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Presidente de Prodesa, Juan Antonio Pardo.

Construcción

Viviendas gratis no son negocio

A pesar de que estos proyectos no tienen riesgo comercial para las constructoras, hay otro tipo de riesgos asociados al tiempo, que es muy apretado, y a los costos, que pueden tener variaciones desfavorables durante la ejecución.

15 de abril de 2013

Como negocio, el margen de rentabilidad que obtienen las constructoras que participan en el programa de las 100.000 viviendas gratis es bajo, incluso apretado en algunos casos.

Así lo señala Prodesa, empresa que participa en el programa en Cartagena y Barranquilla con 1.800 viviendas, pues su presidente, Juan Antonio Pardo, argumenta que el margen estrecho que tiene la Vivienda de Interés Prioritario (VIP) hace que la rentabilidad sea considerablemente más baja que la obtenida tradicionalmente en otro tipo de proyectos.

El directivo dice que los proyectos, desde el punto de vista financiero, tienen diferencias sustanciales respecto a la forma como tradicionalmente se desarrollan los proyectos VIP.

La más considerable es que el pago correspondiente al 100% (66,5 Salarios Mínimos Mensuales Legales Vigentes por cada vivienda) se efectúa una vez el proyecto ha sido terminado en su totalidad. Esta circunstancia, claro está, exige una inversión importante de recursos del patrimonio de la compañía”, afirma Pardo.

En eso coincide el gerente de Desarrollo de la Constructora Amarilo, Francisco González, quien reitera que son proyectos de baja rentabilidad financiera.

Esta empresa, en consorcio con Construcciones Obycon, está construyendo 1.080 unidades de vivienda multifamiliar en la Urbanización Lorenzo Morales ubicada en la ciudad  de Valledupar.

Sin embargo, la presidente de Camacol, Sandra Forero, dice que por lo menos los empresarios afiliados al gremio le apuestan a este proyecto por la rentabilidad social que ofrece.

Además, “por la posibilidad de replicar experiencias de buen urbanismo a los proyectos de Vivienda de Interés Prioritario (VIP), en alianza con el Gobierno, y por el aporte que pueden hacer para dar solución al déficit de vivienda de las familias, que de otra manera no podrían participar del mercado formal”, agrega.

Forero explica que a pesar de que estos proyectos no tienen riesgo comercial, hay otro tipo de riesgos asociados a los tiempos, que son muy apretados, y a los costos que pueden tener variaciones desfavorables durante la ejecución y que pueden estrechar aún más el margen.

Asegura que el programa será rentable para las empresas en la medida que trascienda el actual gobierno y cambie, de manera estructural, la escala de producción de vivienda prioritaria en el país. De lo contrario, “no pasará de ser un emprendimiento puntual con márgenes estrechos y riesgos altos”.

Sin embargo, el directivo de Prodesa dice “estamos convencidos de la importancia que tiene cambiar la escala de producción de vivienda en el país para poder así cubrir el enorme déficit existente, y el programa de las 100 viviendas del gobierno nacional es un paso claro y preciso en este sentido”.

De igual forma, Amarilo  respalda   y  valora   esta  iniciativa del  Gobierno Nacional, “no solo por la solución  de viviendas a la población más vulnerable de nuestro país, sino por  el importante aporte a la  generación de empleo a nivel nacional”.