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Restricción a camiones afecta todos los sectores de la economía en la Capital.

Movilidad

Petro tiene en ‘jaque’ a los transportadores de carga

Según la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar), dejan de circular 200.000 toneladas de mercancías por día.

18 de diciembre de 2012

La medida adoptada por el Alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro, en el sentido de impedir la movilización de automotores de más de siete toneladas en el perímetro urbano desde el pasado lunes causa un traumatismo de incalculables efectos económicos.

Así lo expone la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar), que asegura que en principio dejarán de circular 200.000 toneladas de mercancías por día.

Según la dispensa de la Alcaldía, la restricción para este tipo de camiones está en los sectores comprendidos entre la Calle 100 y la Avenida Primero de Mayo así como el de la avenida Boyacá y los cerros orientales.

El presidente de Colfecar, Jaime Sorzano Serrano, aseguró que dicha medida se convierte en el mayor perjuicio para la economía porque no solo impacta los intereses de los transportadores sino de todo el comercio internacional por cuanto hay mercancías de importación y exportación comprometidas con la decisión del burgomaestre.

“Este es un problema mayor porque estamos hablando de la distribución física nacional e internacional de mercancías con origen y destino en Bogotá como consecuencia de la determinación del señor Alcalde”, declaró Sorzano.

El dirigente gremial informó que la orden afecta unos 10.000 vehículos de más de 7 toneladas que diariamente entran y salen por los denominados cordones intermedio e interno de Bogotá y que movilizan unas 200.000 toneladas diarias, de las cuales ingresan por dichos cordones unas 96.000 toneladas y salen 104.000 toneladas.

Todo tipo de carga se ve perjudicada, ya que al interior de dichos cordones se ubican zonas industriales, comercios, hospitales, grandes superficies, centros de abastecimiento mayoristas, expendios minoristas de combustibles, proyectos y obras en construcción entre otros, lo cual demuestra el grave impacto que recibe la actividad del transporte y la logística en detrimento de la competitividad del país”, agregó.

El gremio del transporte de carga insiste en que la medida obliga además a ejercer el transporte en horas nocturnas, con riesgos enormes para la seguridad en las actividades y sin ningún tipo de coordinación, por cuanto las dependencias generadoras de carga no tienen horarios extendidos, lo cual hace nugatoria este tipo de medidas.

De igual forma, los transportadores expresaron que una medida de semejante calibre obliga al represamiento peligroso e inseguro de vehículos en los accesos a la ciudad o en los sitios de origen de la carga, en búsqueda de la ventana para ingresar o salir de la ciudad, situación que incrementa los niveles de inseguridad en la actividad transportadora.

“El hecho de impedir el ingreso de vehículos que transportan hidrocarburos implica de hecho un impacto para el desabastecimiento de los mayoristas y minoristas e inseguridad muy preocupante, en vista que el represamiento de este tipo de vehículos con sus cargas tiene mayor impacto en la inseguridad en el transporte que si dichos vehículos estuvieran circulando”, comentó el presidente de Colfecar.

Sorzano hizo un llamado porque esta medida, inconsulta, al margen de todo proceso de concertación y de lo dispuesto en el Decreto 034 de 2009 sea reconsiderada, hasta tanto se surta un proceso mínimo de diálogo y concertación entre los sectores afectados, la Alcaldía Mayor de Bogotá y el Ministerio de Transporte, ya que sus efectos no solamente impactan a Bogotá, sino por obvias razones a todo el transporte que, con origen o destino en la ciudad capital fluye hacia, o desde las distintas ciudades, puertos y pasos de frontera en el país.