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Perfumería a base de alcohol orgánico estimula el mercado

La nueva tendencia reduce el impacto ambiental y se aplica en perfumes y desodorantes.

31 de agosto de 2015

Uno de los compromisos que toda empresa que se quiera considerar global debe cumplir es con la conservación de los recursos y la protección del medio ambiente.

Por esta razón y con el objetivo de disminuir el impacto ambiental, la industria de la perfumería viene trabajando en la sustitución del alcohol común por alcohol orgánico. “A diferencia del alcohol tradicional, el alcohol orgánico es producido en forma sostenible y socialmente responsable”, explica Diana Carolina Aguilar, gerente de sustentabilidad de Natura.

“Si bien los alcoholes tienen un origen vegetal, producto de la fermentación de diversas plantas, modernamente los hay derivados sintéticos del petróleo”, explica Carolina Romero, ingeniera de producción agroindustrial de la Universidad de la Sabana con más de 10 experiencia en la industria de fragancias.

Desde el punto de vista técnico, el alcohol orgánico cumple con varios requisitos. Por ejemplo, la caña de azúcar, planta de la que se obtiene el alcohol orgánico, se cultiva con fertilizantes naturales.

Bajo este mismo espíritu de sostenibilidad, las plantaciones conservan la biodiversidad del lugar respetando la vegetación nativa, así como ríos y lagos. Por consiguiente, no se realizan quemas para su cosecha por lo que se genera 20% menos de emisiones de carbono en su producción y los trabajadores son capacitados para cuidar todo el proceso.

“Con esta iniciativa, desde 2007 somos pioneros mundialmente en la utilización en gran escala de alcohol orgánico en la fabricación de cosméticos”, continúa Aguilar.

Alcohol orgánico sostenible

Como se sabe, Brasil es una potencia mundial en el cultivo de caña de azúcar que se usa tanto para la producción del endulzante como para la obtención del alcohol. Según la Asociación Estadounidense de Combustibles Renovables, el alcohol de grado cosmético es 96% etanol.

Producción mundial etanol (2014)

País

Millones de galones

Estados Unidos

14,3

Brasil

6,19

Europa

1,445

China

635

Canadá

510

Tailandia

310

Argentina

160

India

155

Resto del mundo

865

Fuente: RFA, sobre estimados públicos y privados. ethanolrfa.org

Dentro de la producción agroindustrial brasileña, los cultivos orgánicos vienen ganando terreno porque “sin alterar fragancia, textura, fijación o calidad de los productos, la opción es positiva tanto para los consumidores como para el medio ambiente y los trabajadores rurales”, amplía Aguilar.

En los cultivos proveedores del alcohol orgánico utilizado en los productos de perfumería, la caña de azúcar es cultivada sin adición de agrotóxicos y abonos químicos. Los cañaverales son integrados a la vegetación nativa, creando islas de biodiversidad en medio de la cultura, lo que garantiza la permanencia de la fauna y la flora local. Además de esto, la vinaza, un subproducto biológico de la destilación del alcohol, que en otros cultivos acostumbra ser lanzada en vías fluviales, contaminándolas, tiene otro destino.
 
“La vinaza debe volver al campo y sirve como abono y fertilizante natural para la caña, pues contiene potasio y abundante materia orgánica en descomposición”, explica Fernando Alonso, gerente de productos orgánicos de Native, unos de los cultivos pioneros y proveedores de alcohol orgánico para la industria de la perfumería.

La paja sobrante, que en plantaciones convencionales aún es quemada, emitiendo monóxido de carbono y otros gases contaminantes, queda sobre el suelo. Esto hace que el terreno esté protegido de plantas invasoras y de los efectos del sol y retenga más humedad, condiciones benéficas para la cultura de caña en climas tropicales.

Para cumplir con el estándar de sostenibilidad, los cultivos deben asegurar que los trabajadores rurales sean respetados y tengan sus derechos garantizados. Como se sabe, actualmente en la agroindustria brasileña, la mayor parte de la recolecta de la caña es mecanizada. Para que ese proceso ocurra sin reducir puestos de trabajo, en los últimos años la mayoría de los antiguos cortadores fue recalificada y entrenada para adoptar prácticas agrícolas sustentables.

Según Bloomberg Business, la Usina São Francisco pertenece a Native (unidad del grupo Balbo) y está localizada en el municipio de Sertãozinho, en el interior de São Paulo (región sudeste de Brasil). Este gigante industrial brasileño tiene en mente la reducción del impacto al medio ambiente y por eso su producción es de ciclo cerrado, es decir, utiliza los propios residuos del bagazo de la caña de azúcar para generar toda la energía necesaria para la empresa, que es autosuficiente en energía térmica, mecánica y eléctrica, y hasta exporta el excedente de esta última para otras compañías. Para tener una idea de ese potencial, la energía generada allí podría abastecer una ciudad hasta de 500 mil habitantes.

“Muchas fábricas de producción de alcohol optan por no utilizar sus residuos en la generación de electricidad porque la aplicación de algunos de ellos, como la vinaza, encarece el proceso. Pero empresas como Native ya comprobaron que los gastos iniciales son compensados, pues, además de no ofrecer riesgos para la salud de los trabajadores, la producción de energía es mayor y hay menos emisión de contaminantes”, complementa Alonso.

Además del cuidado socioambiental, Native también tiene en cuenta la calidad de la materia prima y la salud del futuro consumidor de los cosméticos. Por ese motivo, antes de ser incorporado a la fórmula de los productos de Natura Ekos, el alcohol orgánico es sometido a un proceso adicional, donde es nuevamente diluido en agua pura y destilado, para aumentar aún más su grado de pureza.