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Vender el 20% de la EEB: menos deuda y más inversión para Bogotá

El Gobierno Distrital espera lograr la venta del 20% de acciones en la Empresa de Energía de Bogotá por cerca de $3 billones para lograr disponibilidad de recursos que le permitan financiar obras de infraestructura y transporte que requiere la ciudad.

28 de octubre de 2016

La falta de disponibilidad de recursos inmediatos, las presiones sobre el endeudamiento y las necesidades de financiación de obras de infraestructura de Bogotá son los factores que serán determinantes para que el Concejo de la capital del país acepte la propuesta del Gobierno distrital para vender al público el 20% de las acciones que tiene en la Empresa de Energía de Bogotá de las cuales espera recibir alrededor de $3 billones.

La propuesta, como ha sucedido con todas las ventas de empresas públicas, ha generado reacciones en contra y a favor. Lo que sí es un hecho es que la ciudad capital no tiene en sus cuentas bancarias los recursos necesarios para construir nuevas troncales de Transmilenio, ampliar la oferta vial y generar nuevas opciones de movilidad.

Hay que tener en cuenta además que en el cabildo local hace curso otra propuesta, que no es de iniciativa del alcalde, para que la empresa venda parte de sus activos no estratégicos para recaudar $1 billón con el fin de financiar su plan de expansión de largo plazo.

Es decir, Bogotá proyecta obtener al menos $3 billones con la venta del 20% de las acciones de la empresa para poner en marcha proyectos como la terminación de la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) -que lleva más de 20 años en planos-, así como la construcción del tren regional para descongestionar las vías de entrada.

De acuerdo con Camilo Silva, analista de la firma Valora Inversiones, vendiendo el 20% de las acciones de la EEB el Distrito Capital logrará tres objetivos vitales desde el punto de vista financiero: conseguir recursos a menor costo y sin adquirir nuevo endeudamiento, traer al presente las ganancias futuras que generaría la empresa y reducir la presión sobre el endeudamiento y mantener las calificaciones de riesgo en las agencias internacionales.

Estos serían los ingresos que lograría el Distrito con la venta de acciones de la EEB:

Quienes se oponen a la operación aseguran que Bogotá perdería esas utilidades de los próximos años por parte de la única empresa que le ha dado beneficios monetarios en los últimos 20 años. Sin embargo, el mismo alcalde y los expertos señalan que con los recursos que se obtengan, la ciudad será más productiva en materia de movilidad, lo cual redundará en mejor y mayor volumen de negocios junto con nuevos empleos.

Por ejemplo, Luis Fernando Alarcón, expresidente de Interconexión Eléctrica S.A. (ISA) aseguró en días pasados en un foro sobre la venta de las acciones de la EEB que el destino de los recursos de la enajenación tendría mejores réditos para los ciudadanos siendo invertidos en la ciudad, y advirtió que se debe blindar el esquema del gobierno corporativo como clave para el futuro del Grupo de Energía de Bogotá.

Eso se lograría alcanzando la participación de los fondos de pensiones como miembros de la Junta Directiva y de los ciudadanos como accionistas independientes, ya que por ley la primera etapa de la venta de las acciones se destina a los dos rubros mencionados.

De su parte, representantes de la calificadora Fitch Ratings aseguraron que les preocupa la financiación actual del Distrito Capital, por lo que consideran positivo adelantar flujos futuros para inversiones por la vía de enajenación de activos como las acciones de la EEB. Además, consideraron que las presiones sobre el endeudamiento de la ciudad son elevadas, por lo que es difícil que logren acceder a créditos sin presionar la calificación crediticia.

En la actualidad, Bogotá tiene una calificación BBB por parte de la agencia Fitch Ratings, de BBB- por parte de Standard and Poor’s y de Baa2 por parte de Moody’s.

En últimas, la administración de la capital del país tiene como fin invertir esos recursos en la infraestructura necesaria, mientras que la EEB tiene un plan estratégico de largo plazo para la expansión y consolidación de sus negocios en Latinoamérica, lo cual garantizará que el Distrito mantenga la mayoría accionaria y, por consiguiente, recibiendo la mayor parte de las ganancias.

Adicionalmente, el negocio energético tiene varias ventajas competitivas frente a otros sectores de la economía. Sus ingresos son regulados por el Estado y el Distrito, lo cual garantiza que no sufrirán caídas inesperadas dependiendo de la demanda o la oferta en el  mercado. Además, los ingresos no responden a ciclos económicos de desaceleración en el consumo de los hogares.

El Concejo, en su Comisión de Hacienda y en Plenaria, deberá aprobar la venta del 20% de las acciones de la EEB antes del 31 de octubre próximo cuando finalizan las sesiones extra convocadas por el alcalde Peñalosa. De lo contrario, el proceso deberá esperar un par de meses mientras se inician nuevas sesiones ordinarias en el cabildo distrital.

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