Nestor Jiménez, Socio de Grand Thornton Colombia

Contabilidad

Adoptar las NIIF: un reto para las empresas colombianas

La migración hacia un nuevo estándar de calidad contable no sólo es competencia del departamento de contabilidad. La alta gerencia se queda corta en capacitación.

28 de marzo de 2016

El ‘revolcón’ contable para las empresas colombianas ya es un hecho, aunque las administraciones de muchas de ellas no han estado tan involucradas en el proceso. ¿Y deberían estarlo? La respuesta es: por supuesto.

Así lo señala uno de los más destacados especialistas en normas NIIF (Normas Internacionales de Información Financiera) y socio de Grant Thornton Colombia, Néstor Jiménez, “sucede con empresarios de pequeñas y medianas compañías, quienes por lo regular se comprometen en sacar el negocio adelante en términos de mercadeo, producto y clientela y ven la información financiera como algo secundario. Falta mucha cultura en ese sentido”, afirma el contador.

El mayor desconocimiento se concentra en las empresas del Grupo 2, es decir, principalmente las pymes. “En general, los dueños de las empresas desconocen el alcance de las NIIF y más grave aún, la obligatoriedad de su aplicación”, afirma Eric Fehrenbch, líder en Investigación de World Office.

Las empresas que cotizan sus títulos en bolsa, así como las grandes empresas han sido catalogadas como las que mejor se prepararon en tiempo, recursos y oportunidad.

“Otro grupo son las grandes y medianas empresas que están en el grupo 1, que deben estar emitiendo sus reportes financieros de 2015 bajo los nuevos estándares, que no han culminado su proceso y no se prepararon a tiempo, están en problemas”, afirma Jiménez.

Se debe generar conciencia

Sin embargo, entidades como la Superintendencia de Sociedades ‘hacen la tarea’. De hecho, recientemente la entidad hizo una nueva capacitación con compañías sobre la manera como deben presentar las cuentas financieras con corte a 31 de diciembre de 2015. “La idea de las NIIF es manejar la información financiera de forma comparativa a nivel global”, resalta el superintendente Francisco Reyes Villamizar.

La novedad en mayo próximo estará no sólo en la presentación de los estados financieros de 30.000 compañías, sino el hecho de que 2.800 lo hagan en lenguaje NIIF: se trata de las empresas que presentaron estados financieros de apertura el año pasado y que ya se subieron a este nuevo ‘bus’ contable.

¿Existe acaso una falta de conciencia en ese proceso de convergencia? La respuesta de los especialistas apunta hacia la necesidad de que propietarios, gerencias y juntas se comprometan con el cambio. “Me parece que en parte puede ser por la tradición que teníamos que las cifras contables provenían más de la información tributaria que de la realidad que debe reflejar la contabilidad”, afirma el socio de Grant Thornton Colombia, tras destacar que las normas fueron expedidas con suficiente tiempo, pero aun así se sigue incumpliendo, como es el caso de las entidades del sector salud.

El reto también viene para las empresas del Grupo 3, es decir las microempresas, pero no sólo por la urgencia de adoptar las normas sino por la necesidad que tienen de formalizarse.

Efectos Tributarios

Según el socio de Gran Thornton Colombia, las normas legales han dado paso a la administración de impuestos un plazo de cuatro años para medir el impacto tributario por la adopción de las NIIF. “Desde el punto de vista de la información financiera, gran parte de las diferencias existentes entre las bases fiscales y las bases NIIF son de corto plazo; es decir, que se revierten en menos de un año, por lo que el efecto tributario que ellas pueden tener es mínimo”.

Que todos pongan con la Tributaria

La baja popularidad de impuestos como el 4 por mil, combinado con la aceptación de algunos sectores de ampliar la base gravable, son algunos de los ingredientes de un menú tributario que deberían definirse cuanto antes.

La urgencia clamada por diversos sectores económicos a que el Gobierno presente de una vez por todas una reforma tributaria basada en las recomendaciones del comité de expertos, es el pan de cada día y más cuando calificadoras de riesgo como Standard & Poors tienen a la economía colombiana “entre ojos”.

Si bien se menciona que se trata de una propuesta acertada y encaminada a lograr la equidad en la tributación y de esta manera, obtener suficientes recursos para para solventar el déficit producto de los menores ingresos petroleros, “es claro que no todos los que deben tributar lo están haciendo”, afirma Néstor Jiménez, socio de Grant Thronton Colombia, quien observa como el gran lunar de la propuesta el hecho de mantener el Gravamen a los Movimientos Financieros (4 por mil) resulta inapropiado y debe eliminarse porque se trata de un doble y hasta triple tributo, ya que los movimientos bancarios pasan las utilidades que ya han pagado impuesto de renta y Cree, impuesto de Industria y Comercio, IVA y pago a proveedores con IVA, entre otros.

“Debo reconocer que es el impuesto más fácil de recaudar y de mejor control aunque perjudica la corriente normal de dinero a través del sistema financiero al incentivar cada vez más el manejo de dinero en efectivo o a través de cheques con muchos endosos”, afirma el especialista.

En ese sentido, los banqueros han reiterado hasta la saciedad esta inconveniencia porque entre otros factores, incentiva el uso del efectivo. Según Ricardo Bonilla, uno de los integrantes del comité de expertos, la idea sería mantenerlo hasta el 2019 y el fin es atender gran parte de las dificultades fiscales del país.

Sin embargo, según el vicepresidente económico de la Asociación Bancaria de Colombia (Asobancaria), Jonathan Malagón, esta decisión resulta inconveniente y no contribuye en una mayor bancarización. “La medida desconocería el efecto negativo del 4xmil sobre la intermediación, el desarrollo de medios de pago electrónicos y el crecimiento de la economía, lo cual hoy en día hace parte del consenso de la literatura”, comenta el especialista.

Para el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, Guillermo Botero, “se trata de un impuesto que genera más efectos negativos, no existe en ningún lugar del mundo. No ayuda a la bancarización, sino a la elusión”.

Freno a la evasión

Una de las peticiones urgentes de expertos es el establecimiento de mecanismos de control de la evasión y elusión. “Considero que si la administración de impuestos fuera más eficiente en el control de la evasión, tal vez la tasa de impuesto podría rebajarse a niveles del 25%. Debe tenerse en cuenta que la comisión propone una tasa entre el 30% y 35%”, afirma Jiménez.

Lo cierto es que todo cambio en las reglas de juego genera simpatías y molestias y más si se considera que la propuesta busca generar equidad en los impuestos y así obtener suficientes recursos para solventar el déficit. “Considero apropiado que de una vez por todas haya justicia en la forma como cada empresa y persona natural tribute y contribuya al desarrollo del país”, afirma el socio de Grant Thornton Colombia.