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Bogotá en los últimos 15 años no ha construido un solo parqueadero legal.

El costo de parquear

¿Por qué los parqueaderos son tan caros?

El servicio de parqueaderos en Bogotá, que es guía para jalonar cómo se comportan las demás ciudades del país, desafortunadamente no cuenta con políticas claras.

1 de abril de 2013

Las principales empresas de parqueaderos del país sostienen que en Colombia, particularmente en Bogotá, no existen políticas claras para el sector y, aunque aparentemente es un negocio rentable, son espacios con tendencia a desaparecer.

Según los directivos de Parking Internacional, el servicio de parqueaderos en Bogotá, que es la guía que jalona cómo se comportan las demás ciudades del país, desafortunadamente no ha contado con una administración que fije una política clara de estacionamientos.

A nivel mundial se han establecido dos modalidades de parqueaderos en las grandes ciudades: estacionamiento vehicular en vía y el estacionamiento vehicular fuera de vía.

De esa manera, el principal proveedor de estacionamiento en vía es el Distrito, pero en la opinión de Parking Internacional la falta de autoridad, la falta de gerencia y el descuido en que la ciudad ha sometido todo lo que podría ser el estacionamiento en vía organizada convirtió el tema en un caos.

Fuera de eso, los directivos de la compañía dicen que lo que sí ha hecho la administración es legislar, únicamente en materia tarifaria, el estacionamiento fuera de vía, es decir, “interviene la actividad del particular, del privado, quien ha reemplazado su obligación de hacer estacionamientos”.

Parking Internacional asegura que Bogotá en los últimos 15 años no ha construido un solo parqueadero legal, mientras que todo lo que significa estacionar en la calle es estacionamiento indebido, pero “no le interesa controlar eso”.

En ese orden de ideas, los directivos de la empresa sustentan que el sector se ha visto afectado por una intervención en la prestación del servicio de orden tarifario, pues “a partir de un mal chiste contado por Hugo Patiño en el Concejo de Bogotá, se estableció que la unidad de cobro no sería por hora sino por cuarto de hora y, posteriormente, en una postura politiquera, se modificó la modalidad de cuarto de hora a minuto”.

Los ejecutivos de la compañía afirman que en ciudades modernas y modelos en movilidad el estacionamiento fuera de vía está construido para estimular la larga permanencia, mientras que el estacionamiento en vía es para que las personas que necesitan un cupo de estacionamiento por un corto tiempo lo utilicen.

Pero, “aquí no se ha podido construir eso y, en consecuencia, sometidos a la regulación, el sector se ha visto afectado porque las empresas de parqueaderos no son dueñas de los terrenos, son arrendatarias”. De hecho, “el Distrito ha hecho contratos de concesión y arrendamiento con estas empresas para que obtengan sus estacionamientos”, agregan los directivos.

Explican que la tierra en Bogotá, como en cualquier ciudad importante en el mundo, tiene un alto valor y sigue creciendo son ningún control, “no está regulado, en consecuencia, el negocio de parqueaderos no es un negocio de servicio, sino de tierra, entonces el que se ha beneficiado es el dueño de la tierra”.

Exponen que las empresas de parqueaderos, además de pagar el arrendamiento, los servicios públicos, la adecuación, la señalización y la modernización, por mandato de la Superintendencia de Industria y Comercio, debe pagar nómina, aportes, impuestos y el IVA, que ha sido parte de la discusión respecto de los centros comerciales, quienes tienen grandes beneficios e igual tienen precios altos en sus parqueaderos.

Por ello, “este tipo de situaciones han hecho que los costos de operación, la actividad, hoy sea prácticamente inviable porque se han superado o incrementado estos costos, mientras que el modelo de tarifas que impuso el Distrito no ha tenido modificación en los últimos 4 años”.

Concluyen que a la ciudad se le sometió a una regulación en el servicio de estacionamientos, exclusivamente en materia tarifaria que hace que el servicio sea enojoso y fastidioso para el usuario.

Por su parte, el gerente de City Parking, Eduardo Bayona, dice que la gente piensa que el parqueadero es un servicio público, pero no lo es, explica que se trata de un servicio prestado por empresarios privados.

Bayona coincide en que en el mundo la tarifa no está regulada, eso es un fenómeno particular en Colombia, específicamente en Bogotá, donde el tope máximo es de $95 el minuto, $67 para moto y $10 para bicicleta.

Según el directivo, la tarifa lleva 3 años sin ajuste. Sin embargo, hay tarifas que superan el máximo, es evidente que hay parqueaderos de $97 e, inclusive, hay algunos que ya pasan los $100 por minuto.

Argumenta que el gasto principal en los parqueaderos es el costo de la tierra, pues “un lote que costaba $5 millones en arriendo hoy cuesta 20 millones, y por el mismo lote está compitiendo la bomba Shell, el MacDonalds y City Parking”.

Además “no se trata solo del lote, hay una estructura administrativa, Citiparking  en el backoffice tiene 45 personas. Hay un área financiera, un área comercial, un equipo de personas que se dedica a vender las mensualidades, los convenios, los eventos en los parqueaderos, la publicidad”.

Bayona afirma también que hay una oficina de recursos humanos que tiene que manejar 400 personas que son los empleados a término indefinido, celebrarles el día de la madre, el día del padre, capacitaciones; “hay un área de operaciones como la que puede tener cualquier cadena, personas que están supervisando el nivel de servicio. Hay un área de tecnología, que está pendiente del software”.

Esta empresa tiene 71 parqueaderos en Bogotá y 12 parqueaderos en Panamá. De hecho, posee el 4% de participación en el negocio de parqueaderos.

Según el ejecutivo de City Parking en Bogotá hay cerca de 2000 parqueaderos, de los cuales 400 son de empresas formalmente constituidas.