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El año pasado ha sido el mejor año para el maíz colombiano pues Alimentos La Polar logró captar 50.000 toneladas. Sin embargo este año se espera que la cifra baje a 30.000. | Foto: Corbis

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Alimentos La Polar le apuesta a la harina de maíz nacional

Ese es el negocio principal de la compañía venezolana en Colombia. Para producirlas utiliza actualmente el 50% del maíz cultivado en el país, pero su objetivo es lograr que sea el 100%.

15 de octubre de 2014

A pesar de que la industria de alimentos de consumo masivo no ha crecido como debiera, según José Antonio Pulido, gerente general de Alimentos La Polar para Colombia, en los últimos tres años la compañía ha puesto en marcha un plan de competitividad que ha permitido que el negocio crezca alrededor del 15% y que sus tres principales categorías registren comportamientos positivos este año. Para el cierre del 2014 apuntan a una facturación de US$150 millones, lo que les está dando un 11% de ebitda.

En harinas de maíz precocido el aumento es de cerca del 9%, lo que le ha permitido lograr una participación de mercado del 45%, ubicándose como líderes en la categoría con sus marcas PAN y Promasa.

El segundo segmento es el de avenas en el que crecieron 11%, incrementando su participación de mercado 2%, posicionándose con el 66% con las marcas Quaker y Pancho. Y la tercera categoría es la de mascotas, cuyo crecimiento ha sido del 55%, obteniendo una participación de mercado del 11% con Dogourmet y Donka.

“Es un balance positivo si consideramos que estamos ante una industria que prácticamente no ha tenido crecimiento. Son seis marcas que apalancan estas tres categorías que nos han dado este crecimiento en el año”, asegura Pulido.

De acuerdo con el directivo, uno de los pilares para avanzar en estos crecimientos es el Plan Maíz que vienen desarrollando con agricultores colombianos. “Prácticamente somos los mayores compradores de maíz blanco en el país y tenemos como estrategia abastecernos en un 100% de maíz colombiano en el corto plazo”, afirma.

Dentro del programa, además de garantizarles la compra de las cosechas a los agricultores - básicamente el mayor riesgo que tienen ellos, una vez siembran, es poder venderlas y a un precio justo- desarrollaron unas alianzas para poder darles beneficios a los cultivadores.

Por ejemplo, de los mayores costos de producción están las semillas, los fertilizantes y los agroquímicos, y a través de La Polar, con la garantía de pago dada por la compañía venezolana, las diferentes empresas proveedoras de estos insumos les dan unos descuentos al agricultor cercanos al 15%.

Otro tema es el acceso al financiamiento para los agricultores. En conjunto con el Banco Agrario hicieron un convenio a través del cual La Polar extiende o le garantiza al banco el cobro de su crédito y a cambio le da una tasa preferencial a agricultor.

“La tasa actual es cercana al DTF más 2. Entonces, de esta manera, se ayuda a reducir la estructura de costos y se le da al agricultor un financiamiento a tasas competitivas. Actualmente ya están asociados al programa 30 agricultores”, indica Pulido.

Por otra parte, para asegurar una mayor productividad en los cultivos, la empresa apoya a los productores con asesorías técnicas que consisten en decirles cuáles son las mejores semillas para los tipos de suelo y la mejor fertilización, entre otros aspecto. “Lo que queremos con esto es garantizar año tras año no solo un maíz de calidad, sino también una relación con los agricultores de largo plazo”, añade el directivo.

El año pasado ha sido el mejor año para el maíz colombiano pues la empresa logró captar 50.000 toneladas. Sin embargo este año se espera que la cifra baje a 30.000. “Nosotros estamos cultivando cerca de nuestra planta en Facatativá y tratando de captar agricultores en los departamentos del Meta, Tolima y Valle. La estrategia en la harina de maíz precocida, nuestra categoría principal, es abastecernos un 100% de maíz colombiano en unos dos años. En 2013 logramos un 90% y este año estamos apuntando a cerca de un 50%”.

Según explica Pulido la caída obedece a la disminución de cultivos por el Fenómeno del Niño lo que afectó las cosechas; y el otro factor que incidió fueron los bajos precios internacionales de los commodities, lo cual ha hecho que el negocio, desde el punto de vista del agricultor, no sea tan atractivo y que hayan disminuido la cantidad de hectáreas que están dispuestos a sembrar.