raro que a las personas que empiezan a ascender en las empresas, luego de varios años de trabajo duro y que ya tienen solucionados los asuntos pensionales,  la educación de los hijos y su vivienda; con más frecuencia de lo que las estadísticas pueden registrar, resultan herederos de importantes sumas de dinero o de bonos empresariales por buen desempeño.

En estos casos surge el dilema de qué hacer con ese excedente de capital. Habrá algunos que, luego de 10 o 15 años de arduo trabajo, deciden darse el viaje de la vida, mientras que otros prefieren invertir. Consultamos con Andrés Niño, gerente de banca privada de una entidad financiera nacional, y a Marcelo Villamarín, asesor financiero vinculado al sector bancario, los dos con 15 años de experiencia en el negocio, y ambos coinciden en que en Colombia hay siete opciones de inversión: finca raíz local, finca raíz en el exterior, acciones en la Bolsa de Valores de Colombia, acciones en el exterior, instrumentos bancarios, joint-ventures y fondos de pensiones voluntarias.

De hecho, según Andrés Niño la inversión por excelencia en Colombia ha sido la finca raíz porque es un bien inmueble, tangible y que bien elegida puede dar rendimientos superiores a los del sistema bancario y sin los riesgos de las acciones.

Para Marcelo Villamarín admite que esto es cierto pero advierte que “en este momento existe una sobreoferta que coincide con unos precios muy altos y, por tanto, lo más conveniente podría ser vender”. Además, el inversionista de finca raíz debe tener en cuenta que el riesgo financiero por la difícil reventa es alto. A esto se le suma que si se compra un inmueble para arrendar no puede obviar costos como los honorarios de las inmobiliarias, los impuestos y las valorizaciones, además de los riesgos por el incumplimiento de los arrendatarios en el pago de la administración y de los servicios públicos.

Algo similar ocurre en cuanto a la inversión en finca raíz en el exterior. “Cada mercado tiene sus particularidades, pero el atractivo de invertir en Estados Unidos es importante porque en este momento los precios son todavía pagables”, explica Marcelo Villamarín. Sin embargo, como lo explica el gerente Andrés Niño, lo que dificulta la inversión es que el inmueble no está a la vista del colombiano y su control debe entregarse a terceros.

Pasando a las inversiones en acciones,  el asesor financiero Marcelo Villamarín dice que “es un juego de oferta y demanda en el que si el inversionista no tiene suficientes conocimientos y herramientas o, si no está bien asesorado, lo puede perder todo”. Por esta razón surge el concepto de los fondos de inversión en los que es posible diversificar para reducir el riesgo. Estos son administrados por fiduciarias vigiladas por la Superfinanciera, y pueden ser carteras colectivas (fondos de inversión) en renta fija o variable y que repliquen el movimiento del Colcap (Índice bursátil de la Bolsa de Valores de Colombia que refleja la variación de precios de las 20 acciones más líquidas del país), de otros mercados o de empresas sólidas, sean nacionales o extranjeras.

Aunque si la decisión es invertir en la Bolsa Colombiana, hay que cerciorarse de las empresas listadas y se debe hacer a través de una comisionista, que sea vigilada por la Superintendencia Financiera.

En cuanto a las acciones en el exterior “es importante tener acceso a información de primera mano para poder monitorear las fluctuaciones del mercado y esto se puede hacer a través de la web al consultar los estados financieros de las empresas y monitoreando medios internacionales”, explica Andrés Niño.

Los instrumentos bancarios (modalidades de ahorro en bancos)  “son quizás las inversiones más seguras pero, al mismo tiempo, las más conservadoras porque uno de un banco triple AAA, a un término de un año, puede estar pagando alrededor del 5,0% E.A.”, advierte Marcelo Villamarín. “También se pueden incluir los bonos pensionales que rinden entre 50 y 80 puntos básicos por encima de los TES (títulos de deuda pública doméstica, emitidos por el gobierno y administrados por el Banco de la República), pero a mediano y largo plazo”, afirmó Villamarín.

Los joint-ventures o aquellas inversiones de riesgo compartido, en donde alguien tiene una idea productiva e invita a amigos o conocidos como inversionistas o socios capitalistas, pueden ser fuente de exitosas historias o de dolorosas pérdidas por el fracaso.

Por último están los fondos de pensiones voluntarias, los cuales trabajan estrictamente regulados por la Ley colombiana y vigilados por Superintendencia Financiera. En general se basan en la asesoría al inversionista que decide poner a trabajar su capital en un fondo voluntario de pensiones y le apuesta a un horizonte de beneficio en función del tiempo y de su tolerancia al riesgo.

El inversionista puede elegir entre la administración de su portafolio directamente o delegar a los expertos de inversiones de las administradoras de los fondos de pensiones para lo hagan. El punto es que, en general, lo que se busca es invertir en diversos portafolios, sean de renta fija o de renta variable, entre otros, para que basado en la diversificación se logren los objetivos.


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